Nuestro reloj interior es tan preciso que suele despertarnos por la mañana minutos antes de que suene el despertador. El funcionamiento de este mecanismo interno y de otros que regulan nuestros ritmos diarios, desde los latidos de nuestro corazón a los horarios de comer, depende de nuestros hábitos y de nuestra exposición a los relojes externos de la vida, sobre todo a la luz solar.
La cronobiología investiga cómo de esos ritmos depende el equilibro de la salud.
- El sol nos pone «en hora». Para nuestro cerebro, el reloj maestro que guía la producción de las hormonas y sintoniza todos los ritmos de los órganos es el sol. Por eso, los cambios de hora en inviernoy verano, y aún más el jet lag que nos provoca un cambio de huso horario, nos desajusta.
- Sin embargo, una vida desordenada, con cambios constantes a la hora de despertarse o acostarse, así como unos horarios de comidas irregulares, alteran totalmente nuestros ritmos naturales. Si, además, vivimos la mayor parte de día bajo techo, nos exponemos a lo que se llama cronodisrupción, es decir, nuestros relojes internos habrán dejado de sincronizarse con el ritmo natural y saludable de la vida.
¿Qué animal eres?
Para saber si estamos viviendo de forma armónica o si vamos desincronizados, resulta útil conocer cuál es nuestro cronotipo. Según el Dr. Michael Breus, autor del libro "The Power of When: Learn the Best Time to do Everything", existen cuatro cronotipos básicos:
- Leones: son personas madrugadoras que se despiertan muy temprano, sobre las 6 de la mañana, y constituyen entre el 15% y el 20% de la población. Funcionan muy bien las primeras horas del día.
- Osos: se levantan algo más tarde, en un horario adaptado a las rutinas de nuestra sociedad. Constituyen el 50% de la población y se encuentran especialmente lúcidos desde media mañana hasta media tarde.
- Lobos: son animales nocturnos, el momento de la jornada en el que están más despiertos. Constituyen entre el 15% y el 20% de las personas. Están en plenas facultades a partir de las siete de la tarde.
- Delfines: representan el 10% de la población y son "sumamente inteligentes, pero tienen problemas con el sueño", según Breus. Sus horarios tienden a ser irregulares e incluso caóticos.
Los tres tiempos de la salud
Juan Antonio Madrid, catedrático de Fisiología y Cronobiología, aconseja tener nuestros tres tiempos bien equilibrados, si queremos una vida larga y saludable:
1. El tiempo interno del cerebro, que son los ritmos endógenos que hemos mencionado.
2. El tiempo externo ambiental: las horas de luz y oscuridad.
3. El tiempo externo social: aquí entran en juego las horas laborales, las de ocio, comidas, deportes, amigos…
Los hábitos que te desajustan
En esencia, los seres humanos somos como los árboles: necesitamos sol y agua. Pasar tiempo al aire libre nos ayuda a ajustar nuestros relojes internos. Para ordenar nuestra vida y sintonizar con la salud, debemos tomar conciencia de muchos hábitos que solemos ejecutar en piloto automático, y sustituir los que nos perjudican por otros más saludables.
Contra una buena cronobiología está, por ejemplo, beber alcohol, que puede inducir el sueño, pero nos despertará al cabo de cuatro horas. También llevar unos horarios de comidas y descanso desordenados, quizás porque le damos demasiado protagonismo al trabajo. Además de exponernos a la luz natural, todas las prácticas que nos ayudan a regular el sistema nervioso –bailar, hacer ejercicio, cultivar las conexiones sociales, hacer yoga, meditar– pondrán en hora a los relojes de la salud.
4 RUTINAS QUE equilibran tu reloj interno
1. Despiértate sin alarma
Al menos el fin de semana, deja que el cuerpo se despierte solo. Dedica los primeros minutos del día a hacer estiramientos y yoga, como el saludo al Sol, delante de la ventana.
2. Disfruta de baños de sol de primera hora
Sal a pasear de buena mañana. La exposición a la luz del sol temprana activa, te ayuda a estar mejor de día y también a que cuando llegue la noche duermas mejor.
3. Rodéate de biofilia en tu espacio
Durante la jornada, si trabajas en casa, busca un lugar con luz natural. Si además, te rodeas de plantas de interior, bien verdes y hermosas, ganarás foco, creatividad y te sentirás mejor.
4. Sigue unos horarios regulares
Almuerza y cena temprano, así ayudas al cuerpo y a la mente a prepararse para el descanso. Haz ejercicio por la mañana y relájate al entrar la tarde.