La alcachofa se puede cocinar de muchas formas: asada, cocida, al vapor, frita, a la plancha. Lo más importante para conseguir buenos platos con alcachofa es respetar siempre sus tiempos de cocción, pues no es una hortaliza que esté lista en pocos minutos, necesita una cocción prolongada para que quede bien tierna. Si respetas esto, cualquier receta resultará exquisita.

Cuando es temporada de alcachofas podemos encontrar las alcachofas frescas a muy buen precio en verdulerías y mercadillos, largas, pequeñas, redondas o grandes. Fuera de temporada podemos optar por los corazones de alcachofa que se venden en conserva, ya pelados y cocidos. En este artículo te proponemos recetas con alcachofas frescas y alguna también con alcachofas de lata para poder disfrutarlas todo el año.

 

Consejos para prepararlas

La alcachofa es una hortaliza muy curiosa, pues es la flor de un cardo muy grande, sin tantas espinas, que consumimos cuando aún está verde y no ha florecido.En España tenemos alcachofas con denominación de origen (D.O.) o indicación geográfica protegida (IGP), como la alcachofa de Benicarló o la alcachofa de Tudela, además de las clásicas que se cultivan sobre todo en la cuenca mediterránea.

  • Aunque toda la alcachofa es comestible, las hojas exteriores se quitan porque resultan muy leñosas y al masticarlas se forma una masa de fibras duras. También se quita la "pelusa" del interior, que queda con textura algodonosa.
  • Para evitar que se oxide y se amarrone, lo mejor es frotarlas con limón y dejar en agua fría con limón conforme las vamos limpiando, pelando y cortando.
  • Si quieres conservarlas durante mucho tiempo, congeladas, primero tendrás que limpiarlas y cortarlas, y después cocerlas o cocinarlas al vapor.

Si quieres saber más, aquí tienes más consejos sobre cómo cocinar alcachofas.

10 recetas con alcachofa para disfrutarlas

Toma nota de estas 10 ideas de recetas de alcachofas que son una delicia para los sentidos.

 

Frijoles con alcachofas

Ingredientes:

  • 1 taza de frijoles negros dejados en remojo la noche antes (8-12 horas)
  • 6 alcachofas
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 pimiento rojo
  • 400 g de tomate triturado
  • 1 trocito de jengibre
  • 2 hojas de laurel
  • 2 tazas de caldo de verduras
  • sal al gusto

Preparación

  1. Limpia, pela y corta las alcachofas y déjalas en remojo en agua con limón.
  2. Pica fino el pimiento rojo.
  3. Calienta el aceite en una olla exprés a fuego medio y dora ligeramente el pimiento.
  4. Añade el tomate, jengibre y laurel y deja que reduzca 5 minutos.
  5. Escurre los frijoles y agrégalos a la olla.
  6. Añade el caldo de verduras, las alcachofas y el agua necesaria hasta llenar la olla a los 3/4 de su capacidad (o el tope máximo que marque la olla).
  7. Cierra la olla y ponla a fuego fuerte.
  8. Cuando empiece a "pitar" (salir vapor por la válvula), ponlo a fuego lento y deja que se cocine todo junto 25 minutos.
  9. Apaga el fuego y deja que se temple la olla para poder abrirla.
  10. Remueve bien, añade sal al gusto y sírvelo.

Cómo conservar alcachofas

La temporada de las alcachofas es relativamente corta, aunque hay muchas formas de conservarlas para tenerlas disponibles durante todo el año:

Alcachofas congeladas

Para conservar las alcachofas congelándolas:

  • Primero tenemos que limpiarlas, igual que si las fuéramos a comer en el momento, y cortarlas por la mitad o en cuartos.
  • Después, blanquea los trozos en abundante agua hirviendo 1-2 minutos (1 minuto si es en cuartos, 2 minutos en mitades), pásalas a un bol con agua muy fría.
  • Después escúrrelas bien, sécalas con un trapo y mételas en bolsas de congelación o tuppers bien cerrados. Te durarán 2-3 meses.

