¿Aceite para limpiar la piel? ¿Una crema limpiadora? ¿Leche? ¿O agua micelar? Este último producto, aunque relativamente nuevo en el mundo de la limpieza facial, se ha convertido en favorito de muchas personas durante los últimos años.

Su popularidad ha crecido aún más gracias a las redes sociales. Lo que antes era una tendencia ha resurgido con fuerza. Actualmente se están volviendo virales vídeos en que las personas hacen algo sorprendente: ¡soplan a través de un algodón empapado con agua micelar para hacer que espumee! Luego se lo aplican y muestran muy satisfechas los resultados.

Entonces, ¿tiene algún sentido soplar el agua micelar más allá de la diversión?

¿Por qué debería soplar mi algodón con agua micelar?

Tenemos claro cómo utilizar un aceite para limpiar la piel, pero ¿hemos estado usando el agua micelar de manera incorrecta durante años? ¿Hace falta soplar? Esta es una duda que ha surgido entre los usuarios de Instagram y TikTok. Por suerte, la respuesta es no, no hace falta  soplar el agua micelar, pero tampoco es absurdo hacerlo. Para entenderlo es importante entender cómo funciona el agua micelar.

El agua micelar es una solución acuosa que contiene micelas: tensioactivos surfactantes que pueden atrapar la grasa y otras partículas de suciedad solubles en agua.

El poder de las micelas se explica porque las moléculas tienen dos caras: una que se adhiere al agua y otra que la repele. Esta dualidad permite que las micelas formen estructuras esféricas que atrapan suciedad, el sebo y maquillaje, permitiendo su eliminación de la piel. Para que se produzca este efecto no hace falta soplar sobre el algodón, pero...

una opción para pieles sensibles: soplar el agua micelar

Agua micelar

El agua micelar contiene surfactantes que hacen espuma.

iStock

Soplar sobre el agua micelar puede ser útil cuando se aplica sobre pieles sensibles. Las micelas son al fin y al cabo detergentes y si bien desengrasan también pueden ser agresivas con el manto lipídico natural de la piel.

Al soplar sobre el agua micelar, esta se mezcla con el aire y hace una espuma formada por pequeñas burbujas. Como consecuencia, la cantidad de detergente que entra en contacto con la pieles menor. Esto hace que la limpieza sea más suave.

Si has notado que después de aplicarte agua micelar tu piel tiende a resecarse, prueba a soplar el agua. Aunque el agua micelar es más suave que un jabón, esta técnica puede ser una opción interesante para quienes buscan una experiencia aún más delicada.

Además, nuestra percepción juega un papel importante. A menudo asociamos la espuma con eficacia, ya sea en champús, geles de ducha o incluso en el lavado de coches. La espuma nos da la sensación de una limpieza más profunda.

Divertido y efectivo

Independientemente de si haces espuma soplando o usas el agua micelar directamente de la manera tradicional, este producto es un gran aliado para el cuidado de la piel.

El agua micelar limpia de manera efectiva, es adecuada para la mayoría de las rutinas de cuidado y puede adaptarse a diferentes necesidades, ya sea con espuma o sin ella. ¡Diviértete experimentando y disfruta de los beneficios de una piel limpia y fresca! 

¿Se debe enjuagar el agua micelar con agua?

Hay opiniones divididas sobre si después de aplicarse el agua micelar hay que enjuagarse con agua fresca o no. Aunque la mayoría de los fabricantes aseguran que no es necesario, puede estar indicado en el caso de las pieles sensibles o muy secas. Al enjuagar, eliminas cualquier residuo de sustancias activas que podrían irritar la piel.

Algunas personas sienten que después de aplicarse el agua micelar queda una ligera película sobre la piel. En ese caso, si la sensación no te resulta agradable, puedes enjuagar tu rostro con agua fresca después de aplicar el producto con micelas. 

Si decides enjuagar la piel con agua, después puedes aplicar un tónico facial suave con propiedades calmantes.

Elige un agua micelar de calidad

No todas las aguas micelares son iguales. Algunas contienen aditivos sintéticos que no son deseables porque no hacen ningún bien a tu piel. Elige aguas micelares con ingredientes de origen vegetales y con certificación Ecocert u otro sello de la cosmética natural o ecológica, como Cosmos, NaTrue, etc.

 

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