El rábano (Raphanus sativus) pertenece a la familia de las crucíferas, cuyas múltiples especies copan los primeros puestos en la lista de verduras anticancerígenas. Entre sus variedades se halla el rábano negro, el más usado con fines medicinales por sus múltiples propiedades terapéuticas.
Su piel es dura y difícil de digerir, pero posee una carne de color blanco que resulta muy digestiva. La medicina tradicional china lo prescribe en casos de fiebre, desórdenes digestivos, infección intestinal, úlcera y flatulencia.
Sus propiedades para la salud
Aunque es menos nutritivo que raíces como la zanahoria o la remolacha, el rábano negro posee una combinación única de fitoquímicos que le confiere una larga lista de propiedades:
- anticancerígenas
- antimicrobianas
- antioxidantes
- diuréticas
- depurativas
- antiinflamatorias
- hepatoprotectoras
- digestivas
- mucolíticas
- inmunoestimulantes
Concretamente, en la composición del rábano negro encontramos glucosinolatos, isotiocianatos e indoles, así como diversas sustancias sulfuradas, vitaminas, minerales y fibra.
Los glucosinolatos son moléculas picantes con capacidad para eliminar parásitos nocivos. Los isotiocianatos e indoles favorecen la desintoxicación y contribuyen a la prevención del cáncer. Los compuestos orgánicos azufrados como el rafanol y la rafanina le aportan propiedades colagogas, coleréticas y antibióticas.
También es notable el contenido en vitamina C y folatos. En cuanto a minerales, destacan el potasio y el yodo.
Cuándo está indicado el rábano negro
El rábano negro está especialmente indicado en los siguientes casos:
- Afecciones hepáticas y biliares. Estimula la producción de bilis y el vaciamiento de la vesícula, favorece el drenaje de residuos tóxicos acumulados en el hígado y ayuda a prevenir la formación de cálculos. Mejora las migrañas de origen hepático y mantiene a raya el colesterol y los triglicéridos.
- Alteraciones digestivas. Abre el apetito, estimula la producción de jugos gástricos, alivia la dispepsia, el estreñimiento y el meteorismo, combate las infecciones intestinales y ejerce un suave efecto laxante.
- Inmunoestimulante y anticancerígeno. Contrarresta la acción de los radicales libres, elimina los patógenos que albergan las mucosas digestiva, urinaria y respiratoria, modula las enzimas de detoxificación e inhibe la progresión de las células cancerosas.
- Problemas cardiovasculares. Aumenta la diuresis y disminuye la tensión arterial, lo que ayuda a prevenir complicaciones del sistema circulatorio.
- Sinusitis y bronquitis. De efecto mucolítico, ablanda la mucosidad y favorece la expectoración.
Cómo se toma
Incluir rábano negro en la alimentación habitual puede tener un efecto tanto preventivo como curativo. También se presenta encapsulado o en forma líquida junto con otras plantas medicinales, como alcachofa, cardo mariano o diente de león.
La dosis terapéutica oscila entre 200 y 600 mg diarios o una ampolla diaria en ayunas disuelta en un vaso de agua o zumo.