Octubre y noviembre, y siempre que las lluvias hayan sido suficientes, son los meses de setas por excelencia. A lo largo de estas semanas, los montes se llenan de amantes de los hongos y de los platos que se pueden cocinar con ellos. Uno de los más apreciados son los níscalos.
Distinguir estas setas del resto es bastante sencillo. En primer lugar, su color rojizo, tenderá hacia colores verdes, dependiendo de donde haya crecido. El sombrero de la seta siempre aparece marcado por círculos concéntricos que tienen un color más claro que el resto del sombrero, el cual puede alcanzar un tamaño de 15 centímetros. En cuanto al pie, suele ser bastante corto y estrecho, hueco por dentro y cilíndrico.
La parte inferior del sombrero está formado por láminas apretadas, finas, de color anaranjado y estrechas. Su carne es dura, compacta, incluso puede ser un poco quebradiza si se parte con las manos. Además tienen un látex viscoso en el interior del tallo, y suelen oxidarse cuando han sido cortados, tomando unos colores verdosos.
Tanto si sales a buscar níscalos como si los has comprado en el mercado, tienes a tu disposición un amplio y variado recetario con los níscalos como ingrediente principal para cocinarlos. Uno ellos es este guiso de níscalos con patatas, una receta de otoño que te encantará.
Además, con esta receta no solo disfrutará tu paladar, también tu salud te lo agradecerá, ya que los níscalos son un alimento de lo más nutritivo. Destaca su aporte en vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B5), A y C. En menor medida, también contienen vitamina D y K, y minerales como el hierro y el magnesio. Por otro lado, su índice de fósforo cuida la salud ósea y su contenido en potasio evita la retención de líquidos, facilitando la depuración del organismo. Esta seta puede durar bastante tiempo si la conservas de la forma adecuada.
Guiso de níscalos con patatas
Este plato es de lo más apetecible, especialmente en estos últimos meses del año, cuando comienzan a bajar las temperaturas. Los níscalos con patatas es un plato de cazuela y cuchara, perfecto para entrar en calor y saborear alimentos de temporada. Una receta muy fácil de preparar que se cocina a fuego lento de forma tradicional.
Aquí tienes la lista de ingredientes y la forma de preparación. Solo tienes que seguir el paso a paso de la receta para un resultado espectacular.
Ingredientes
- 250 gramos de níscalos
- 3 patatas
- 1/2 vaso de vino blanco
- 1 cebolleta
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 2 cucharaditas de pulpa de pimiento choricero
- 2 hojas de laurel
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Perejil fresco picado
- Agua
Modo de preparación
Como decíamos, este guiso es un plato para cocinar a fuego lento. Esto significa que no puedes ir con prisas. Necesitarás al menos 40 minutos para su elaboración. Veamos paso a paso cómo se prepara:
- En primer lugar, pela las patatas y córtalas con ayuda de un cuchillo. Pica la cebolleta y el ajo muy fino.
- Ahora, prepara los níscalos. Para ello, límpialos muy bien, retira los tallos y córtalos en 4 trozos.
- A continuación, pon una cazuela al fuego con un chorrito de aceite. Añade la cebolleta, el ajo y una pizca de sal, remueve y deja rehogar un par de minutos.
- Añade las patatas y los níscalos. Mezcla todo y rehoga 3 minutos. Agrega el vino blanco, la pulpa de pimiento choricero, el pimentón y las hojas de laurel. Remueve y deja que se cocine un par de minutos.
- Vierte agua hasta cubrir todo, remueve y deja cocer durante 20 minutos a fuego suave, hasta que las patatas y los níscalos estén tiernos.
- Por último, sirve el guiso de níscalos con patatas y espolvorea por encima perejil picado.
Cómo limpiar los níscalos
Los níscalos suelen crecer bajo los pinos, por lo que es normal que caigan sobre ellos, ramas y hojas. Por esta razón, a la hora de recogerlos tendrás que tener especial cuidado en retirar estos restos de la naturaleza.
Una vez en casa, es importante limpiarlos muy bien. Frótalos suavemente con un paño húmedo para retirar toda la tierra y otros restos que pueda tener, pero sin llegar a mojarlos excesivamente.
Si no vas a cocinar los níscalos en ese momento, es importante que no humedezcas el trapo, ya que los níscalos se limpian justo en el momento de prepararlos.
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