El potus o poto es un verdadero clásico entre las plantas de interior, colgantes o trepadoras. Botánicamente, esta planta es originaria de la isla de Moorea, en el Pacífico Sur, se conoce como Epipremnum aureum.

Allí, el poto crece en selvas tropicales y trepa por árboles altos con sus raíces aéreas para sostenerse. En la variedad silvestre, las hojas en forma de corazón son de color verde oscuro, pero hay variedades con rayas blancas o amarillas de diferentes anchos.

En la variedad 'Golden Pothos', las hojas son enteramente de color verde claro-amarillo. En estos casos, las hojas amarillas, por supuesto, no son una señal de alarma, sino una característica normal y fijada genéticamente.

causas de amarilleamiento del potus

1. ubicación incorrecta

Potus ventana

Los potus pueden vivir más de 10 años si los cuidas adecuadamente.

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Los potos responden a un lugar frío y con corrientes de aire con un crecimiento estancado y, a menudo, hojas amarillas.

Especialmente en invierno, las plantas nunca deben exponerse al aire frío. Aunque no te lo parezca, tu planta puede estar sufriendo cuando abres ventanas y puertas para ventilar o cuando dejas que sus hojas toquen el vidrio de una ventana. 

Los potos son una muy buena opción para lugares con poca luz, un legado bienvenido de su adaptación a la luz difusa en la selva. Esto significa que no pueden tolerar el pleno sol. Por lo tanto, no se encuentran bien delante de ventanas orientadas al sur sobre las que incida directamente el sol. En tales habitaciones, coloca el poto a uno o dos metros de la ventana.

2. El agua no llega desde las raíces

Poto agua
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Las hojas se abastecen de agua a través de las raíces. De esta forma conservan su función y textura, se mantienen firmes y desarrollan su color natural y atractivo.

Si llega muy poca o ninguna agua desde el sustrato a las hojas, estas se vuelven amarillas y mueren. La falta de agua puede deberse a tres razones:

  • Regar con poca frecuencia. Los potos necesitan poca agua, son resistentes a las sequías pero se deben regar cada cuatro días cuando hacer calor y cada ocho días en los meses frescos. No obstante, esta recomendación puede variar en función del tamaño de la maceta o las condiciones de humedad ambiental. 
  • Exceso de agua. Si las raíces están demasiado húmedas, mueren y sin raíces sanas no es posible la absorción del agua que necesitan las partes aéreas de la planta. Si se ha acumulado agua en la maceta, debes trasplantarla a un sustrato seco y con buen drenaje en el fondo lo más rápido posible. Luego espera a que las raíces se hayan recuperado un poco antes de volver a regar.
  • Estrangulamiento. Otro problema que puede provocar que el poto no reciba suficiente agua en todas las hojas es haberlo atado con demasiada fuerza a los soportes para trepar. Como resultado, los haces vasculares de los brotes se contraen y ya no pueden transportar humedad. 

3. Aire demasiado seco

potus radiador
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La humedad alta es un bálsamo para cualquier planta tropical como el poto, por eso es mejor colocarla en el baño y/o usar un humidificador o rociarla diariamente con agua a temperatura ambiente y sin cal.

El aire seco hace que las hojas de la planta se sequen desde los bordes y, a menudo, áreas más grandes de las hojas se tornan de un color amarillo antiestético.

El aire caliente de la calefacción en invierno es una de las razones más comunes por las que el poto presenta hojas amarillas. Este es un proceso que, sin aumentar la humedad del lugar, lamentablemente conduce a la muerte completa de la planta de interior.

4. Carencia de nutrientes esenciales

La tierra posee minerales que las plantas absorben para su desarrollo, pero con el tiempo estos pueden agotarse.

Cuando esto ocurre, las hojas suelen perder su tonalidad verde debido a la falta de elementos necesarios para sintetizar la clorofila.

Uno de los déficits más usuales es el de hierro, que se manifiesta con un cambio de color en las hojas, comenzando desde los bordes hacia el centro o mostrando un patrón de vetas descoloridas.

Para solucionarlo, puedes incorporar este mineral al suelo, utilizando compuestos como sulfatos o quelatos, siendo los quelatos más estables pero también más costosos.

Ambas opciones son efectivas. Si no encuentras estos productos, un fertilizante orgánico completo puede ser una alternativa para restablecer los nutrientes faltantes en el sustrato.

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