Déjame recordarte o tal vez revelarte que el ayuno lunar es otra forma de regular nuestra ingesta de alimentos como puede ser el ayuno intermitente o un ayuno puntual para desintoxicar el cuerpo. Es una práctica de ayuno que se realiza en sintonía con la Luna y el ciclo lunar, y que en la tradición ayurvédica de la medicina tradicional india se conoce como ekadashi.
El ayuno lunar es para el ayurveda una herramienta para lograr la alineación entre la mente, el cuerpo y el alma, y se suele acompañar de ejercicio, meditación y contemplación. Pero antes de explicarte con más detalles qué es y en qué consiste esta forma de ayuno lunar, quiero contarte algo sobre mí.
Yo soy un ser bastante lunático, que no quiere decir sino que siento fuertemente la influencia de la Luna en mis emociones, mi estado vital y mi cuerpo físico y espiritual. Desde hace años, contemplo el cielo exterior y mi propio universo interior como parte de mi proceso de autoconocimiento, o podría llamarlo "reconocimiento" de quien verdaderamente soy.
Este camino me ha llevado a múltiples exploraciones en diferentes ámbitos, y en su momento una de las herramientas que descubrí es precisamente el valioso ayuno intermitente, que me fascina y que practico desde hace casi 10 años.
Por qué hacer ayuno: lunar u otro
Hoy en día, raro es quien no conoce o no ha oído hablar del ayuno, o incluso del ayuno intermitente, aunque los motivos para practicarlo son tan variados como almas hay sobre este planeta. Puedes haberte acercado a él con un objetivo de mejora física, para eliminar toxinas, para sentir mayor ligereza en el cuerpo, por rendir más, para obtener mayor claridad y concentración mentales, para lograr una conexión espiritual superior, para ampliar la conciencia o, incluso, como me comentó una vez una persona: “porque ahorro al comprar y, de esta forma, consumir alimentos ecológicos para un estudiante no se vuelve un reto económico”.
Sea cual sea el motivo por el que se hace ayuno total, durante días concretos o ayuno intermitente en el día a día, somos muchos los que hemos podido comprobar lo beneficioso que resulta. No se trata de algo novedoso, aunque así pudiera parecerlo en estos momentos: la propia naturaleza nos ha incitado desde el inicio de los tiempos a llevarlo a cabo. Hay momentos en el ciclo estacionario en el que, en ciertas partes de nuestro planeta, la comida es escasa o incluso inexistente, y el ayuno surge de forma natural.
Sin embargo, el “progreso” de nuestra especie nos ha desconectado de los procesos naturales. Hoy en día podemos encontrar todo lo que queremos aun sin tener que movernos de casa, y esto nos desconecta de lo que realmente nuestro cuerpo necesita para vivir en sintonía con el ciclo de la naturaleza.
Aunque esto suceda, la Naturaleza interior siempre encuentra cómo comunicarse con nosotros a través del ruido creado y nos permite así volver a conectar con nuestra sabiduría interior, que nos pide descansar, alimentarnos, meditar y todo aquello que necesitamos para poder vivir de una forma más equilibrada y feliz en la vida. Por eso, cada vez se oye más hablar del ayuno como una forma de liberar el cuerpo de toxinas –que todos los que vivimos sobre este planeta tenemos– y también de favorecer la regeneración de nuestros órganos.
El ayuno lunar del ayurveda
Desde el punto de vista védico, el ayuno no tiene nada que ver con la prohibición, el sacrificio, el sufrimiento o el castigo al cuerpo. El ayuno se experimenta desde un lugar amoroso y respetuoso con el cuerpo para así lograr esa alineación entre la mente, el cuerpo y el alma de la que hablábamos al empezar este artículo. Además, esta práctica ha de ir acompañada con una mayor conciencia sobre uno mismo, una voluntad de servicio hacia los que nos rodean, ejercicio, meditación y contemplación.
En la actualidad, muchas personas –con problemas de sobrepeso o no– utilizan esta preciosa experiencia con el único objetivo de perder peso y reducir su volumen corporal. En muchísimos casos, esto acaba generándoles mucha decepción, porque no logran perder los kilos deseados o ni tan siquiera mantener la pérdida.
El ayuno practicado de una forma poco consciente puede ser sentido como un castigo y sacrificio que para nada nos facilita llegar a un estado de plenitud y satisfacción, como por el contrario sucede cuando lo practicamos desde el amor y la conciencia.
Para la medicina ayurvédica, una fabulosa forma de limpiar el organismo para así lograr armonizar el “cuerpo-mente” y alcanzar una mayor conciencia es reduciendo la ingesta de alimentos.
Entre las múltiples formas de llevar acabo este proceso, dos de ellas están muy conectadas con las fases de la Luna.
Chandrayan Vrat o ayuno lunar intermitente
Esta forma de ayuno lunar parte de la base de que los alimentos tienen mayor energía en la fase de Luna creciente y llena, por lo que es durante esas fases cuando hemos de comer e ir reduciendo nuestra ingesta durante la Luna menguante, hasta llegar al ayuno total durante la Luna nueva.
Esta práctica tiene dos formas de hacerse. La más común consiste en ir reduciendo la cantidad de comida a medida que avanza el ciclo lunar empezando cuando hay Luna llena:
- Hacer un plato de comida completo en Luna llena.
- Luego ir reduciendo 1/15 de bocado cada día hasta llegar a la Luna nueva.
- En Luna nueva se ayuna: no se come nada, solo se toman líquidos. Han de ser bebidas no excitantes, o zumo.
