Neurólogos, psicólogos, educadores y terapeutas corporales aseguran que los vínculos afectivos son la base de una vida saludable y feliz, algo que corroboró el estudio más extenso realizado hasta hoy: el que llevó a cabo la Universidad de Harvard a lo largo de ocho décadas sobre desarrollo y felicidad humana.
Tener buenos vínculos sociales es un pilar fundamental para una vida dichosa. Tanto para el cuerpo como para la psique, las relaciones humanas son un alimento sin el cual no podemos sobrevivir.
La importancia de contacto físico
Somos animales sociales, la biología nos ha hecho mamíferos, y eso significa que no solamente tenemos inteligencia y capacidad para la abstracción de ideas, sino que también necesitamos todo aquello que hace que "el suave animal de tu cuerpo ame lo que ama", como escribió la poeta estadounidense Mary Olivier en su poema "Gansos salvajes".
Necesitamos el contacto físico y el tacto amoroso, tanto para nuestro desarrollo como para una vida equilibrada y con sentido, es una necesidad de primer orden.
Nuria Mackes, investigadora del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres, realizó un estudio con niños huérfanos que habían vivido en los orfanatos rumanos de Ceausescu y que posteriormente fueron adoptados por familias inglesas.
Aunque durante su época en el orfanato los alimentaron y les dieron los cuidados básicos, los niños estaban privados del afecto y de vínculos amorosos. Esto hizo que sus cerebros no hubieran acabado de madurar, aunque se recuperaron al recibir el cariño de sus nuevas familias.
seguridad y apego
Los descubrimientos del neurólogo Stephen Porges en el ámbito del funcionamiento del sistema nervioso, en especial del nervio vago, bajo el nombre Teoría Polivagal, demuestran que tenemos un sistema nervioso social que define si estamos más o menos abiertos para relacionarnos con otras personas y con nuestro entorno.
Por otro lado, las experiencias de la infancia tienen gran influencia en los patrones que desarrollamos en este ámbito. Para crear nuevas relaciones o mantener aquellas que nos nutren, se requiere una predisposición para el intercambio social.
Parece el pez que se muerde la cola: para sostener e iniciar nuevas relaciones necesitamos sentirnos seguros, aceptados y valorados por nuestro entorno, pero esa clase de autoestima se gana justamente cultivando vínculos.
Cuál es tu ecosistema emocional
«La salud no es una cuestión individual, es una cuestión de relaciones y contexto», afirma el Dr. Gabor Maté, el médico canadiense experto en trauma. Los vínculos y el afecto, los acontecimientos en los que estas relaciones se desarrollan y nutren, son esenciales para nuestro bienestar.
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Nuestra red social de apoyo es, de hecho, mucho más grande que nuestro círculo familiar o de amistades. Incluye a las personas desconocidas a las que tratamos de manera cotidiana, como por ejemplo la conductora del autobús.
Los vínculos grandes y pequeños sostienen nuestra vida: nuestra familia más inmediata y los parientes más lejanos; nuestros amigos íntimos y pareja, con quienes a menudo tenemos una relación más fuerte y cercana que la familia sanguínea; los animales de compañía que conviven con nosotros; el círculo de amistades más amplio; los compañeros de trabajo; las personas con las que interactuamos en nuestro día a día de uno u otro modo.
Todo ello forma parte de nuestro ecosistema emocional. También formamos parte de comunidades y, al final, de la sociedad entera, de la naturaleza y de la Tierra. La seguridad y el amor de estas relaciones hacen posible que formemos estos vínculos sanos y significativos desde nuestra autenticidad.
Cómo tomar conciencia de tus vínculos
1. Define los cuatro ámbitos de tu vida
En una hoja de papel dibuja una intersección de cuatro círculos. Cada círculo representa un ámbito de tu vida: familia, pareja, amigos y trabajo.
2. Haz la lista de personas con las que hay vínculo
En cada círculo, anota las personas con quienes te encuentras a menudo o con quienes convives. Utiliza las intersecciones si algunas se solapan en varios círculos.
3. Puntúa cómo sientes cada vínculo
De forma rápida e intuitiva, puntúa al lado de cada persona. Utiliza una escala del 0 al 10. El cero para una relación dolorosa y el diez para una relación muy feliz.
4. Dedica una palabra para cada persona
Escribe una palabra que caracterice tu relación con las personas más relevantes de tu lista. Si algunas están en varios círculos, la relación con ellas tendrá más influencia en tu salud.
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