La rutina del cuidado de la piel debe realizarse en un orden específico y se debe dejar pasar un poco de tiempo entre cada paso, algo que a menudo se olvida.  Esto es importante para que los ingredientes puedan penetrar en los poros y desarrollar su efecto completo.  

Por supuesto, también hay que tener en cuenta el tipo de piel. Sin embargo, como regla general, se puede establecer un orden básico. La experta y científica cosmética, Ying Hösl, nos cuenta cómo hacerlo correctamente.

LA Regla básica al cuidar tu piel: siempre de líquido a cremoso

El cuidado de la piel debe adaptarse siempre a tus propias necesidades. Sin embargo, existe un principio importante para la rutina del cuidado de la piel: los productos se aplican en una secuencia de líquido a cremoso según explica esta expertaen su cuenta de Instagram @die_skingenieurin.

Esto significa aplicar, primero, productos muy líquidos, a base de agua y con formulaciones ligeras, como los sueros. A continuación vienen los productos más espesos, como los aceites, seguidos de los productos casi sólidos, como las cremas más densas.

1. Limpieza

La limpieza es el primer paso en tu rutina de cuidado de la piel para que cuando apliques productos que contienen ingredientes activos en tu piel (por ejemplo, ácido láctico, vitamina C o ácido hialurónico) puedan ser absorbidos.

Por la mañana, puedes utilizar geles, espumas o leches limpiadoras para limpiar, según tus preferencias personales y las necesidades de tu piel.

Muchos geles limpiadores contienen ingredientes como zinc o ácido salicílico, que tienen como objetivo reducir o prevenir las impurezas. La espuma limpiadora funciona de manera similar. La leche tiene una textura cremosa y puede contener glicerina, que proporciona más hidratación a la piel seca.

Por la noche, la limpieza se complementa con un desmaquillador de ojos. A muchas personas les gusta usar un aceite para el resto de su rostro, especialmente si han usado maquillaje o protector solar durante el día. Las texturas aceitosas eliminan de forma fiable la base opaca, el rímel resistente al agua y el corrector. Utiliza después un limpiador a base de agua.

2. Tónico

Los tónicos son el número dos en la rutina del cuidado de la piel. La preparan para posteriores cuidados y eliminan cualquier impureza restante antes de aplicar más productos. El tónico se puede aplicar en el rostro con un algodón o con las manos limpias mediante movimientos circulares suaves.

3. Sérum

Suero o sérum

Los sueros se aplican después del tónico.

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Los sérums o sueros contienen, por ejemplo, ácido glicólico, ácido hialurónico o alfa arbutina. Estos ingredientes activos abordan necesidades específicas de la piel. Por ejemplo, actúan contra las arrugas y las imperfecciones o aclaran la piel.

Si se utilizan varios sueros, es importante asegurarse de que puedan combinarse entre sí. Si es así, aplica siempre primero el suero más claro. Los sueros de ácido salicílico son particularmente ligeros porque están compuestos de moléculas pequeñas.

4. crema de ojos y crema de día o de noche

Crema de noche

Las cremas de noche son especialmente espesas.

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Si utilizas productos para el cuidado de los ojos, además de tu crema facial, debes aplicarlos después del sérum. Después debes aplicar la crema facial adecuada a tu tipo de piel, evitando el contorno de los ojos que ya has tratado.

 Las cremas de día generalmente tienen una textura más ligera y a menudo tienen protección solar incorporada. Los productos de cuidado nocturno suelen ser más densos y apropiados para las pieles secas.

5. Protector solar (solo por la mañana)

El protector solar debe aplicarse al final de la rutina de cuidado de la piel para que pueda desarrollar su efecto protector completo. Por supuesto, elige un producto con protector solar físico (mineral) con una certificación ecológica o natural. 

Ahora tu piel está lista y puedes comenzar con tu maquillaje diario, en caso de usarlo.

¿Y la Mascarilla?

Una mascarilla no es imprescindible en tu rutina de cuidado de la piel, pero puede ser un complemento útil de vez en cuando. Su turno sería después de la limpieza.  

Ten en cuenta que la mascarilla no debe permanecer en el rostro más tiempo del indicado en el envase.

Después de retirarla, se debe lavar la cara con agua pura y eliminar los restos de mascarilla con un pañuelo cosmético.

 

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