El estoicismo ya hizo furor cuando su fundador, Zenón de Citio, planteó sus teorías. Con sus doctrinas renovó los pensamientos sobre la conducta humana y más tarde con filósofos como Séneca, los estoicos se convirtieron en máximos representantes de una filosofía destinada a conseguir la felicidad plena del hombre.
Según el Online Etymology Dictionary, creado por el historiador, escritor y periodista, Douglas Harper, la primera referencia moderna al término en inglés stoic, fechada en 1570, lo define como: "Indiferencia al placer o al dolor". Y es que por mal que vayan las cosas, el estoico se mantiene imperturbable para seguir buscando su bienestar. Ni la tristeza, ni el miedo, ni las riquezas (o la falta de ellas) le afectan ya que solo se centra en su vida interior.
Para los estoicos, el hombre debe conseguir ser feliz sin necesidad de nada material ni de nadie externo a él mismo. Además, el estoicismo proporciona las claves de la calma dentro del caos. ¿Pero cómo podemos llevar esto a la práctica en nuestra vida hiperacelerada actual?
En realidad nuestro mundo interior no ha cambiado tanto respecto a los antiguos griegos o romanos, así la filosofía estoica de Séneca que era útil entonces para aliviar la ansiedad de dichas preocupaciones lo sigue siendo hoy en nuestro presente.
Esto es lo que han desgranado la coach Jana Capri y el psicólogo Charan Díaz Arquillo en su libro Sin ansiedad con Séneca (Diana, Ed. PLaneta) y lo han convertido en 79 preguntas sobre la vida y sus respuestas, adaptadas a un lenguaje moderno y fácil de entender.
La ansiedad del mundo actual
Aunque desde el siglo XXI pueda parecer que las ideas de los filósofos clásicos quedan obsoletas, en realidad sus enseñanzas pueden adaptarse a todos los tiempos y aunque nuestras vidas y las suyas puedan parecer de planetas distintos, a la hora de la verdad su filosofía tiene mucho que decir sobre nuestra forma de vivir actual.
En la época del Imperio Romano y de Séneca ya se hablaba de ansiedad. No existia esta palabra pero las preocupaciones y los miedos de los hombres ocupaban un importante espacio en el estudio de la conducta humana.
Una de las reflexiones de Séneca “lo que aconsejo es que no seas infeliz antes de la crisis ya que puede ser que los peligros ante los que palideces […] nunca te alcanzarán; ciertamente aún no han llegado” nos la podríamos aplicar perfectamente ahora. Y es que la ansiedad no deja de ser un miedo generalmente anticipado a supuestas cosas que avanzamos que pueden pasar (habitualmente negativas) y que vivimos como si ya fueran una realidad cuando probablemente nunca tengan lugar.
Diálogos para reducir la ansiedad
Capri y Díaz, en su libro, intentan ayudar a desactivar la ansiedad insana identificando las "creencias irracionales ocultas" en nuestro modo de ver las cosas y, a continuación, plantearnos una "versión mejorada" y más sana de estos pensamientos. Para hacerlo, establecen una especie de diálogo con preguntas y respuestas entre un buscador (de la verdad) y Séneca, donde el filósofo siempre mejora o amplía el punto de vista de la preocupación ansiosa, aliviándola y relativizando el problema con sus respuestas.
Todo un viaje filosófico-psicológico, como los mismos autores lo definen, para obtener más serenidad en algun momento de tu existencia.
Hemos recopilado aquí algunas de estas interesantes reflexiones.
1. a veces, para conseguir algo, tengo que forzar las cosas. se trata de un esfurezo constante. luego me quedo con la duda de si ha valido la pena.
Respuesta de Séneca:
El sabio no hace nada de mala gana, sino que acepta con serenidad lo que la vida le propone.
Reflexión psicológica:
"No empujes el río, porque fluye solo" dice una cita popular. Esta metáfora nos recuerda que hay situaciones en las que es mejor dejar que las cosas sigan su curso.
En demasiadas ocasiones tratamos de hacer que la realidad se ajuste a nuestros planes y deseos, como una pieza de rompecabezas que debe encajar a la perfección. Cuando vemos que las piezas no encajan, nos sentimos impotentes y eso nos puede llevar a la depresión, la ansiedad y el agotamiento.
Para vivir con mayor madurez es necesario aceptar que la realidad no va a cambiar por nosotros. Somos nosotros quienes tenemos que adapatranos y fluir con la vida, haciendo uso de nuestras capacidades y apreciando las oportunidades que se nos presenten para vivir con mayor calma y serenidad.
