El verano es una época especialmente significativa para pensar en la felicidad. Por muchas razones. Si estás trabajando en pleno agosto, cuando ya has acabado tus vacaciones, quizá te preguntes si estás haciendo lo correcto. Llegas con el bajón que produce el fin de los días de descanso. Es normal que te cuesta volver y te lo replantees todo.

Si tienes la suerte de que estás en plenas vacaciones, también te puedes plantear si estás donde querías y haciendo lo que querías para disfrutar de estos días. Siempre se tiene la duda de si hemos cogido la opción correcta, sobre todo cuando no todo es perfecto. Y casi nunca todo es perfecto.

En este mar de dudas, puede ser muy útil atender a lo que dice una de las personas que mejor ha analizado los mecanismos que llevan a la felicidad. Es el profesor de Harvard Arthur Brooks. Este científico social ha vivido en propia piel estas inquietudes y las ha podido analizar con otros sabios expertos.

Las dudas aparecen siempre en la vida

El profesor Brooks ha explicado que él ha sentido muchas veces que no estaba haciendo lo que quería o que no estaba donde quería estar. “A los 20 años me di cuenta de que mi sueño de la infancia no me iba a llevar a donde creía”, rememoraba.

Desde pequeño había sentido una especial fascinación por la música clásica y quiso ser músico. Convertirse en un profesional de la trompa. Un instrumento de metal no tan popular, por lo que podía tener una brillante carrera ante sí al elegirlo.

Lo consiguió. Estaba tocando y su sueño era que iba a mejorar cada vez más “porque eso es lo que te dicen, pero no lo lograba”. Así que su opción fue hacer cambios radicales: “tiré la toalla, estudié un doctorado y me convertí en profesor universitario”.

Considera que seguía una pista falsa. Y aunque muchas noches sigue soñando que toca en una orquesta, considera que hizo lo correcto. No basta con que te enamores de una cosa. Incluso si los otros te alaban. Has de sentir que te llena.

No tengas miedo al cambio

Salir de nuestra zona de confort, buscar otra ruta cuando ya nos hemos metido en un camino es difícil. No lo es sobre todo porque los otros caminos son igual de inciertos y no te garantizan la felicidad.

Lo que has de pensar es si el sitio donde estás ahora te da esa felicidad. Si te lo planteas es casi seguro que no. La gente que se considera feliz no suele analizar tanto su situación. Lo que tampoco no puedes ir con expectativas sin sentido, como ser feliz siempre.

No hay una felicidad permanente. Eso no existe. No la tiene nadie. Los psicólogos consideran que la felicidad como tal solo es una manera de llamar a los momentos de alegría. Igual que hay momentos de tristeza. Si hay más momentos alegres que tristes consideramos nuestra vida feliz.

El difícil arte del equilibrio

Muchas de los conceptos que se barajan al hablar de felicidad crean tensión en nuestras vidas. “Hay muchas cosas que debemos hacer y que no siempre son compatibles entre sí”, admite el profesor Brooks. Por ejemplo, puedes poner empeño en tu trabajo y eso te quita tiempo para tus relaciones sociales, que son fundamentales para construir una vida plenamente feliz.

El equilibrio es difícil, pero de eso se trata realmente. Si podemos encontrar la manera de lograr ese equilibrio, una vida feliz no será difícil de alcanzar”, enseña este experto. Esa es la teoría. Ahora hay que ver cómo se consigue.

Brooks admite que no tiene reglas ni mecanismos secreto que nos permitan encontrar el equilibrio perfecto hacia una felicidad final. “No te dejes engañar -dice-. La felicidad no es realmente un destino. Es un viaje de equilibrio y de volver a equilibrarse y de progreso y de sentir dolor y de resolver ese dolor y de estar plenamente vivo.”

En qué consiste la felicidad

Brooks subraya que si tenemos dudas sobre la felicidad conviene que ante todo recordemos una cosa: “Puede que no seas la persona más feliz del mundo, pero puedes ser una persona más feliz de lo que eres”. Siempre hay cosas para mejorar.

Este profesor tiene un popular podcast en Estados Unidos, titulado ‘Como construir una vida feliz’ y admitió que tenía que haberlo titulado ‘Cómo construir una vida más feliz'. Porque se trata de eso. Mejorar algunos aspectos de nuestra vida. No esperar el paraíso.

Para conseguir esos momentos de felicidad hay que luchar. “Encuentra tu camino. Invierte adecuadamente. Esta es la fórmula correcta: ama a las otras personas”, dice. El amor es fundamental.

Hay que buscar un propósito, tener algún tipo de creencia en algo superior. No significa que hemos de ser forzosamente religiosos. Pero sí hemos de creer que hay un significado en nuestras vidas, más allá de nuestra existencia, como un orden universal. “Averigua como hacerlo y tendrás una vida más feliz”, añade.