Te lo van a poner difícil para que te quieras.
Porque siempre hay alguien sacando provecho del odio hacia ti misma.
De tu falta de autoestima.
Va a ser complicado que te aceptes tal cual eres.
Porque siempre habrá una imagen externa que intentará recordarte que no está bien.
Que hay algo malo en ti.
Será casi imposible que no tengas complejos.
Que vivas libre sin importarte el qué dirán.
Que pases absolutamente de todos esos comentarios que intentarán herirte.
Te mirarás al espejo y querrás ver otra cosa.
Pero tu cuerpo es un medio para poder vivir.
Tu cuerpo te lo dieron tus padres.
Se formó en el interior de tu madre.
Tu cuerpo y tu cara son la herencia de algo.
Hay muchísima gente que ya no está a la que le gustaría tener un cuerpo.
Cualquier cuerpo, sí.
Si eso les hace posible la existencia.
Le encantaría tener tus inmensas caderas o tu nariz o esa barriga o la calva o los dientes torcidos.
Porque eso sería tener algo todavía.
Tu cuerpo es un vehículo para transitar el mundo.
Una única vez.
Así que sea de la forma que sea, está bien.
Tu cuerpo es un instrumento para poder sentir lo que te rodea.
Para poder amar.
Así que la próxima vez que te mires al espejo y te quieras borrar.
Y quieras desaparecer porque no te gusta nada lo que ves.
Piensa de dónde vienes.
Y hacia dónde vamos todos y todas.
Piensa en aquello feo que ves en ti es lo que queda de los que se fueron.
Y que cada vez que te desprecias.
Que desdeñas el poder respirar.
Estás faltando al respeto a los muertos.
Estás olvidando todo lo bello.
De vivir.