La psiquiatra y escritora Marian Rojas Estapé, autora de Cómo hacer que te pasen cosas buenas y otros libros que han cambiado la vida a miles de personas, afirma que “lo que el corazón desea de verdad, la mente se lo acaba mostrando.” Esto significa que nuestro cerebro está configurado de forma que, cuando deseamos algo de verdad, nuestra mente hace todo lo posible para encontrar aquello que buscamos. Y no es magia, explica. Es ciencia.

Si aprendemos a usar estos mecanismos de la mente a nuestro favor, podemos lograr que en la vida nos sucedan grandes cosas, alineadas con nuestros deseos y motivaciones. Para empezar a transitar este camino, tan solo tienes que seguir estos tres consejos de Marian Rojas.

Conocerte

Conocerte a ti mismo significa entender tus valores, fortalezas, debilidades, deseos y miedos. Al hacerlo, conseguirás una mayor claridad sobre aquello que realmente deseas en la vida, aquello que te motiva e inspira.

Esta autoconciencia es el primer paso para poder hacer que te pasen cosas buenas, dado que te permitirá tomar decisiones que se alineen con tus verdaderos deseos, y no simplemente seguir lo que otros esperan de ti o lo que la sociedad dicta.

Cuando eres consciente de quién eres y qué es lo que realmente quieres, es más fácil enfocarte en metas que te llenen de satisfacción y felicidad, lo cual aumenta las probabilidades de que te sucedan cosas buenas.

Además, el camino del autoconocimiento te permitirámaximizar tu potencial en áreas donde tienes habilidades naturales, al reconocer tus fortalezas. Y ser consciente de tus debilidades te ayudará a evitarlas o a trabajar en ellas para mejorar.

¿Cómo conocerte mejor a ti misma?

Pero la verdadera pregunta que debes estar haciéndote es, ¿qué puedo hacer para conocerme mejor a mí misma? Hay muchas herramientas y técnicas que pueden acercarte al autoconocimiento, pero lo primero que debes aceptar es que es un camino infinito. Siempre puedes conocerte más y mejor.

Algunas técnicas de introspección que pueden ayudarte son el journaling (escribir un diario), realizarte preguntas poderosas (qué es lo que más valoras en la vida, que te hace feliz realmente, etc.) o meditar. La meditación te ayudará a estar en sintonía con tu mente y tu cuerpo, abriendo espacio para que conectes con tus pensamientos y emociones sin juzgarlos.

Tener un plan de vida

El siguiente consejo de Rojas Estape es tener un plan de vida. Este te proporcionará dirección y propósito. Definir de forma clara tus metas, a corto, medio y largo plazo, puede permitirte trazar un camino y tomar acciones concretas hacia esos objetivos.

Este plan te ayudará a mantener el enfoque en lo que realmente importa para ti, evitando que te distraigas en cosas que no te acerquen a tus metas. Además, un plan de vida te da una hoja de ruta para superar obstáculos y adaptarte a los cambios que surjan por el camino, manteniendo siempre tu visión a largo plazo.

Tener un plan organizado y claro también puede ayudarte a reducir considerablemente la ansiedad y el estrés, puesto que sabes hacia donde te diriges y qué pasos debes seguir para llegar allí.

Eso sí, tu plan de vida debe ser flexible. A medida que cambias, creces y te conoces a ti misma, puede que tus deseos y circunstancias empiecen a cambiar. Y tener la capacidad de ajustar tu plan cuando sea necesario, te permitirá adaptarte sin perder de vista tu objetivo final.

Formando un plan de vida

Si nunca te habías planteado un plan de vida, es hora de que te pongas manos a la obra. Empieza por evaluar tus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Esto te ayudará a tener una visión clara de tus capacidades actuales antes de empezar. También debes evaluar tu nivel de satisfacción en distintas áreas clave de tu vida, como tu carrera profesional, tus relaciones, tu salud, tu crecimiento personal o tus finanzas.

Todo esto te permitirá identificar en qué áreas de tu vida necesitas prestar más atención, y empezar a trazar un plan realista.

El siguiente paso consiste en conocer tu propósito y tus valores fundamentales. Hazte preguntas como, ¿qué quiero aportar al mundo?, ¿qué me apasiona?, ¿qué me motiva cada día?, y luego escribe una declaración que resuma tu propósito vital.

Con esto en mente, es hora de establecer una visión a largo plazo. ¿Dónde te ves en 10, 20 o 30 años? ¿Cómo esperas que sea tu vida en términos de carrera, familia, salud, relaciones, finanzas y desarrollo personal? Si lo tienes claro, es hora de establecer metas a corto, medio y largo plazo.

Divide esta visión de cómo quieres que sea tu vida en diferentes metas específicas. Por ejemplo, si quieres ser financieramente independiente, una meta a corto plazo puede ser crear un presupuesto, a medio plazo ahorrar un porcentaje específico de los mismos y a largo plazo invertir en activos que generen ingresos pasivos.

Con esto en mente, toca pasar a la acción, creando un plan detallado en el que desgloses cada meta en tareas y pasos concretos, priorizando siempre en función de la importancia y la urgencia.

Activar tu sistema reticular activador ascendente

Para acabar, la experta menciona el sistema reticular activador ascendente, o SRAA por sus siglas. El SRAA es una red de neuronas en el cerebro que actúa como filtro para la información que percibimos. Su función principal es determinar qué estímulos son relevantes y deben ser llevados a nuestra atención consciente.

Cuando tienes claro lo que deseas y estás enfocada en tus metas, el SRAA empieza a filtrar la información que te rodea, destacando aquellas oportunidades, personas y experiencias que están alineadas con tus objetivos. Es como si “programaras” tu cererbo para que note y se enfoque en todo aquello que puede ayudarte a cumplir tus metas, haciendo que sientas que “te pasan cosas buenas” de forma frecuente.

¿Cómo activar el SRAA?

Los dos pasos anteriores, conocerte a ti misma y tener un plan de vida, son los pasos esenciales para activar el SRAA, aunque hay algunas otras prácticas diarias que pueden ayudarte a mantenerlo más activo aún.

  • Afirmaciones positivas. Crear y repetir afirmaciones positivas relacionadas con tus objetivos, como “estoy abierta a nuevas oportunidades que me acerquen a mis metas” o “soy capaz y estoy preparada para lograr mis sueños”, hará que tu SRAA se mantenga activo y alerta.
  • Mantén el enfoque. Dedica tiempo en tu día a día para sumergirte en aquello que está relacionado con tus objetivos. Estudia, lee, aprende y dedica tiempo a pensar y trabajar en tus metas para mantener activo tu SRAA.
  • Tableros de visión. Los tableros de visión, o vision boards, te ayudarán a visualizar tus metas. Prepara uno con imágenes y palabras que representen tus metas y colócalo en un lugar en el que lo veas a menudo para visualizar tus objetivos a diario.
  • Practica la gratitud. Mantener un diario de gratitud en el que escribir las cosas por las que estás agradecida cada día te ayudará a enfocarte en lo positivo, haciendo que tu SRAA no descienda en su actividad.
  • Rodéate de la gente adecuada. Estar rodeada de personas que tengan tus mismos objetivos y valores te ayudará a intercambiar ideas. Este intercambio, sumado al apoyo mutuo, puede reforzar la actividad de tu SRAA.