Uno de los aspectos más importantes para el éxito de cualquier dieta es su grado de personalización. Y es que, partiendo de la base de que, en general, todos debemos llevar una dieta variada, completa y equilibrada, lo ideal es matizar cada patrón alimentario en función de las características específicas de cada persona, así como de los objetivos que se persiguen.

Hay que tener en cuenta que la alimentación de un niño en plena edad de crecimiento, la de un joven deportista de 25 años, la de una mujer embarazada o la de una persona con más de 60 años, comparten una base común, pero también difieren en muchos aspectos. La proporción de nutrientes, así como las cantidades o la frecuencia con la que se comen ciertos alimentos variarán en cada uno de los casos. 

En este sentido, cada vez más estudios centran sus investigaciones en averiguar cuál es la dieta ideal para que una persona viva más años con la mayor calidad posible. Es decir, en cuáles son los alimentos que prolongan la vida y cuáles la acortan. Uno de esos trabajos es el realizado por la investigadora y profesora de Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Diana Díaz-Rizzolo. La experta en nutrición y longevidad, investiga en este ámbito y explica las características que debe tener una dieta perfecta para el envejecimiento, y lo hace concretándolo en 5 consejos nutricionales que recogemos a continuación.

1. Evitar una alimentación restrictiva

La calidad de la dieta es fundamental a cualquier edad. Ahora bien, todavía lo es más en las personas de edad avanzada. Además, numerosos estudios han puesto de manifiesto que las carencias nutricionales pueden ser muy frecuentes en esta franja de edad. 

Por otro lado, en caso de exceso de peso, Díaz-Rizzolo, explica que hay que poner especial atención en la calidad de la dieta. "Es común que haya personas con sobrepeso porque siguen teniendo una dieta similar a la época de adultos jóvenes. Sin embargo, su gasto energético ha disminuido, bien porque hacen menos actividad física o dejan de hacer ejercicio por varios motivos, o porque su gasto calórico basal se ve disminuido por la misma edad", apunta.  

2. priorizar calidad frente a cantidad

El concepto de calidad en la dieta se refiere a un patrón alimentario que incluya diversidad de alimentos cuyo origen sea lo más natural posible. Es importante ceñirse a este criterio para obtener todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. 

Mujer cena saludable
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La profesora aporta un ejemplo revelador de un menú saludable frente a otro que no lo es tanto, y que aparentemente sí lo es.  "Por ejemplo, un plato grande de verduras asadas (más de 300 g de zanahoria, pimiento, calabacín y berenjena) acompañado de un buen trozo de tortilla de patatas parece mucha cantidad, pero un bocadillo de tipo sándwich mixto o bikini, que puede parecer a simple vista una cena ligera, puede aportarnos más calorías, menos saciedad por su bajo contenido en fibra y muchos menos nutrientes".

3. Limitar los alimentos ultraprocesados

Los alimentos ultraprocesados (pizzas preparadas, platos precocinados, salsas... ) son responsables de infinidad de enfermedades y trastornos de la salud, muchos de ellos de gravedad. Entre ellos, encontramos el envejecimiento prematuro de los órganos y tejidos.  Este tipo de alimentos, "nos vuelven más frágiles y hacen que aumente nuestro riesgo de morir (incluso cuando no nos aportan más calorías). Pero es que, además, promueven el envejecimiento de nuestras células. Todo ello, un cóctel para vivir menos y peor", advierte Díaz-Rizzolo. 

4. Consumir más proteína vegetal

Las necesidades de proteína del organismo varían a lo largo de la vida, siendo especialmente relevantes en determinadas etapas, como por ejemplo en la madurez y en la vejez. Además, se ha visto que con la edad cada vez resulta más difícil incorporar la cantidad necesaria de proteínas en la dieta. Por otro lado, se ha observado que el adulto mayor, cuanto más proteína animal consume, más frágil es. "Lo recomendable es consumir alimentos proteicos de origen vegetal. De hecho, la sustitución de solo un 3 % de la proteína animal por proteína vegetal comporta un descenso en el riesgo de mortalidad del 10 %", según la profesora.

5. Moderar los cereales y los tubérculos

Las poblaciones más longevas, aquellas que habitan en las zonas azules del planeta, siguen un patrón alimentario muy similar entre ellas: pocos alimentos ricos en carbohidratos, como el arroz, la pasta, la patata, las harinas o el boniato, y abundante en grasas de origen vegetal. Se ha comprobado que el consumo de este tipo de dieta es muy efectivo para frenar el envejecimiento prematuro y para prevenir la aparición y desarrollo de patologías propias de la edad. "Por tanto, una alimentación sin restricciones y con una amplia variedad de alimentos de origen vegetal puede ser nuestro mejor aliado para vivir más y mejor", asegura Díaz-Rizzolo.

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