Amor constante más allá de la muerte - Francisco de Quevedo
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Un poema sobre el poder del amor
Francisco de Quevedo es uno de los poetas más célebres de la literatura española del Siglo de Oro. En este poema nos habla del poder del amor para trascender incluso la muerte. En el último verso, “polvo enamorado” nos da una imagen del amor como una fuerza eterna que desafía al tiempo y a la tumba.
Mientras por competir con tu cabello - Luis de Góngora
Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente al lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello,
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Una exaltación de la belleza y el momento presente
Este poema de Góngora es uno de los ejemplos más famosos de culteranismo, un estilo literario del barroco español muy ornamentado y complejo. Sigue el tema del carpe diem o "aprovecha el momento": insta a una joven a disfrutar de su belleza antes de que el tiempo la destruya.
Rima XXI - Gustavo Adolfo Bécquer
¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul,
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
El amor como el sentimiento más inspirador
Este poema breve, uno de los más famosos de Bécquer, presenta la poesía como algo más que meras palabras: es el producto del amor, la belleza y la emoción humana.
Soneto XXIII - Garcilaso de la Vega
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Un amor consciente del paso del tiempo
Este soneto de Garcilaso refleja los ideales renacentistas sobre la belleza, el amor y la naturaleza fugaz de la juventud. Como el poema de Góngora que hemos visto antes, sigue también el tema del carpe diem, que insta a disfrutar la vida antes de que el tiempo pase factura.
Soneto de la guirnalda de rosas - Federico García Lorca
¡Esa guirnalda! ¡Pronto! ¡Que me muero!
¡Teje deprisa! ¡Canta! ¡Gime! ¡Canta!
Que la sombra me enturbia la garganta
y otra vez viene y mil la luz de enero.
Entre lo que me quieres y te quiero,
aire de estrellas y temblor de planta,
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir un año entero.
Goza el fresco paisaje de mi herida,
quiebra juncos y arroyos delicados,
bebe en muslo de miel sangre vertida.
Pero ¡pronto! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.
La urgencia por unirse
Este soneto, que muestra un amor sensual y melancólico, pertenece a la colección Sonetos del amor oscuro de Lorca, una serie de poemas escritos durante sus últimos años de vida y publicados póstumamente. En este poema la urgencia de unirse con la persona amada va unida a la amenaza de que algún día la muerte pueda impedirlo.
Fragmento 130 - Safo
Eros, el que debilita los miembros, de nuevo me estremece,
animal agridulce e irresistible.
La poetisa griega presenta a Eros (el amor, el deseo) como un poder abrumador e ineludible que nos sacude hasta lo más profundo y es, a la vez, agradable y doloroso.
El poeta pide a su amor que le escriba - Federico García Lorca
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
La ambivalencia del amor más intenso
Este soneto, que también pertenece a la colección Sonetos del amor oscuro de Federico García Lorca, es a la vez una súplica del poeta en busca de una conexión emocional más profunda y una expresión del deseo y la vulnerabilidad emocional.
Detente, sombra de mi bien esquivo - Sor Juana Inés de la Cruz
Detente, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
El amor imposible
Este poema, uno de los más famosos de la autora, explora temas como el amor inalcanzable, la ilusión frente a la realidad y el tormento emocional que supone amar a alguien que permanece distante y esquivo.
Ahora te quiero - Pedro Salinas
Ahora te quiero,
como el mar quiere a su agua:
desde fuera, por arriba,
haciéndose sin parar
con ella tormentas, fugas,
albergues, descansos, calmas.
¡Qué frenesíes, quererte!
¡Qué entusiasmo de olas altas,
y qué desmayos de espuma
van y vienen! Un tropel
de formas, hechas, deshechas,
galopan desmelenadas.
Pero detrás de sus flancos
está soñándose un sueño
de otra forma más profunda
de querer, que está allá abajo:
de no ser ya movimiento,
de acabar este vaivén,
este ir y venir, de cielos
a abismos, de hallar por fin
la inmóvil flor sin otoño
de un quererse quieto, quieto.
Más allá de ola y espuma
el querer busca su fondo.
Esta hondura donde el mar
hizo la paz con su agua
y están queriéndose ya
sin signo, sin movimiento.
Amor
tan sepultado en su ser,
tan entregado, tan quieto,
que nuestro querer en vida
se sintiese
seguro de no acabar
cuando terminan los besos,
las miradas, las señales.
Tan cierto de no morir,
como está
el gran amor de los muertos.
