Sencilla, rápida, sabrosa y, por supuesto, saludable. Así podría describirse la ensalada. Un plato siempre presente en la mayoría de las cocinas. Y es que, en el país de la dieta mediterránea por excelencia, no podía ser de otra manera. Las ensaladas, dan mucho juego, ya que no solo pueden ser un entrante para el plato principal, también pueden convertirse en plato único si le dotamos de ingredientes más consistentes, como trocitos de pollo, fruta o dados de queso.

Ahora bien, más allá de los ingredientes que utilices, la variedad de lechuga, verduras, legumbres o frutas, hay un punto en común en todas ellas, el aliño. Este puede marcar la diferencia entre una ensalada "del montón" y otra "premium". Para ello, hay que tener en cuenta, los ingredientes, el orden en que se incorporan a la ensalada y el modo de preparación. 

La diferencia está en el aliño

Aliñar una ensalada no debería ser simplemente echar vinagre y aceite, debería ser mucho más. Al menos es lo que dice Samuel Alonso, cocinero y creador de contenido, quien ha publicado en sus redes un vídeo donde enseña la fórmula definitiva para aliñar ensaladas de la manera correcta.

El experto explica que lo primero que hay que hacer es mezclar el vinagre con la sal para que esta se pueda disolver sin problema, ya que con aceite de oliva es mucho más difícil porque la grasa crea una especie de capa protectora y no se consigue diluir bien. Al disolver la sal en el vinagre, el sabor queda mejor distribuido y se consigue un aliño homogéneo y sin grumos.

Además de disolver la sal, el creador de contenido señala cuál es la proporción ideal de vinagre y aceite: una parte de vinagre por cada tres de aceite. Esta proporción permite mantener un balance entre la acidez del vinagre y la suavidad del aceite de oliva virgen extra, evitando que el aliño resulte demasiado fuerte o graso.

El truco de la mostaza

Con los consejos anteriores, ya tendrías una práctica guía para preparar un buen aliño. Ahora bien, si le añades esta última recomendación, Samuel Alonso nos da las claves para un aliño espectacular. El consejo consiste en añadir una cucharadita de mostaza a la mezcla. La mostaza tiene propiedades emulsionantes que ayudan a mezclar el vinagre y el aceite de oliva para hacer un aliño perfecto y riquísimo. Esto se debe a que la mostaza actúa como un puente entre las moléculas de agua del vinagre y las de la grasa del aceite, pudiendo integrar las unas con las otras.

Esto dará lugar a un aliño mucho más denso, facilitando que la mezcla se impregne mejor a cada ingrediente de la ensalada, asegurando un sabor consistente en cada bocado, porque si el aderezo fuese muy líquido, se quedaría en el fondo de la ensaladera. 

y por supuesto, calidad

Más allá de los ingredientes y el modo de preparación, hay otro aspecto que el cocinero considera igual de importante para conseguir un buen aliño: la calidad de los ingredientes. Por ello, recomienda hacer uso de un vinagre de calidad, como el vinagre de Jerez o el balsámico, y de un buen aceite de oliva virgen extra.

Además, aconseja batir bien el aliño antes de añadirlo para asegurarse de que la emulsión se mantenga homogénea y los sabores estén completamente integrados. Un truco útil es preparar el aliño en un frasco con tapa para poder agitarlo con facilidad y conseguir una mezcla bien ligada.

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