Con sus flores en todos los colores del arcoíris, el hibisco (Hibiscus) llama la atención en cualquier jardín o terraza. Aunque se trata de una planta ornamental verdaderamente exótica, el hibisco hace tiempo que se ha introducido en el paisaje de nuestros jardines.

Es una planta de la familia de las malvas (Malvaceae) y se puede tener tanto como planta de interior como en el jardín. Puede crecer como planta herbácea, subarbusto o arbusto anual o perenne. La diversidad de la planta va desde grandes plantas en macetas de 20 centímetros hasta arbustos de dos metros de altura en el jardín.

Las flores del hibisco también son variadas, pueden tener una gran cantidad de formas y colores y sin duda aportarán color y un toque de exotismo a tu jardín o habitación. Ahora bien, para poder cuidar bien este arbusto tan especial en casa, necesitas saber unas cuantas cosas que te explicamos a continuación.  Algunos cuidados y trucos son básicos si quieres que eche muchas flores en los meses de verano, cuando se produce la floración.

1. al comprar el hibisco presta atención a estas 3 cosas

Al comprar un hibisco, si quieres asegurarte de que le dispensas los cuidados adecuados y quieres que florezca bien cuando tú esperas, debes prestar atención a los siguientes tres aspectos:

  • Su tamaño: especialmente si deseas conservar tu hibisco como planta de interior, el tamaño es crucial. Al fin y al cabo, el alféizar de una ventana no ofrece un espacio infinito.
  • La variedad: también debes prestar atención al tipo y variedad de hibisco al comprar. Los diferentes tipos de hibisco también tienen diferentes requisitos y deben cultivarse y cuidarse de manera diferente. Además, cada variedad florece de forma diferente.
  • El estado de salud de la planta: debes comprobar la salud de la planta y asegurarte de que el hibisco se vea vital y saludable. La planta también debe estar libre de enfermedades o plagas.

2. Ya has elegido tu hibisco: ¿dónde lo plantas?

El hibisco es un compañero exigente en la habitación y en el jardín. Tanto la calidad del sustrato como la luz solar juegan un papel importante al plantar hibiscos.

  • El suelo: estas bellezas exóticas prefieren suelos ricos en nutrientes con una proporción equilibrada de arena y arcilla. Un enriquecimiento adicional del suelo con compost favorece la formación de flores en verano.
  • ¿Mucha o poca luz? En el exterior, le encanta una ubicación a pleno sol. La mejor época del año para plantar los hibiscos es la primavera.

Si ya lo tienes claro, sigue estas instrucciones breves para plantar hibiscos:

  •  Elige un lugar soleado
  •  El hoyo de plantación debe ser dos veces más grande que el cepellón
  •  Mezcla el material excavado con compost
  •  Riega generosamente
  •  Aplica una capa de mantillo

3. ¿Tú idea es plantar el hibisco en maceta?

Si quieres plantar el hibisco en maceta, entonces es mejor que te hayas asegurado de elegir variedades pequeñas, que son más adecuadas para cultivar en macetas. En verano, el hibisco de interior también se puede colocar en un lugar soleado en el jardín o en la terraza.

Ten en cuenta que esta especie es sensible a las heladas y tiene que pasar el invierno en el interior o en el jardín de invierno.

En caso de optar por hibiscos para plantar en maceta, sigue estas otras instrucciones:

  • Busca una ubicación soleada y cálida en verano y  luminosa y fresca en invierno
  • Elige una maceta suficientemente grande
  • Usa un sustrato rico en nutrientes con alto contenido en humus
  • Crea una capa de drenaje
  • Riega generosamente

Información más detallada sobre cómo plantar hibiscos en tierra o maceta aquí.

4. Riega bien tu hibisco y mantenlo feliz

El hibisco es una auténtica diva en el jardín, sus flores encantan a todos, pero también requiere un cuidado extremo. 

A continuación, te brindamos una descripción general de cómo puedes mantener tu hibisco sano y feliz con el riego adecuado. Las necesidades de agua de las distintas especies de hibisco son muy diferentes, así que toma nota:

Al hibisco de jardín le gusta un poco más la sequía en verano. Aún así debería haber un suministro constante de agua, reduce el riego a una vez cada tres días.

Un hibisco en interior, especialmente cuando se trata de una planta expuesta al aire seco de la calefacción en invierno, quiere mantenerse húmedo en todo momento. Sin embargo, debes evitar el encharcamiento.

5. ¿Has podado el hibisco?

El mejor momento para podar tu hibisco es justo a principios de primavera, cuando comienza la fase de crecimiento.

Cuanto antes cortes el hibisco que aún no tiene hojas, más tiempo tendrá para recuperarse del corte. No debes ser demasiado aprensiva al cortar el hibisco.

En las plantas jóvenes no hay problema si al final sólo quedan dos o tres brotes. Éste se vuelve a acortar al menos a la mitad para favorecer la ramificación en la base del brote.

El hibisco se recuperará durante la fase de crecimiento y desarrollará ramas densamente ramificadas con el tiempo. Este recorte radical se podrá repetir la próxima primavera con la conciencia tranquila.

6. Usa fertilizante todo el verano, y si es orgánico, mejor

La aplicación regular de fertilizante puede ayudar a garantizar una inflorescencia más exuberante con múltiples flores.

Si apuestas por el abono mineral para tu hibisco, deberás suministrarle un abono completo cada dos o tres semanas, de abril a septiembre. Sin embargo, abonar con un abono orgánico es más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

La fertilización regular desde la primavera hasta el otoño también es fundamental para las plantas en macetas. En este caso, también se recomienda especialmente el fertilizante orgánico, ya que proporciona al hibisco los nutrientes adecuados para unas flores hermosas a largo plazo.

Aprovecha tu hibisco para propagarlo

Si has logrado tu objetivo y tu hibisco prospera en tu hogar, balcón o jardín, quizá quieras ampliar el número de plantas. ¿Por qué no propagar el hibisco que ya tienes, y que tantas flores ha echado, para obtener nuevos hibiscos en lugar de comprar una nueva planta?

Los hibiscos los puedes propagar mediante semillas, maceteros o esquejes.

  • Cuando se propaga por semillas, es posible que la planta resultante no tenga el mismo color de flor que el hibisco madre.
  • La propagación por esquejes, por otro lado, requiere mucha habilidad y no siempre tiene el éxito esperado.