- Al día siguiente después de la Luna nueva, comenzar a incrementar poco a poco la cantidad de alimentos, en 1/15 de bocado aproximadamente como se hizo al ir reduciendo. Así, día a día, se va de nuevo llenando el plato hasta llegar a la siguiente Luna llena.
Ekadashi o ayuno al ritmo de la luna llena y la luna nueva
Esta otra práctica es tal vez la más conocida. Es una herramienta ancestral cuyo nombre en sánscrito lo define claramente: Ekadashi significa “el décimo primero” e invita a practicar el ayuno el onceavo día después de la Luna llena y de la Luna nueva.
A diferencia de la forma anterior de ayunar, esta anima a hacer un ayuno completo de 24 a 36 horas en dos días concretos del ciclo lunar. Además se caracteriza por estas dos reglas:
- Durante el día de antes se sugiere hacer una comida vegetariana sátvica sin cereales, ajo, cebolla, huevos ni legumbres.
- Justo al día siguiente del ayuno, se recomienda ingerir una pequeña cantidad de cereales.
Te sugiero que, si no has practicado nunca un ayuno total de 24 horas y eres una persona que suele comer en abundancia, no es necesario que te lances de golpe a ello. Puedes ir entrenándote en la sensación de sentir hambre y no comer, y sobre todo elegir los días de Luna menguante.
La Luna menguante facilita estos procesos, porque el cuerpo ya siente que vamos a reducir y eliminar, frente a los días de Luna creciente, en que tendemos a la expansión y la abundancia.
Prepara tu mente para el ayuno lunar
El estado emocional en el que te encuentras también es muy importante a la hora de restringir las comidas. Permítete conectar con tu sabiduría interior:
- Respira profundamente las veces que sean necesarias para tranquilizar tu cuerpo y también tus pensamientos.
- Contempla desde dónde deseas hacer el ayuno. ¿Por qué quiero hacer esto? ¿Qué ando buscando con ello? ¿Realmente deseo hacerlo? ¿Podría sentirme bien si decido no hacerlo?
- Respira de nuevo y, cualesquiera que sean la pregunta y la respuesta que hayan surgido, dales un espacio para que se expresen en ti con claridad y puedas ver de dónde ha surgido.
- Decidas lo que decidas, recuerda, siempre, que está bien.
Cómo hacer el ayuno lunar ekadashi paso a paso
Si decides hacer el ayuno justo los 11 días después de la Luna llena y la Luna nueva, puedes hacerlo siguiendo estas pautas:
- El día antes haz tu comida vegetariana sátvica sin cereales, ajo, cebolla, huevos ni legumbres.
- El día del ayuno suprime esos alimentos y toma solo agua e infusiones libres de teína.
- Al día siguiente introduce una pequeña cantidad de cereales, como puede ser una crema de arroz o un porridge de avena, para romper el ayuno, desayunar y luego comer una comida también ligera.
Alternativas al ayuno lunar total
Una alternativa, si no tienes práctica o incluso no te apetece ayunar todo el día, es ese día reducir las comidas a una, a dos o incluso hacer las tres de esta manera:
- Desayuno: puedes tomar fruta (cocinada si la temperatura es baja o si tu sistema digestivo no es muy potente) y añadirle canela. Si necesitas algo que sustituya al café, puedes tomar una infusión suavecita, como una infusión de hierbaluisa.
- Comida:trigo sarraceno (si es invierno) o quinoa cocidos con verduras al vapor o bien pasadas ligeramente por la sartén con un poco de aceite, sal y pimienta. Puedes acompañar con una sala de yogur ecológico de cabra o vegano con un chorrito de limón. Recuerda no utilizar, cereales, legumbres, ajo, cebolla, huevos, carne o pescado.
- Cena: una crema ligera de zanahoria o un caldo de verduras. Puedes utilizar ghee para tostar semillas de especias y añadir alguna verdura de temporada en forma de caldo o bien en forma de crema. Por supuesto, sin utilizar los alimentos no sátvicos.
Otra opción será tomar solo un batido o zumo de verduras y frutas. Si eres una persona acostumbrada a comer, evita hacer ayunos con zumos verdes, porque puede que te den más ganas de pegarte un atracón de hidratos de carbono o sientas un gran vacío interior, que no es lo que estás buscando.
¿Qué ayuno lunar me irá mejor a mí?
Lo más importante a la hora de decidir qué tipo de ayuno vas a hacer, durante cuánto tiempo y con qué alimentos, es sentir que lo que realmente deseas y necesitas en este preciso momento.
El Ekadashi es una de las miles opciones que hay para hacer ayuno, y dentro del mismo vedismo tienes otras opciones.
Hay practicantes de yoga, por ejemplo, que deciden hacer un día a la semana un ayuno de 24 horas; personas que deciden no comer alimentos de origen animal un día a la semana e incluso personas que comienzan por no comer pan un día a la semana o al mes. Cualquier que sea la opción que practiques o vayas a practicar, será fabulosa si decides hacerlo desde un lugar de plena consciencia y comprensión.
Y, como gran aliada en cualquier proceso de transformación y conexión con nuestro ser real, la Luna está ahí para facilitarnos el camino. Solo has de sentir su fuerza cambiante y decidir cuál es el mejor momento para ti según la energía con la que la Luna te conecta..
Confía en tu intuición y permítete contemplar lo que verdaderamente te impulsa en la vida. Vivir en equilibrio consiste en conectar con tu sabiduría interior y tomando la información que realmente es valiosa para ti en este precioso instante y descartando todo lo demás.