Con la llegada del otoño, la calabaza se convierte en la estrella de la cocina. Más allá de sopas, cremas y guisos, este ingrediente tan versátil puede encontrar también su lugar en preparaciones dulces, muy sencillas y cargadas de sabor. Claro ejemplo de ello es esta mermelada de calabaza casera que te vamos a enseñar cómo preparar hoy.

Es una opción ideal para quienes buscan una alternativa natural, de temporada, y más saludable que las versiones comerciales, que están cargadas de azúcares y aditivos. Preparar en casa es muy sencillo y, además, te va a permitir aprovechar al máximo esta exquisita verdura de temporada, controlando cada detalle en el proceso para hacerla deliciosa y saludable al mismo tiempo.

Receta de mermelada de calabaza

Para esta elaboración vamos a necesitar un cuchillo afilado y una tabla de cortar, para pelar y cortar la calabaza, además de una olla grande y una batidora de mano. Te recomendamos, además, que cuentes con frascos de vidrios con tapa hermética, para que te resulte más sencillo almacenar la mermelada y que aguante bien en la despensa. ¿Lo tienes todo? ¡Pues manos a la obra!

Ingredientes

Para preparar esta mermelada de calabaza casera necesitas los siguientes ingredientes:

  • 500 g de calabaza
  • 1 rama de canela
  • 150 g de azúcar
  • Agua

Preparación paso a paso

  • Si ya tienes todos los ingredientes, podemos empezar a cocinar. Sigue estos pasos para preparar esta exquisita mermelada de calabaza.
  • Empieza pelando y cortando la calabaza en trozos manejables, para poder cocerlos en la olla que hayas elegido.
  • Coloca la calabaza en la olla junto con el azúcar y la rama de canela. Cubre con agua para empezar a cocinar.
  • Empieza a cocinar a fuego fuerte hasta que alcance la ebullición, y baja inmediatamente a la mínima temperatura para que el agua se vaya evaporando lentamente.
  • Cuando no quede más de un dedo de agua (suele tardar entre 35 y 45 minutos en llegar a este punto), pon en el vaso de la batidora todos los ingredientes, menos la rama de canela.
  • Tritura hasta conseguir una textura sedosa, de mermelada.

Ideas para usar esta mermelada casera en la cocina

Ahora que ya sabes cómo preparar esta deliciosa mermelada de calabaza, puedes cocinarla y dejarla en casa para usarla en todo tipo de elaboraciones otoñales. Te dejamos algunas ideas de platos sencillos y exquisitos en los que puedes utilizar nuestro ingrediente estrellas. ¡Hay para todos los gustos, dulces y salados!

  • Tostadas con queso crema y mermelada. Es perfecto para un desayuno o una merienda. Elige tu queso crema favorito y una tostada crujiente para potenciar el sabor de la mermelada.
  • Empanadas dulces y saladas. Puedes usar la mermelada como relleno para preparar una empanadillas al horno. Si quieres una versión dulce, añade también frutos secos picados. Y para la versión salada, un poco de queso azul o ricotta le dará un toque más sofisticado.
  • Acompañamiento para carnes asadas. La mermelada de calabaza aporta un sutil dulzor que combina muy bien con las carnes asadas, en especial con el cerdo y el pollo. Úsala como glaseado durante la cocción o como un acompañamiento para resaltar los sabores.
  • Con ensaladas. Con esta mermelada también puedes preparar una salsa para tus ensaladas otoñales. Mezcla una cucharada de mermelada con vinagre balsámico y aceite de olvida, consiguiendo así una vinagreta única. Esta combinación queda genial con una ensañada de hojas verdes, nueces y queso de cabra. Dulce y complejo.
  • Postres y tartas. La mermelada de calabaza puede usarse como relleno para tartas de hojaldre o empanadas dulces. También se puede utilizar como capa en una tarta de queso o como complemento de un bizcocho especiado. ¡Hasta puedes usarla para preparar unas exquisitas galletas de calabaza con mermelada!

Como ves, la mermelada de calabaza es una opción versátil ideal para darle a cualquiera de tus elaboraciones un toque otoñal muy especial. Prepárala en casa, y recuerda que para conservarla debes almacenarla en frascos de vidrios esterilizados y bien sellados. De esta forma, y siempre que se mantenga en un sitio fresco y oscuro, puede durar entre 6 y 12 meses en buen estado. Una vez abierto el frasco, sin embargo, debes mantenerlo en el refrigerador y consumirlo en un plazo de 3 a 4 semanas.