Una vida larga y plena, física y psicológicamente, debería incluir, sí o sí, una alimentación sana, completa y equilibrada, así como unos hábitos de vida saludables, entre los que no puede faltar la práctica regular de actividad física.
La mayoría de los expertos coinciden en que lo más importante es llevar una vida activa, lo que no significa que debamos ir al gimnasio cada día, ni macharnos en casa haciendo pesas o abdominales. En definitiva, la clave es priorizar el movimiento y reducir al máximo el sedentarismo.
Una de las consecuencias más importantes de la práctica deportiva y llevar una dieta sana y equilibrada es un estado de salud óptimo, algo que, en última instancia, repercute en una vida más larga. En este artículo, ponemos el foco en uno de los deportes que, según un estudio, más incrementan la esperanza de vida.
El que más años suma
Según el estudio Various Leisure-Time Physical Activities Associated With Widely Divergent Life Expectancies: The Copenhagen Study (Diversas actividades físicas durante el tiempo libre asociadas con expectativas de vida muy divergentes: estudio de Copenhague) llevado a cabo por el doctor Peter Schnohr y otros autores, el tenis es el deporte que más incrementa la esperanza de vida, con una media de 9,7 años añadidos.
El estudio danés no es el único que señala el tenis como el deporte que suma más años. Hace unos años, en 2016, otro trabajo, esta vez realizado en Gran Bretaña, sobre más de ochenta mil adultos, por Pekka Oja y publicado en la Revista Británica de Medicina Deportiva, afirmaba que el ciclismo, la natación, los ejercicios aeróbicos y los deportes de raqueta como el tenis son los que mayor impacto tienen en la esperanza de vida.
A partir de las cifras que proporcionan estos y otros estudios, lo interesante es averiguar la razón por la que unos deportes son más eficaces que otros desde el punto de vista de la longevidad. En este sentido, el estudio danés sugiere que la explicación reside en que las explosiones de energía pueden ser más efectivas que el ejercicio físico prolongado y continuo.
El factor social
Resulta especialmente interesante la aportación del doctor Peter Schnohr, uno de los responsables de la investigación que duró 25 años. El experto destaca la coincidencia existente entre los deportes que más prolongan la vida, que son actividades que se practican en compañía. Este factor social puede marcar la diferencia, y no hay que restarle importancia, ya que el hecho de compartir el esfuerzo, la disciplina, los resultados o la satisfacción de comprobar cómo se está avanzando, tiene unos efectos muy positivos a nivel emocional a corto y largo plazo. Incluso, el hecho de entrenar juntos puede hacer que los entrenamientos sean más largos e intensos, lo cual repercutirá en mejores resultados a nivel físico.
Otros deportes que suman años
El mismo estudio aporta una lista de otras disciplinas que aumentan de manera significativa la esperanza de vida:
- Tenis: 9,7 años.
- Bádminton: 6,2 años.
- Fútbol: 4,7 años.
- Ciclismo: 3,7 años.
- Natación: 3,4 años.
- Correr: 3,2 años.
- Calistenia: 3,1 años.
- Otras actividades del gimnasio: 1,5 años.
El ejercicio para el cerebro que aumenta los años de vida
Cada vez hay más estudios que otorgan a los juegos mentales la capacidad de cuidar de la salud mental, y lo que es más interesante, verifican su poder para influir en la longevidad. Uno de los más eficaces es el ajedrez. Según los expertos, este juego de mesa reduce el riesgo de demencia y prolonga la vida.
Estas afirmaciones tienen su origen en los resultados de varios estudios. Entre ellos, uno de los más relevantes es el llevado a cabo en 2018 por científicos de la Universidad de Melbourne y la Universidad de Queensland. Sus autores concluyeron que los grandes jugadores de ajedrez tienden a vivir más que los atletas olímpicos. El trabajo (Checkmate: top chess players live longer. Philip Clarke, The Conversation) comparó la edad a la que murieron varios grandes maestros del ajedrez con la edad de muerte de varios atletas olímpicos.
Esta disciplina mejora diferentes aspectos del funcionamiento del cerebro. Estos son algunos de los más significativos:
- Mejora la capacidad cognitiva. Quizá sea uno de los beneficios más evidentes. El ajedrez ejercita la memoria, la atención, la concentración y la lógica. Algo realmente útil en estos tiempos en los que la capacidad de atención está disminuyendo de un modo alarmante en la sociedad.
- Ayuda a tomar decisiones. Esto es así gracias a que las reglas del juego obligan a la planificación a largo plazo y a anticiparse a los movimientos del oponente. En esta misma línea, el ajedrez también fomenta el desarrollo de la reflexión y la paciencia.
- Aumenta la creatividad. La práctica regular de partidas de ajedrez también tiene la facultad de incrementar las dosis de creatividad gracias a la necesidad de buscar soluciones a planteamientos de estrategia y a resolver situaciones complejas.