2. Estoy tan agotado que ni siquiera dormir me ayuda a recargar mi energía y sentirme bien.
Respuesta de Séneca:
Durante la noche no siempre se descansa, ya que los sueños de quienes duermen son tan estresantes como sus vidas. La serenidad auténtica es la que aparece cuando uno logra una conciencia tranquila.
Reflexión psicológica:
Cada persona se encuentra en su día a día frente a diferentes batallas o karmas que debe gestionar. Por eso es muy importante saber cómo podemos recargar nuestra energía, nuestra batería interior. Dependiendo de nuestra personalidad, habrá algunas actividades que nos ayuden más que otras. Eso es algo muy personal sobre lo que debemos reflexionar para descubrirlo.
El sueño no siempre garantiza el descanso, pero la paz interior sí. Por ello muchas personas buscan ayuda en la meditación y otros ejercicios introspectivos para calmar su interior.
¿Cómo recargas tu energía y qué te ayuda más a ti?
3. Cómo puedo desenamorarme? lo estoy pasando muy mal en el amor.
Respuesta de Séneca:
Si alguien quiere desenamorarse debe evitar todo recuerdo de la persona amada, porque el fuego del amor puede avivarse fácilmente. Del mismo modo, quien elija desapegarse de las cosas que encienden sus deseos debe evitar exponer sus ojos o sus oídos a las cosas que quiere dejar atrás.
Reflexión psicológica:
Séneca recomienda la "no exposición" a nada que le recuerde a uno a la persona de la que desea alejarse. Eso significa evitar la exposición externa (hablar con los demás sobre esa persona, mirar sus fotos y redes sociales...) y evitar también la exposición interna (recordar voluntariamente momentos vividos juntos). Se trata de no seguir echándole leña al fuego para que se extinga por inanición.
Siempre que dejamos de alimentar el recuerdo de una persona o apego que queremos dejar atrás es más fácil seguir adelante y pasar página. Parece algo sencillo, pero la mayoría de la gente sufre por hacer todo lo contrario.
¿Recuerdas alguna experiencia de tu pasado en la que superaste con éxito una relación fustrada? ¿Dejaste de exponerte a esa persona y a sus recuerdos? ¿O cómo lo lograste?
4. cuando veo gente que ha conseguido cosas maravillosas en la vida me siento un fracaso.
Respuesta de Séneca:
No te compares con los que tienen más que tú o los que son mejores que tú en algo. Compárate con los que están peor que tú, así estarás más agradecido con Dios y con la vida. Y al final ¿qué ganas comparándote con los demás? Mejor compárate contigo mismo y con tu propia evolución.
Reflexión psicológica:
La comparación es un motivo frecuente de ansiedad, depresión y autoexigencia tóxicas. No sabes qué precio pagaron aquellas personas que crees que han conseguido cosas maravillosas. Puede que hayan sufrido mucho, que hayan tenido que afrontar muchas pérdidas y tal vez tú no estarías dispuesto a pasar por lo mismo. Por lo tanto, para sentirte bien no te compares con los demás. O si no puedes evitarlo, mejor recuerda a quienes están peor que tú, como el que lloraba porque no tenía zapatos hasta que vio a uno que no tenía pies.
La solución del filósofo: si quieres sentirte bien, date cuenta de lo afortunado que eres y agradécelo. Recuerda los regalos que ya te ha hecho la vida, por pequeños que sean. Recuerda tus logros, tus avances y los momentos en los que la vida te sonrió.
5. Me da miedo enfermar
Respuesta de Séneca:
Existen 3 motivos de sufrimiento en la enfermedad: el miedo a la muerte, el dolor del cuerpo y dejar de experimentar placeres.
Morir, morirás porque esto forma parte de la vida. Cuando evitas la enfermedad tu salud mejora, pero eso no te libra de la muerte.
El dolor tiene un límite y, cuando sufrimos, también hay intervalos sin dolor.
Y respecto a renunciar a ciertos placeres en la enfermedad, aunque cueste al inicio, cuando lleves un tiempo en esa rutina cada vez los desearás menos y llegarás a un punto que ya ni los necesites.
Reflexión psicológica:
La enfermedad forma parte de la vida y escapa a nuestro control. Pero podemos controlar la ansiedad que sentimos cuando pensamos en ella. La propuesta de Séneca es ver la enfermedad desde un punto de vista que alivie el miedo que sentimos hacia esa enfermedad. Si aprendemos a percibirla con menos drama, sufriremos menos y ganaremos serenidad.
Existen ejercicios psicológicos relacionados con el control de la atención mental que también ayudan a regular el dolor físico o emocional.
¿Cómo te ayuda la reflexión de Séneca a controlar tu miedo a enfermar? ¿Qué podrías pensar para tomártelo con más filosofía?