El cerebro es, probablemente, uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. No es por que sea el único imprescindible, pero es el centro de mando en el que se coordinan todas nuestras funciones básicas. Allí se forman nuestros pensamientos y las reacciones químicas que modelan nuestras emociones. Por eso, y por otras muchas razones, es tan importante mantenerlo sano.

Una de las mejores formas de que nuestro cerebro funcione en óptimas condiciones, nos explica Nazaret Castellanos, es usar la respiración para potenciar su funcionamiento. Pero, ¿cómo podemos hacerlo? En una increíble charla en Aprendemos juntos de BBVA, Castellanos nos explica la ciencia tras la respiración y cómo usarla a nuestro favor.

Una orquesta bien afinada

Según Nazaret Castellano, el cerebro es cómo una orquesta. Cada vez que hacemos un esfuerzo por leer un libro, o por prestar atención a algo, estamos haciendo que nuestro cerebro se ponga a funcionar. Por supuesto, como explica la experta, “podemos tener una orquesta como la Filarmónica de Berlín o una orquestilla de pueblo”, y todo va a depender de “lo que hayamos entrenado”, de las veces que hayamos puesto a nuestra orquesta cerebral a ensayar.

Hay muchas formas de poner el cerebro en funcionamiento. Ella misma nos da algunos ejemplos en su conferencia. Leer activa nuestras neuronas, prestar atención a una charla, escuchar música. Incluso conversar de forma activa con otra persona puede poner en marcha nuestro cerebro. Algunas prácticas milenarias, como la meditación, han demostrado ser especialmente efectivas para despertar áreas particulares de nuestro cerebro. Y no debemos olvidar hacer ejercicio para mantener activas otras tantas partes de este órgano fundamental.

Pero hay una forma sencilla y accesible de entrenar el cerebro, de mantenerlo sano y bien afinado, que además puedes hacer en cualquier parte del mundo, en cualquier momento: respirar.

Respiramos de forma desordenada

Aunque te cueste creerlo, es verdad. Según Castellano, respiramos muy mal. De forma desordenada. Nada que ver con lo que se presupone en los libros de textos. Ella asegura que hemos “desevolucionado”, hemos olvidado como respirar bien. Antes de que acabemos de inhalar, ya estamos exhalando. Y esta forma tan caótica de tomar aire hace que nuestro cerebro esté alerta, porque no puede predecir cuando llegará la siguiente bocanada de aire.

respirar bien

Este hecho, que la experta pudo corroborar en sus estudios e investigaciones con más de 100 personas, le hizo pensar en cómo puede afectar la forma en la que respiramos a nuestro cerebro.

Sabemos, como ella misma nos explica, que existen núcleos en el cerebro que predicen la respiración. Y en este sentido, es todo cuestión de ritmo. Si el cerebro sabe cuándo va a llegar el aire, porque puede predecirlo, se relaja. Si el ritmo es caótico y descompasado, el cerebro se vuelve loco y aumentan los niveles de estrés en nuestro cerebro.

Ordenando la respiración

Precisamente por este defecto que todos parecemos traer de fábrica, Castellano nos asegura que el ejercicio más importante para el cerebro es controlar la respiración. “Sentarse durante 10 minutos y simplemente respirar con un ritmo”, nos recomienda la neurocientífica. Este simple gesto, asegura, nos ayuda a enseñarle al cerebro cuándo va a volver a inspirar, y cambia la dinámica cerebral por completo.

Lo que la ciencia ha podido comprobar, según la experta, es que “la respiración funciona como una especie de marcapasos, que va guiando los ritmos de la actividad neuronal”. O, lo que es lo mismo, que “si el cerebro fuera una orquesta, la respiración sería el director”.

La respiración nos ayuda a ganar orden, coordinación y sincronización en el nuestro cerebro, asegura Castellanos. Y esto es fundamental, porque para que el cerebro procese información y ejecute sus funciones, necesita estar bien orquestado. De esta forma, la respiración se convierte en el “gran modulador de la dinámica neuronal”. Y es que, aunque los pulmones no son el órgano que más influye en el cerebro (ese es el corazón, según la experta), es clave para entrenar a nuestro cerebro. Porque no podemos moldear nuestro sistema digestivo, ni decirle al corazón cuando latir. Pero sí podemos controlar la respiración. Por eso, explica la neurocientífica, considera que la respiración es “una llave impresionante al cerebro”.

Además, controlar la respiración es una técnica accesible para todos, independientemente de su poder adquisitivo, y eso hace que sea una solución clave para estos tiempos de crisis en materia de salud mental.