El cortisol es la hormona del estrés. Es un compuesto esencial para nuestra supervivencia en momentos de peligro o desafíos, pero cuando se produce en exceso, puede convertirse en un enemigo silencioso que afecta tanto al cuerpo como a la mente.
Altos niveles de cortisol pueden provocar problemas de ansiedad, fatiga, falta de concentración e incluso contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Es por eso por lo que expertos en salud mental, como la doctora Marian Rojas Estapé, recomiendan seguir algunas estrategias avaladas por la ciencia para reducir esta hormona y recuperar el equilibrio mental.
Haz ejercicio
La doctora Marian Rojas Estapé lo deja claro: “El ejercicio genera endorfinas y baja el cortisol”. Moverte y dedicar tiempo a actividades físicas de forma regular no solo es esencial para mantener en forma tu cuerpo, también es una herramienta básica para tu salud mental.
Estudios y toda clase de investigaciones respaldan esta afirmación. Y el ejercicio aeróbico, como correr, nadar o montar en bicicleta, es el más eficaz para reducir los niveles de cortisol en sangre.
Como consejo, si quieres reducir el estrés de forma eficiente, te recomendamos que hagas al menos 30 minutos de ejercicio moderado al día. Puedes complementar este esfuerzo con actividades como el yoga o el pilates, que no solo reducen el cortisol, sino que promueven la relajación y la calma.
Cultiva una buena actitud
“La actitud previa a cualquier circunstancia determina cómo respondes a ella”, nos explica Rojas Estapé en una de sus muchas conferencias. La forma en la que nos enfrentamos a cualquier desafío, desde el más simple al más complejo, puede influir de forma directa en cómo nuestro cuerpo gestiona el cortisol.
Según explica la experta, levantarte cada mañana y decirte a ti misma, "hoy va a ser un buen día” puede tener un impacto positivo sobre tu corteza prefrontal, que es la parte de tu cerebro que se encarga de la concentración y la resolución de problemas.
Cada pensamiento positivo activa conexiones neuronales esenciales para enfrentar el día de forma positiva, así que no los subestimes.
Para conseguir activar esta energía en tu cerebro, prueba a practicar afirmaciones diarias positivas. Y para mantenerte optimista pese a las circunstancias externas, identifica las situaciones que desencadenan estrés en tu vida y elige una actitud consciente y positiva para afrontarlas antes de que sucedan.
Soluciones, no problemas
Una de las razones por las que acabamos intoxicados de cortisol, además de las condiciones inherentes al mundo moderno que habitamos, es que cuando estamos bajo estrés solemos quedar atrapados en un bucle de pensamientos negativos.
Según Rojas Estapé, “hay que centrarse más en resolver un problema, que en el problema”. Cuando cambiamos nuestro enfoque y empezamos a buscar soluciones, la mente empieza a funcionar de forma más eficiente. Esto puede disminuir los niveles de producción de cortisol, aliviando el estrés residual.
Este cambio de mentalidad activa, además, áreas del cerebro relacionadas con la acción y la creatividad.
Así que ya sabes, cuando enfrentes un problema, detente un momento a analizarlo de forma objetiva. Escribe posibles soluciones y trabaja activamente en una de ellas. Este simple cambio de perspectiva puede liberar tu mente del bucle de la preocupación.
Aprende a frenar
Marian Rojas Estapé no es la primera, ni la última, experta en salud mental y felicidad que recomienda encarecidamente el hábito de la meditación. El ritmo acelerado de la vida moderna nos impide parar y disfrutar del presente. Es por eso, que la experta incide en la importancia de desconectar.
“No necesitamos estar conectados 24 horas al día. Hay que aprender a perder un poco de tiempo ganando en paz y en serenidad”, explica la experta. Y es que el cortisol se eleva considerablemente cuando estamos pendientes de forma constante del teléfono o de las redes sociales. Esto, por supuesto, dificulta mucho el descanso mental.
Es importante frenar y descansar para recuperar la calma y el control sobre la mente.
Como tip práctico, te recomendamos dedicar un día a la semana para desconectar por completo de la tecnología, el trabajo y todo lo que te produzca estrés. Apaga el móvil, desconéctate de las redes sociales y enfócate en actividades que te permitan estar presente, como leer, caminar o, sencillamente, disfrutar de una conversación sin distracciones. La meditación es otra práctica que te ayudará a frenar y a reducir los niveles de estrés de forma considerable.