Crecer con el amor
Pedro Salinas refleja en este poema una evolución del amor: de un deseo ardiente y efímero a una forma de amor que busca la eternidad. Salinas sugiere que el amor verdadero trasciende lo físico y sobrevive incluso más allá de la muerte.
Si todo fuera mar - Julia de Burgos
Cuando me tomes, trémulo,
habrá lirios naciendo por mi tierra,
y algún niño dormido de caricia
en cada nido azul que te detenga.
Nuestras almas, como ávidas gaviotas,
se tenderán al viento de la entrega,
y yo, fuente de olas, te haré cósmico...
¡Hay tanto mar nadando en mis estrellas!
Recogeremos albas infinitas,
las que duermen al astro en la palmera,
las que prenden el trino en las alondras
y levantan el sueño de las selvas.
En cada alba desharemos juntos
este poema exaltado de la espera,
y detendremos de emoción al mundo
al regalo nupcial de auroras nuestras.
¡Si fuera todo mar,
para nunca salirme de tu senda!
¡Si Dios me hiciera viento,
para siempre encontrarme por tus velas!
¡Si el universo acelerara el paso,
para romper los ecos de esta ausencia!
Cuando regreses, rodará en mi rostro
la enternecida claridad que sueñas.
Para mirarte, amado,
en mis ojos hay público de estrellas.
Anhelar el amor eterno
Una expresión intensa de amor, deseo y anhelo por la unión con la persona amada. Julia de Burgos utiliza el mar, el viento y el universo como metáforas de la intensidad y la profundidad del amor.
Amo, amas - Rubén Darío
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!
el amor como fuerza de la vida
Una exaltación del amor como una fuerza absoluta y esencial para la vida, el principio y fin de la existencia. No se trata de un amor individual o pasajero, sino un amor absoluto, que lo abarca todo y se convierte en el centro de la existencia.
Rima LIII - Gustavo Adolfo Bécquer
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
Un poema sobre el amor irrepetible
Este es, sin lugar a dudas, uno de los poemas de amor más famosos de la literatura española. Bécquer nos habla aquí sobre el amor perdido e irrecuperable, y lo contrasta con los ciclos de la naturaleza, que siempre regresan.
Si yo fuera un poeta - Antonio Machado
Si yo fuera un poeta
galante, cantaría
a vuestros ojos un cantar tan puro
como en el mármol blanco el agua limpia.
Y en una estrofa de agua
todo el cantar sería:
"Ya sé que no responden a mis ojos,
que ven y no preguntan cuando miran,
los vuestros claros, vuestros ojos tienen
la buena luz tranquila,
la buena luz del mundo en flor, que he visto
desde los brazos de mi madre un día".
El amor más delicado y sincero
Machado nos presenta en este delicado poema el amor como un sentimiento profundo, sincero y casi espiritual, más que como un amor apasionado o romántico. Un amor silencioso y sencillo que respira inocencia y que no pide nada a cambio, y que el poeta reconoce como el amor más puro y sentido que en su día, siendo niño, le sorprendió descubrir.
El poeta a su amada - César Vallejo
Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.
En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de septiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.
Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.
Un poema con diferentes lecturas en el que el poeta peruano César Vallejo nos presenta a la amada como una mártir para transmitir que el amor no es solo pasión o conexión, sino también sufrimiento y martirio, pero que estos también pueden superarse.
El fénix y la tórtola - William Shakespeare
Que el pájaro de canto más agudo
en el único árbol de la Arabia,
sea heraldo y clarín con su tristeza
y obedezcan su voz las castas alas.
Pero tú, mensajero vocinglero,
sucio procurador del vil demonio,
agorero del fin de nuestra fiebre,
no te acerques, jamás, a este tropel.
Que sea esta reunión, por fin vedada,
a las aves de alas dictadoras,
a excepción de las águilas solemnes:
Regúlese el rigor de estas exequias.
Que el sacerdote vista, alba casulla,
como cantor de sones funerarios.
Sea el cisne agorero de la muerte
para que el Réquiem no falte a la cita.
Y tú, cuervo tres veces centenario,
que has creado las razas más oscuras,
con el aire que das y que has tomado,
camina junto a nuestros sufridores.
Aquí y en este instante empieza el himno:
Han muerto ya el amor y la constancia,
el fénix y la tórtola han volado
en llama solitaria de este sitio.
Siendo dos a querer, tanto se amaban
que fundieron en uno su cariño,
dos seres tan distintos, indivisos,
por la gracia de amor muerto su número.
