Es normal que te visiten todo tipo de pensamientos durante la meditación. El objetivo de la práctica meditativa es darte cuenta de todo lo que pasa por tu cabeza para, paso a paso, aprender a pensar de forma más positiva.
La calidad de tus pensamientos es muy importante porque tu estado de ánimo responde rápidamente a lo que estás pensando. Si te acechan reflexiones negativas, será más fácil que te sientas abatido y de malhumor.
La buena noticia es que podemos mejorar la calidad de nuestros pensamientos y conseguiremos sentirnos más alegres al instante. Solamente debemos practicar el agradecimiento.
practicar la gratitud mejora tu vida
La gratitud nos permite fijarnos en todas las cosas buenas que hay en nuestra vida, proporcionándonos al instante una gran sensación de bienestar físico, mental y emocional. Los niveles de estrés descienden cuando la mente se fija en todo aquello que va bien y, automáticamente, el cuerpo se siente más seguro y tranquilo.
Cuando te sientas triste pensando en aquello que te falta o anhelando un objetivo que tarda en llegar, reenfoca tu mente en todas aquellas cosas que van bien en tu vida y en los objetivos que hoy se cumplieron y un día fueron sueños. Automáticamente, te notarás mejor de ánimos.
Si estamos todo el día quejándonos de lo que no tenemos, de lo mal que estamos, de lo mal que nos vemos, etc. ¿qué pasará? Pues que es normal que te sientas abatido y triste. Si estás conectado con la escasez teniendo pensamientos del tipo: «Me falta tal cosa», «Necesito tal otra», «No soy suficiente», «No tengo suficiente dinero», etc., no abres las puertas a la abundancia.
los efectos de la Gratitud en el cerebro según la neurociencia
Según la neurociencia, el sentimiento de gratitud disuelve los miedos, la angustia, la rabia, y te ayuda a parar estados mentales tóxicos. Imagina que cada vez que piensas o ves algo de ti que no te gusta, automáticamente agradeces estar vivo, poder leer o tener un techo. Nuestro cerebro no puede experimentar a la vez la gratitud y la angustia, así que siempre depende de nosotros hacia dónde inclinamos la balanza.
El sentimiento de gratitud activa las áreas de recompensa del cerebro, generando sensaciones de bienestar y de placer en nuestro cuerpo. Liberamos hormonas felices como la dopamina o la oxitocina. Por eso las personas que vivimos agradeciendo experimentamos más emociones positivas y mayor satisfacción con nuestra vida. No quiere decir que todo nos vaya como queremos o que todo sea perfecto, solamente que somos conscientes de toda la abundancia y las oportunidades que nos rodean.
Ideas para practicar el agradecimiento en tu día a día
Estas ideas fáciles te ayudarán a practicar el agradecimiento y mejorar la calidad de tus pensamientos:
- Puedes practicar la gratitud durante la meditación. Antes y después de meditar podrías dar las gracias por alguna cosa que va bien en tu vida.
- Justo al despertarte o antes de irte a dormir podrías dar las gracias por dos cosas que valores.
- También, podrías tener una libreta donde escribir cada día algún agradecimiento. El reto es que nunca se repitan dos agradecimientos iguales.
Quizás te cuesta imaginar para qué cosas puedes dar las gracias. Te dejo a continuación una lista de ideas:
- Doy las gracias por tener un cuerpo sano.
- Doy las gracias porque hoy he podido comer.
- Doy las gracias por tener a mis amigos.
- Doy las gracias porque tengo luz en casa.
- Doy las gracias porque hoy he tenido un día bonito.
- Doy las gracias por tener un techo.
- Doy las gracias por mi familia.
- Doy las gracias porque hoy ha salido el sol.
- Doy las gracias porque puedo leer este artículo con mis ojos.
- Doy las gracias porque me apoyo a mí misma.
Un ejercicio sencillo para empezar con la gratitud
Este ejercicio es muy sencillo, pero altamente efectivo y podría ser que te emocionara mucho. Solo necesitas un espejo y a ti mismo.
- Ponte delante del espejo mirándote directamente a los ojos.
- Empieza a pronunciar en voz alta todo aquello que te agradeces a ti mismo, todo aquello que has hecho que no te ha resultado fácil, pero que sabes que fue lo mejor para ti.
- También puedes agradecerte los pequeños éxitos del día a día: hacer ejercicio, comer sano, intentar mantener una rutina, etc. Los éxitos serán particulares en cada uno de nosotros. Dependiendo de tu momento vital, tus esfuerzos serán unos u otros.
- Después, observa cómo te sientes y si notas la necesidad de llorar o saltar emociones, hazlo sin ningún miedo.
Recuerda que la gratitud siempre está disponible y que solamente depende de ti valorar las cosas bonitas mientras pones tu mejor actitud para solucionar las que de momento no funcionan tan bien.