La tecnología 5G de la telefonía móvil y el "internet de las cosas" ya está entre nosotros. El pasado mes de julio, Vodafone lanzó su red sobre 15 ciudades españolas. Se promete navegación acelerada, nuevos servicios y comodidades, pero los riesgos para la salud se están silenciando.
Existen científicos independientes que nos advierten de las consecuencias de estar continuamente sometidos, sin descanso, a la contaminación electromagnética que suponen las emisiones de alta frecuencia de antenas, móviles, wifis y aparatos inalámbricos conectados.
Situación sin control: los gobiernos no regulan y los científicos se preocupan
Investigadores como Magda Havas, Annie Sasco, David Carpenter o Ceferino Maestú, que participaron en las I Jornadas Científicas organizadas por la Asociación de Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud (EQSDS) en Segovia, advierten que la tecnología 5G irá acompañada de un aumento de una variedad de patologías, desde infertilidad a enfermedades neurológicas y cáncer.
"Los gobiernos no están controlando lo que pasa y los científicos estamos muy preocupados", afirmó Ceferino Maestú, director del Laboratorio de Bioelectromagnetismo del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid.
Cáncer, diabetes, ictus, infartos…: el precio de la tecnología 5G
"Ya es imposible decir que las radiofrecuencias no producen cáncer", afirmó David Carpenter, coautor del informe internacional Bioinitiative y director del Instituto de Salud y Medio Ambiente (Nueva York), centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2011 clasificó las microondas de la telefonía móvil como "posiblemente cancerígenas".
Otro efecto sería la aparición de un tercer tipo de diabetes cuyo desencadenante sería la contaminación electromagnética. "Al exponernos a esta radiación, se altera el funcionamiento de las células", especificó Magda Havas, profesora de ciencias ambientales de las universidades canadienses de Toronto y de Trent.
Magda Havas advirtió que puede darse una catástrofe sanitaria, en la que las personas con hipersensiblidad electromagnética podrían sufrir ictus o infartos por coagulación de la sangre, ya que en ella "los glóbulos sanguíneos se aglutinan, no fluyen libremente" cuando están expuestas.
Un estudio francés de 2018 del profesor Dominique Belpomme concluye que empieza a haber consenso sobre el aumento de estrés oxidativo generalizado por exposición a los campos electromagnéticos, algo que el 80% de las personas con electrosensibilidad registra en índices más altos, según David Carpenter.
Por eso, dijo, no hay que centrarse solo en el calentamiento de los tejidos (único efecto que cuenta con consenso) porque hay más efectos biológicos "y con la G5 va a ser peor".
Gran afectación en niños y jóvenes
El estudio Mobi-Kids, presentado a la Comisión Europea en 2017 y aún sin publicar, podría conseguir –según Annie Sasco, exdirectora de epidemiología del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia– que la IARC elevara la clasificación dentro del Grupo 2A, "probablemente cancerígeno", o Grupo 1, "cancerígeno", ya que muestra un riesgo de cáncer cerebral para las personas de 7 a 24 años.
¿Qué nos dice la investigación oficial?
Quizá el estudio que ha tenido más repercusión en los últimos meses ha sido el realizado por el Programa Nacional de Toxicología del Instituto Nacional para la Salud y la Seguridad Ambiental de Estados Unidos.
Este estudio ha hallado una "clara evidencia" del efecto cancerígeno de las emisiones de los teléfonos móviles sobre ratones de laboratorio. En concreto, la investigación señala que una exposición elevada se relaciona con tumores malignos en el corazón (schwannomas). También existe "alguna evidencia" de tumores malignos cerebrales (gliomas) y de cáncer en las glándulas adrenales.
Estos resultados han sido confirmados por otras investigaciones, como la llevada a cabo en el Instituto Ramazzini (Italia), que también ha encontrado una relación entre las emisiones de microondas y el schwannoma maligno de corazón y el glioma.
Otro estudio epidemiológico interesante es el francés CERENAT, publicado en Occupational Environment Medicine, que constata que el uso del móvil, incluso 30 minutos al día, duplica o triplica el riesgo de padecer un tumor cerebral.
Protestas en marcha contra la tecnología 5G
Debido al despliegue de la tecnología 5G, la contaminación electromagnética aumentará notablemente en los próximos años y con ella los efectos negativos sobre la salud de las personas. Ante la falta de conciencia política y social sobre el problema, se han organizado plataformas apoyadas por personas afectadas y científicos como "STOP 5G", que ya cuenta con grupos en 200 ciudades del mundo.
Estas plataformas exigen una moratoria en el desarrollo de las redes 5G, cambios en la normativa que regula los niveles de emisión y se plantean presentar demandas contras las empresas de telefonía.