Corazones distantes, no alejados;
distantes al mirar sin ver espacio
«entre la dulce tórtola y el fénix
consiguieron un mundo prodigioso».
Tal resplandor había en sus amores
que veía la tórtola sus bienes
flamear en los ojos de su fénix,
porque todo lo suyo era de ella.
Mas resultó la lógica violada
ya que todo lo propio era distinto
y a unión de su nombre en uno solo
no podía expresarse con un número.
Confusa la razón por ella misma
veía florecer lo dividido,
para sí, lo del uno y lo del otro
y a la vez lo sencillo y lo compuesto.
Y exclamó: «¡Este dúo bien parece
por su grata armonía una voz sólo!»
Tiene el amor razón y no la tiene
si así se identifica lo distinto.
Y compuso este canto funerario
a la tierna paloma y a su fénix,
compañeros y estrellas del amor,
como coro a su trágico escenario.
En este poema (que es más bien una elegía), Shakespeare celebra el amor ideal, puro y eterno encarnado en dos seres: el fénix (que simboliza la inmortalidad) y la tórtola (símbolo de la fidelidad).
Fragmento 31 - Safo
Me parece igual a los dioses
el hombre aquel que frente a ti se sienta,
y de cerca, mientras dulcemente
hablas te escucha
y mientras ríes seductora, lo que sin duda
hizo volcar mi corazón dentro del pecho.
Miro hacia ti un instante y de mi voz
ni un hilo me sale,
mi lengua queda inerte y un sutil
fuego recorrió mi piel al instante.
Ya con mis ojos nada alcanzo a ver
y mis oídos zumban;
me desborda el sudor, un temblor toda
me invade, más pálida que la hierba
me vuelvo y me parece que estoy
a punto de morir.
Pero todo se ha de sobrellevar…
Este poema, uno de los más famosos de Safo, nos presenta el amor como una fuerza intensa, casi insoportable. Los síntomas físicos que provoca (temblores, sudoración y una sensación parecida a la muerte) ilustran la profundidad con la que nos afecta el amor.
Vivo sin vivir en mí - Santa Teresa de Jesús
Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di puso en mí este letrero:
«Que muero porque no muero».
Esta divina unión,
y el amor con que yo vivo,
hace a mi Dios mi cautivo
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a mi Dios prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
Acaba ya de dejarme,
vida, no me seas molesta;
porque muriendo, ¿qué resta,
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que ansí te requiero:
que muero porque no muero.
El poema de amor místico por excelencia
Este poema místico y religioso no nos habla de un amor terrenal sino del amor a Dios. Describe un amor que no es físico sino espiritual, trascendente y místico. Una fuerza tan poderosa que hace que la vida terrenal parezca vacía.
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Poemas para enamorados de amor (DEL BUENO)
No seré nada original diciendo eso que tanto hemos escuchado de que “el amor mueve montañas”. Que levante la mano quien no haya hecho alguna locura en nombre de eso que hacemos llamar amor. Ahora bien, detente un momento. Retrocede hasta aquel momento. ¿Volverías a hacerlo? Con la perspectiva y la sabiduría que da el paso del tiempo, ¿dirías que aquello lo hiciste por amor o podrías ponerle otra palabra? Pasión, apego, miedo… Y es que si algo queda patente en esta selección de poemas de amor para enamorar es que el concepto de amor ha cambiado con el tiempo.
El concepto de amor de pareja, el amor romántico, ha cambiado. Ahora, muchos de esos comportamientos aceptados socialmente que todos admitíamos como demostración de amor han pasado a denominarse amor tóxico, y es que nunca fue cierto eso de "quien bien te quiere te hará llorar". Pero ¿por qué hemos aceptado amores que en lugar de hacernos batir las alas y volar lo más alto posible nos han hecho sentir en una jaula, quizá de oro, pero jaula al fin y al cabo? Pues porque nos faltaba la base sólida sobre la que construir cualquier relación: el amor propio.
Es imposible amar sin amarse. Solo cuando sientes el verdadero valor que tienes eres capaz de poner límites. Y no, no se trata de salirse uno siempre con la suya, sino de encontrar un equilibrio en lo que ambos aportan a ese vínculo, y siempre declinando cualquier petición que vaya en contra del bienestar personal.
Por mucho que las grandes historias de amor de las novelas y el cine estén envueltas en tragedias, el amor no hace sufrir. El amor no te hace sentir pequeña. Ni frágil. El amor no es "sin ti me muero". Amar, como decía el Principito en el libro del mismo nombre escrito por Antoine de Saint-Exupéry, es "desear lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento".