Desde el año 2023, el último sábado de cada mes tengo una cita obligada en el club de Lectura y Punto. Allí, bajo la dirección de la escritora sevillana Concepción Perea, compartimos historias, patrones y, de vez en cuando, alguna que otra galleta. Sobre la librería Botica de Lectores, en el centro de Sevilla, hemos formado una preciosa comunidad y hemos descubierto decenas de historias que se han quedado para siempre en mi lista de favoritas.

Aunque pocas perdurarán tanto en mi mente como la que voy a recomendarte en esta ocasión. Fue la primera lectura del 2025, a todas nos ha parecido de lo mejor que hemos leído hasta el momento (y somos un club de mujeres y algún que otro hombre de todas las edades) y a mí me ha impactado tanto que hasta estoy pensando hacerme un tatuaje en su honor. Y lo mejor de todo es que tiene tan solo 250 páginas, por lo que te la puedes acabar en dos días. Todas en el club coinciden en esto: la que más tardó dedicó a penas tres días a la lectura, porque engancha de principio a fin.

Un viaje de ida

En nuestro pequeño club de lectura, buscamos títulos que no son necesariamente tendencia. Preferimos bucear entre esos libros que pocos conocen, y que en muchos sentidos pueden cambiarte la vida. Este en particular está editado por Crononauta, una editorial feminista especializada en literatura de género que cuida de sus libros con un mimo especial. Una editorial de esas que todavía sostienen que la lectura debe transformar vidas, y para ello, hay que hacer libros con ética.

Siempre he pensado que cuando una novela está bien escrita, puede contarme lo que sea, que voy a leerla hasta el final. Eso es, exactamente, lo que me sucede con todo lo que he leído de la autora de la novela que nos ocupa en esta ocasión. Becky Chambers, a quien probablemente no conocerás salvo que seas muy fan de su género, es una de las mejores escritoras a las que he tenido la suerte de leer.

Con una pluma ligera, que te hace sentir como en casa y te abraza en cada palabra, la autora nos presenta Para aprender, si la suerte nos sonríe, un libro que te hará reflexionar sobre el medioambiente, los cuidados, la amistad, la humanidad y la ciencia.

Pero antes de que te salten las alarmas, tranquila, esta ciencia ficción no tiene nada que ver con lo que has leído hasta ahora. Aunque hay ciencia, y Chambers cuenta con su propia asesora científica para escribir (es su madre, por cierto), lo importante en este libro son las relaciones humanas.

¿De qué trata la novela?

El libro comienza con un mensaje acelerado de su protagonista. Quiere que su mensaje llegue a la Tierra, sea como sea. Que lo lea quien deba leerlo. Que hagan algo. Pide una acción desesperada. Pero para que puedan comprender lo que les está pidiendo a aquellos que la lean, debe contarles una larga historia. Una historia en tres actos.

Y es que en el mundo que nos propone la autora, la humanidad ha conseguido desarrollar la tecnología necesaria para explorar el espacio sin limitaciones. Así, los cuatro astronautas que protagonizan la novela, personas apasionadas por su profesión, se lanzan al espacio con una misión preciosa: comprender el vasto universo, maravillarse ante cada descubrimiento, y dejarlo todo como estaba. Porque en los mundos de Chambers, los cuidados son siempre una prioridad. Se dispensan hacia los demás, hacia uno mismo y hacia el vasto mundo que nos rodea.

A años luz de una taza de café

La tripulación a bordo de la nave hace, a lo largo de su largo viaje, cuatro paradas en cuatro planetas diferentes. Como si fueran una especie de “principitos”, al estilo de Antoine de Saint-Exupéry, en cada planeta aprenden sobre ciencia, sobre ellos mismos y sobre la humanidad.

¿Por qué nos sentimos más cercanos a las especies que se nos parecen? ¿Se puede apreciar la belleza de lo inerte? ¿De qué está hecha la vida? Y, sobre todo, ¿qué haces cuando tomar una taza de café es tu único y gran anhelo, pero estás a años luz de casa? La familia que se construye, los personajes que evolucionan y las reflexiones que Chambers comparte en este libro son una delicia. No quiero adelantarte nada más de la trama, porque descubrirla por ti misma es parte de la magia. Solo te diré una cosa: querrás revisitar estos mundos de mano de sus protagonistas mil veces. Porque en los mundos de Becky Chambers siempre se vive mejor.

Para aprender, si la suerte nos sonríe

Como te he prometido, no voy a contarte nada más de la trama. Tendrás que descubrirla por ti misma. Pero por si todavía no tienes claro si esta tiene que ser tu próxima lectura, voy a contarte una curiosidad sobre su título.

En 1977, el General Kurt Waldhwim, por aquel entonces secretario general de las Naciones Unidas, grabó para el disco de oro de las Voyager que se enviaron al espacio un mensaje que bien haríamos en recordar en pleno siglo XXI. Ahora que los viajes al espacio son una promesa, que el mundo está lleno de hostilidades y sufrimos por la mirada cortoplacista de quienes nos gobiernan, recordar sus palabras es una tarea obligatoria. En la novela lo hacen, en cada capítulo Chambers impregna la esencia de estas palabras. Pero para que queden también aquí guardadas, te las dejo a continuación:

“Como secretario general de las Naciones Unidas, una organización de ciento cuarenta y siete Estados miembros que representan a casi todos los habitantes de la Tierra, os saludo en nombre de las personas de nuestro planeta. Salimos de nuestro sistema solar para viajar por el resto del universo en busca de paz y amistad; para enseñar, si se nos requiere; para aprender, si la suerte nos sonríe. Sabemos bien que nuestro planeta y todos sus habitantes no son más que una pequeña parte de este inmenso universo que nos rodea, así que damos este paso con humildad y esperanza”.

Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.