Algunas personas no necesitan activar una alarma porque se despiertan a la hora deseada. No se trata de ningún poder paranormal. Es algo que cualquiera puede hacer siguiendo unos pasos sencillos. Lo mejor de todo es que ayuda a empezar bien el día.
Dejar de dormir con el sobresalto que te provoca el despertador te puede arruinar el día. Aunque tu despertador o tu móvil intenten sacarte de los brazos de Morfeo con el canto de pajaritos, la brisa del mar o una música agradable, no te hace sentir mucho mejor que si te despertara un ruido más fuerte porque no estabas preparado para despertarte en ese preciso momento.
Por qué el despertador puede ser tu enemigo
El sueño se desarrolla en ciclos con diferentes fases y despertarte en medio de algunas de ellas no es adecuado (por ejemplo, en medio de la tercera etapa de sueño no REM, cuando el descanso es más profundo y reparador). En cambio, despertar al terminar un ciclo completo es ideal porque es el despertar natural.
Hasta el 15 % de las personas se despiertan solas habitualmente y, además, aseguran que han dormido bien y se encuentran descansadas. Te explicamos cómo puedes ser como ellas y prescindir del despertador el resto de tu vida.
Aprender a despertarse sin despertador
La clave es entender que la anticipación de la mañana es un proceso cognitivo que dura toda la noche y no interfiere con el sueño. No implica una preocupación, la cual agobia a menudo a las personas que no se fían del despertador y que sufren breves despertares nocturnos para comprobar qué hora es. Este problema interfiere con el sueño y provoca que te despiertes agotado.
Para aprender a despertarse sin despertador antes es necesario evitar las preocupaciones, pensamientos y emociones que pueden interferir con el sueño. Esto es posible a través de la relajación y de la práctica de la meditación, que hace posible la autobservación para averiguar el origen de las preocupaciones.
La constancia es la clave
Una vez has eliminado las preocupaciones, para dejar de usar una alarma, debes mantener un horario de sueño constante. Esto significa acostarte y despertarte a la misma hora todos los días. Seguir un horario específico establecerá y regulará tu reloj biológico interno.
Puedes comenzar por despertarte como de costumbre gracias a la alarma todas las mañanas a las 7 AM. Es importante no cambiar la hora durante el fin de semana. Tu cuerpo se adaptará gradualmente a esta hora y pronto te encontrarás despertándote por tu cuenta antes de que suene la alarma.
En esta fase del aprendizaje no debes prescindir del despertador, porque seguramente te crearía ansiedad. Si te da miedo dormir hasta tarde, configura una alarma como respaldo. Siempre es mejor prevenir que curar (o, en este caso, llegar tarde).
Podrás prescindir de la alarma cuando estés seguro de que te despertarás a tiempo o de que eres perfectamente capaz de afrontar las consecuencias de dormir demasiado. El fin de semana es el mejor momento para poner a prueba tu nueva habilidad.
Establece un ritual
Para ayudarte a mantener una rutina de sueño y vigilia, te sugerimos crear un ritual a la hora de acostarte que te prepare para dormir y forme hábitos matutinos que te entusiasmen con el despertar.
Por la noche
Aproximadamente una hora antes de acostarte, disminuye la intensidad de las luces y cambia el teléfono al modo nocturno.
Antes de irte a la cama, puedes tomar un vaso de leche o un plátano porque son ricos en triptófano, un aminoácido necesario para que el cerebro sintetice la hormona de la felicidad (serotonina) y melatonina, la hormona del sueño.
Establece una hora para irte a dormir de manera que te puedas despertar ocho horas después. Tómatelo como un compromiso importante contigo mismo por tu salud y bienestar. No cedas a la tentación de alargar el tiempo que permaneces despierto.
Al acostarte, practica una técnica de relajación o una respiración lenta y profunda que te permitirá dormirte en pocos minutos.
Por la mañana
La rutina matutina es aún más importante.
Despiértate con una alegría
Tendrás más ganas de levantarte si te espera un buen momento. En cuanto te despiertes, haz algo que te guste mucho. Sal a correr, realiza una sesión de yoga o prepárate un delicioso batido. Si haces algo agradable o activo todas las mañanas, comenzarás a acostumbrarte a despertarte temprano.
Abre las persianas
El sol es tu despertador natural, así que úsalo a tu favor. Abre las persianas para dejar entrar el sol. Aún mejor, sal al balcón o la terraza y recibe la luz directa del sol durante unos minutos. La luz juega un papel muy importante en nuestro ritmo circadiano y le indica al cerebro que es hora de levantarse.
Después de unos días en que realices este ritual y te despiertes y te acuestes siempre a las mismas horas, podrás prescindir por completo del despertador.