Para usarlas no es necesario descongelar, puedes ponerlas directamente a la sartén, en el plato que estés cocinando, al vapor, etc.

Alcachofas en aceite

Otra forma de conservarlas es en aceite, igual que hacemos por ejemplo con los ajos o los tomates secos.

  • Primero limpia las alcachofas y córtalas en el tamaño que quieras (en cuartos o en mitades, por ejemplo).
  • Pon a hervir abundante agua con vinagre (más o menos 1 taza de vinagre por cada 3 de agua) y especias para darles sabor (puedes poner ajos, romero, tomillo, cebolla, laurel, etc) y hiérvelas por tandas 3-4 minutos.
  • Escúrrelas y deja que se enfríen.
  • Esteriliza los botes que vayas a usar sumergiéndolos en agua hirviendo y escúrrelos bien.
  • Mete todas las alcachofas que quepan en cada bote y rellena con aceite de oliva hasta cubrirlas.
  • Cierra los botes y ponlos en una cacerola grande con unos 4 dedos de agua hirviendo para cerrar y pasteurizar bien.
  • Cuando se enfríen, sácalos, sécalos y guárdalos en la despensa, te durarán 6 meses.

Si lo prefieres, las puedes guardar en aceite confitándolas primero: en lugar de hervirlas con agua y vinagre, cuécelas en aceite a baja temperatura 25-30 minutos, hasta que estén bien tiernas, y procede igual.

Alcachofas encurtidas

Las alcachofas, como muchos otros vegetales como pepinos, zanahorias, coliflores, pimientos, cebollas o berenjenas, se pueden encurtir y quedan deliciosas.

Para ello recomiendo usar las alcachofas más pequeñas que tengas o que encuentres, no solo porque se encurtirán más rápido, también porque nos darán bocados más pequeños y fáciles de combinar con otras cosas.

Por supuesto puedes adaptar las especias a tu gusto, usando las que tengas o las que más te gusten para los encurtidos.

Yo recomiendo usar ajos, aceite de oliva virgen extra de sabor suave, vinagre de manzana, vinagre de arroz, zumo de limón (y unos gajos si quieres), cominos, pimentón dulce, chalotas, hinojo, orégano... vamos, ingredientes muy comunes en los encurtidos.

  • Antes de empezar, hierve tus botes para esterilizarlos.
  • En una cacerola grande pon un poco de agua, vinagre de manzana (unas 4 veces más vinagre que agua), ajos pelados, comino e hinojo en semilla (o las hierbas y especias que quieras) y un puñadito de sal y llévalo a ebullición. La cantidad dependerá de cuántas alcachofas tengas para encurtir y cuántos botes para rellenar.
  • Apártalo del fuego.
  • Limpia las alcachofas y ve dejándolas en un bol con agua y limón.
  • Cuando estén todas, vuelve a poner al fuego la mezcla para encurtir, añade todas las alcachofas (escurridas) y ponlo a fuego fuerte. Cuando lleve 1 minuto en ebullición, retíralo y pásalas a los botes con unas pinzas, añadiendo si quieres una hoja de laurel y un ajo a cada bote.
  • Si no te queda líquido suficiente para llenar los botes, solo tienes que añadir aceite de oliva y vinagre hasta llenarlos.
  • Cierra los botes y sumérgelos en una olla con 4 dedos de agua hirviendo para esterilizar, durante unos 15 minutos. Puedes poner una rejilla en el fondo para que los botes no estén en contacto con el fondo.
  • Deja que se enfríen y te durarán en la despensa hasta 1 año.
  • Lo suyo es probarlas después de haberlas encurtido, para ver cómo van de sabor. En general tras 1 semana ya están perfectas para consumir.
  • Una vez abiertas, guárdalas en la nevera.