No parece que exista el endulzante totalmente seguro para la salud. Un estudio ha relacionado el consumo de cantidades elevadas de xilitol con un mayor riesgo de formación de coágulos sanguíneos y, por tanto, de sufrir un infarto cardiaco o cerebral.
El xilitol es un popular sustituto del azúcar que se encuentra en multitud de productos, desde el chicle sin azúcar hasta productos horneados e incluso pasta de dientes.
Este edulcorante bajo en calorías, que forma parte de una clase de compuestos llamados alcoholes del azúcar, polialcoholes o polioles, se ha considerado hasta ahora como una de las alternativas más saludables al azúcar.
Sin embargo, una nueva investigación de la prestigiosa Clínica Cleveland sugiere que el consumo de altos niveles de xilitol puede favorecer la formación de coágulos de sangre, lo que aumenta el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
¿Qué es el xilitol?
El xilitol, que puede aparecer en las listas de ingredientes con el código E967, es un polialcohol natural que se encuentra en pequeñas cantidades en muchas frutas y verduras. Tiene una estructura química similar al azúcar pero con menos calorías. Durante la última década, el uso de xilitol y otros sustitutos del azúcar se ha disparado a medida que los consumidores buscaban opciones más saludables.
Los fabricantes de alimentos suelen promocionar productos que contienen xilitol como una mejor opción para quienes buscan controlar su peso y los niveles de azúcar en sangre.
Aumenta un 33% el riesgo de infarto
Dirigido por el doctor Stanley Hazen, del equipo de investigación de la Clínica Cleveland, analizó datos de más de 3.000 pacientes en EE. UU. y Europa. Descubrieron que las personas con los niveles más altos de xilitol en sangre tenían un riesgo un 33% mayor de experimentar un evento cardiovascular en un plazo de tres años en comparación con aquellos con los niveles más bajos.
Para confirmar estos hallazgos, los investigadores realizaron pruebas de laboratorio que demostraron que el xilitol hacía que las plaquetas, las células sanguíneas responsables de la coagulación, se volvieran más reactivas.
Esta mayor actividad plaquetaria puede favorecer la formación de coágulos de sangre. En un ensayo clínico, los participantes que consumieron una bebida endulzada con xilitol experimentaron un aumento inmediato en la reactividad plaquetaria en comparación con aquellos que bebieron una bebida endulzada con glucosa.
Para explorar los mecanismos detrás de esta asociación, los investigadores realizaron experimentos con plaquetas humanas aisladas, plasma rico en plaquetas, sangre completa y modelos animales. Estos estudios demostraron que el xilitol aumentó múltiples medidas de reactividad plaquetaria y promovió la formación de trombosis (coágulos de sangre) in vivo en niveles observados en plasma en ayunas.
Finalmente, en un estudio de intervención en el que participaron 10 voluntarios sanos, el consumo de una bebida endulzada con xilitol aumentó significativamente los niveles plasmáticos de xilitol e incrementó varias medidas funcionales de la respuesta plaquetaria en todos los participantes.
Los investigadores advierten sobre las consecuencias del exceso de xilitol
"Este estudio muestra nuevamente la necesidad inmediata de investigar los polialcoholes y los edulcorantes artificiales, especialmente porque siguen recomendándose para combatir afecciones como la obesidad o la diabetes", ha declarado el doctor Hazen.
No obstante, el estudio muestra una asociación entre el xilitol y la incidencia de accidentes vasculares, pero no se puede decir que haya probado una relación de causa y efecto, y son necesarios más estudios para evaluar la seguridad a largo plazo del xilitol.
El estudio sobre el xilitol se suma a otros que señalan los posibles efectos perjudiciales de los edulcorantes. Hace unos meses, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) redujo la cantidad de eritritol que se puede añadir a los alimentos y llamó la atención sobre la necesidad de seguir investigando los posibles efectos cardiovasculares negativos observados en algunos pequeños estudios.
Un poco antes, la Organización Mundial de la Salud recomendó que no se consuman edulcorantes sin calorías como medida para reducir el peso a largo plazo ni para disminuir el riesgo de de desarrollar diabetes tipo 2 u otras enfermedades. De hecho, los efectos pueden ser contrarios a los deseados, es decir, los edulcorantes acalóricos pueden engordar y favorecer la diabetes, según la OMS. Los edulcorantes no calóricos señalados fueron el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa y los esteviósidos.