Amor eterno (poema de Gustavo Adolfo Bécquer)
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
El amor verdadero nos da fuerza para luchar contra las adversidades y las catástrofes, y para Bécquer trasciende incluso la muerte.
Es todo lo que tengo para traer hoy (poema de Emily Dickinson)
Esto es todo lo que tengo para traer hoy—
esto y mi corazón, además—
esto y mi corazón y todos los campos
y todas las vastas praderas.
Asegúrate de contar bien— no sea que alguien
pueda revisar la cuenta—
esto y mi corazón y todas las abejas
que en el trébol habitan.
De acuerdo con la famosa poetisa irlandesa, lo más valioso que podemos ofrecer no son posesiones materiales, sino nuestro corazón, nuestro amor y la belleza del mundo natural que nos rodea.
Un vistazo (poema de Walt Whitman)
Un vistazo captado a través de un resquicio,
de un grupo de trabajadores y conductores en una taberna alrededor de la estufa a altas horas de una noche de invierno, y yo sentado en un rincón sin hacerme notar,
de un joven que me ama y a quien amo, que se acerca en silencio y se sienta al lado para tomarme de la mano,
un largo rato entre los ruidos de los que entran y salen, los que beben, sueltan tacos y bromas obscenas,
allí nosotros dos, contentos, felices de estar juntos, hablando poco, tal vez nada.
Este breve poema retrata un momento íntimo de una pareja feliz y enamorada, disfrutando de su intimidad en medio del caos y el ruido. Y es que la conexión entre los enamorados no requiere de palabras, solo de la presencia del otro.
Como si cada beso (poema de Fernando Pessoa)
Como si cada beso
Fuera de despedida,
Cloé mía, besémonos, amando.
Tal vez ya nos toque
En el hombro la mano que llama
A la barca que no viene sino vacía;
Y que en el mismo haz
Ata lo que fuimos mutuamente
Y la ajena suma universal de la vida.
Pessoa nos recuerda en este poema la fugacidad del amor y la inevitabilidad de la separación., y nos invita a vivir el amor con plenitud, valorando cada momento como si pudiera ser el último.
Soneto XVIII (poema de William Shakespeare)
¿Podría compararte a un día de verano?
Tú eres más hermosa y más templada.
Rudos vientos sacuden los capullos de mayo
y el verano se acaba sin tardanza.
A veces el sol brilla demasiado caliente
y otras, su presencia de oro se desvanece.
A veces la belleza declina de su estado
por azar o por el desbocado curso de la natura.
Mas tu eterno verano no morirá
ni tu belleza te ha de abandonar,
ni la muerte se jactará de haberte dado sombra
pues en eternas líneas, frente al tiempo, perdurarás.
Mientras haya un hombre u ojos que vean,
vivirán mis versos que te darán vida.
El soneto XVIII es uno de los más famosos y apreciados de Shakespeare sobre el amor y explora los temas de la belleza, el paso del tiempo y el poder de la poesía para inmortalizar el amor.