Uno de los mejores momentos de cualquier paseo por la montaña sucede al descubrir una mata con bayas maduras. Las sonrisas se instalan en los rostros y, si no se reconoce la planta a primera vista, surgen las inevitables dudas sobre si serán comestibles.
Es una escena que reproduce las que hace miles de años protagonizaban nuestros antepasados, para quienes las bayas eran esenciales. Las comían frescas y las desecaban para tener reservas en los meses sin cosecha.
Bayas y frutos del bosque repletos de antioxidantes
Hoy seguramente no les sacamos tanto partido, pero el poder protector de las pequeñas frutas del bosque y de otras bayas o frutillas de colores rojos y morados hace muy recomendable su consumo habitual.
Descubre en este vídeo una receta con frutos rojos.
La clave de sus beneficios para nuestra salud está en el color rojo, pues este se debe a sus pigmentos antioxidantes. Se trata, concretamente, de compuestos fenólicos como los flavonoides, las antocianinas y los taninos junto a otras sustancias antioxidantes.
De todas formas, cada baya una tiene sus particularidades. Por eso, cuanta más variedad de frutos rojos consumamos, mayor variedad de antioxidantes proporcionaremos también a nuestro organismo.
Además te aportan abundante agua, buenas cantidades de fibra y azúcares, y diferentes minerales y vitaminas.