La búsqueda de la felicidad es uno de los grandes objetivos vitales, pero lo que a menudo no se piensa es que esa búsqueda pasa también, y antes que nada, por hacer felices a los demás. Es una conclusión a la que han llegado los grandes pensadores: para ser feliz uno mismo debe hacer feliz a los demás.
Esforzarse para hacer feliz a las personas que nos rodean genera un efecto dominó que acaba por desencadenar nuestra propia felicidad. “He comprendido que mi bienestar sólo es posible cuando reconozco mi unidad con todas las personas del mundo, sin excepción.” afirmaba León Tolstói, haciendo válida las teorías de la felicidad de ayer y de hoy.
Construir relaciones sanas es tejer la red que nos mantiene conectados al bienestar. Pero tejer esta red requiere tiempo y esfuerzo, y el día a día a menudo no nos permite focalizarnos en esta importante tarea.
La investigadora Stephanie Harrison, psicóloga especializada en psicología positiva y autora del libro "New Happy", lleva más de una década centrada en el estudio de la felicidad y ha creado una corriente en la que invita y enseña a cada uno encontrar ese camino hacia la felicidad. Entre otras cosas, ha experimentado en sí misma el efecto terapéutico (en ella y en las personas que la rodean) de decir cada día ciertas frases que, casi sin darnos cuenta, irán mejorando nuestras relaciones, una de las piezas clave de la felicidad, y poco a poco potenciarán enormemente nuestro bienestar.
Las frases para decir cada día que mejoran el bienestar tuyo y de los demás
Las relaciones sociales han demostrado ser un buen preventivo de muchas enfermedades y una terapia para superar baches emocionales. Procura decir cada día a la gente que te rodea, ya sea familia, pareja, amigos, conocidos o compañeros de trabajo, alguna de estas frases.
1. Te estoy agradecido
Los estudios demuestran que la gratitud mejora la vida y ayuda a controlar y gestionar nuestras emociones. Una persona que te vende algo en una tienda, el que te sirve el café, un compañero de trabajo, tu pareja, tu hijo... Todos merecen que les agradezcas esos pequeños gestos que te hacen sentir mejor. Hay que dar relevancia a las acciones más obvias del día a día que son las que suelen recibir poco agradecimiento.
2. Sigue adelante
Una palabra de ánimo puede ser un gran empuje para que otro logre su objetivo. Las palabras de aliento ayudan a avanzar. Resaltar la confianza depositada en otros, sea cual sea su tarea, hará que las otras personas se sientan implicadas, interesadas y reforzadas en lo que están haciendo y por tanto, aumentará su grado de bienestar.
3. ¿Cómo te sientes realmente?
A los que tenemos más cerca no les solemos preguntar cómo están (ni esperamos una respuesta sincera cuando lo hacemos), muchas veces por una simple cuestión de falta de tiempo. Vemos a esa persona cada día, así que nos sentimos capaces de conocer su estado de ánimo solo por pasar horas con ella. Pero no es así. Es necesario preguntar a quienes tenemos más cerca cómo se encuentran y escuchar sus respuestas (no vale con una 'conversación de ascensor').
Hacerlo puede facilitar que el otro ponga palabras y voz a sus emociones o sentimientos, algo que no siempre es fácil y puede ayudar a reconocer situaciones que requieren atención.
4. ¿Me cuentas más? o cuéntame más
La pregunta anterior está directamente relacionada con esta. A veces le preguntamos a alguien 'cómo está' por simple cordialidad, pero no esperamos en realidad que nos cuente cómo se siente, qué le pasa y cuáles son sus preocupaciones. ¿Cuántas veces te lo han preguntado a ti y has respondido un cordial 'bien' sin más?.
Decirle a alguien que te siga contando, mostrar verdadero interés hace que las personas se sientan valoradas y escuchadas. Las preguntas consideradas de seguimiento, de profundidad, está demostrado que ayudan a verbalizar y gestionar mejor las emociones.
5. ¡Eres genial!
Recibir un cumplido activa la misma parte del cerebro que se activa al recibir dinero. Cuando tengas a alguien cerca fíjate en alguna cualidad interna y alábalo. Una frase sencilla que refuerce su autoestima le arrancará una sonrisa y le hará sentir mejor.
6. Tu me importas
Solemos dar por sentado nuestro amor, cariño o reconocimiento especial por aquellos que tenemos más cerca. Y cuando esa persona se aleja, por las razones que sean, es cuando con nostalgia valoramos su presencia. Pero entonces ya no es útil. Hay que expresar a los que más valoramos cuánto nos importan y hacérselo saber. Aunque te parezca obvio que tu pareja, tus padres o un buen amigo son importantes en tu vida, no está de más decírselo a ellos de vez en cuando.
7. Te perdono
El perdón se asocia a más bienestar psicológico tanto del que perdona como del que es perdonado. Nos molestamos si alguien en el día a día nos hace algo que consideramos mal: algo sencillo como llegar tarde, el desorden de un hijo en casa, el reproche a la pareja por algún descuido cotidiano, un comentario del compañero de trabajo...
Pero no somos conscientes que nosotros también cometemos esos "errores", imperceptibles para unos e inoportunos para otros. Perdonar a los otros también contribuye a ser conscientes de nuestros propio errores y conocernos más ayuda a mejorar para sentirnos bien con nosotros mismos.
8. ¿Qué necesitas?
Pedir ayuda a veces da miedo o vergüenza. Favorecer que el otro pida ayuda en lo que sea, le hará sentir más seguridad en sí mismo. Pedir ayuda no es una debilidad y hay que contribuir a que las personas sientan que pueden levantar la mano sin ser juzgadas.
9. No pasa nada si te resulta difícil
Muchas veces cuando alguien sufre y se preocupa tendemos a decirle que se anime, que no pasa nada, y con eso, sin darnos cuenta le hacemos sentir más solo en su sufrimiento. "Anímate" es una expresión que muchas veces genera el efecto contrario. A esa persona le encantaría estar animada, pero hay algo que se lo impide y, con nuestro intento de darle aliento, hacemos que se sienta culpable por no conseguir algo que a priori parece tan sencillo.
No podemos valorar lo que a otro le hace sufrir o no en función de nuestra experiencia. La percepción de una misma situación es diferente para cada uno y no se puede juzgar el nivel de sufrimiento. Para esa persona eso es un problema en ese momento, y es mejor ayudarle a expresar lo que se le hace difícil que no intentar que lo supere sin pararse en los efectos que le produce.
10. Te quiero
Los instantes de amor compartido son emocionalmente activadores de felicidad, está comprobado científicamente. Di "te quiero" a tu familia, tus amigos, tu pareja, tus hijos y comprueba el efecto en ti y en los demás.