Las adelfas, el bambú o los pastos ornamentales, como la hierba de sangre, la cola de caballo o la hierba gatera, entre muchas otras, son clásicos entre las plantas en maceta de fácil cuidado, ideales para terrazas.
Estas plantas crean focos de atención verdes y pueden transformar hasta el balcón más estéril en un espacio lleno de vida.
Aunque son relativamente sencillas de mantener, es fundamental trasplantarlas a una maceta más grande de manera periódica. Lo mismo ocurre con muchas otras plantas. Si tienes dudas de cuándo y cómo trasplantar tus plantas en maceta, aquí encontrarás las respuestas.
¿Por qué es necesario trasplantar las plantas en maceta?
Como cualquier otra planta, las de maceta siguen creciendo año tras año, incluso con un espacio limitado alrededor de sus raíces. Para que se mantengan saludables y vitales, es necesario proporcionarles un hogar más grande para sus raíces.
Con el tiempo, las raíces ocupan todo el espacio disponible en la maceta, formando una red tan densa que el agua y los nutrientes apenas pueden penetrarla.
Además, plantas como las adelfas consumen rápidamente los nutrientes del sustrato, que tiende a compactarse. Esto puede favorecer la pudrición de raíces muertas y atraer patógenos y plagas.
¿Cuál es el momento ideal para trasplantar?
El momento ideal para trasplantar plantas en maceta es la primavera, cuando están a punto de brotar nuevamente. Durante este período, el sustrato fresco potenciará su vigor de crecimiento.
Aunque el otoño marca el inicio de la hibernación y la pausa en su crecimiento, en primavera las plantas aprovechan mejor los nutrientes renovados.
Señales claras de que tu planta necesita ser trasplantada
Presta atención a tus plantas y transplántalas cuando se produzca alguna de estas situaciones:
- La planta parece desproporcionadamente grande en comparación con su maceta.
- Las raíces salen por los agujeros de drenaje.
- El cepellón está extremadamente compacto, casi sin sustrato, y la planta se seca con rapidez.
Pasos para trasplantar plantas en maceta
Con una buena preparación y los materiales adecuados, trasplantar plantas es un proceso sencillo. Un día seco y templado de primavera, sin riesgo de heladas, es el momento ideal para hacerlo.
Material necesario:
- Maceta: la nueva debe tener entre 2 y 4 centímetros más de circunferencia que la anterior. Evita macetas excesivamente grandes, ya que pueden almacenar demasiada agua y favorecer la pudrición.
- Sustrato: utiliza tierra para macetas de alta calidad, adaptada a las necesidades específicas de la planta. Por ejemplo, las plantas mediterráneas, como la adelfa, requieren un tipo de sustrato diferente al de las gramíneas.
- Material de drenaje: grava, fragmentos de arcilla o arcilla expandida ayudan a evitar encharcamientos.
- Herramientas: guantes, tijeras de podar y una pequeña pala de mano. Para limpiar después, un cepillo de mano o una escoba serán útiles.
Instrucciones paso a paso:
- Riega previamente: riega abundantemente la planta unas horas antes de trasplantarla para aflojar la tierra y las raíces.
- Extrae la planta: sujeta la planta por el tallo o, si es un grupo de tallos como las gramíneas, agrúpalos con la mano. Sácala con cuidado. Si el cepellón está muy apretado, empuja desde el orificio de drenaje con un dedo.
- Limpia las raíces: examina el cepellón, separa las raíces y corta las que estén viejas o muertas con tijeras afiladas. Retira el sustrato viejo acumulado entre ellas.
- Prepara la nueva maceta: coloca una capa de drenaje en el fondo, como fragmentos de arcilla o grava, para evitar encharcamientos.
- Añade sustrato: llena un tercio de la nueva maceta con sustrato fresco. Coloca la planta en el centro y añade más tierra hasta cubrir las raíces, dejando un margen de unos 10 centímetros.
- Compacta y riega: presiona suavemente el sustrato alrededor de las raíces y riega abundantemente. Asegúrate de que el agua drene correctamente y de que la tierra quede completamente húmeda.
¿Macetas de plástico o de barro?
La elección del material de la maceta suele generar debate. Las macetas de arcilla son populares por su estética, desarrollan una pátina natural con el tiempo y permiten cierto grado de transpiración. Sin embargo, cuando son grandes, pueden resultar muy pesadas, especialmente al contener tierra y plantas.
Por otro lado, las macetas de plástico grandes, disponibles en acabados que imitan la arcilla, son más ligeras y prácticas, especialmente si necesitas mover las plantas durante el invierno. Desde luego, no se trata de un material natural y después de su vida útil lo tienes que llevar a un centro municipal de recogida de residuos.
Si prefieres macetas de barro, recuerda protegerlas adecuadamente en invierno usando vellón y material aislante para evitar daños por las heladas.
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