La Navidad es una época mágica. Las familias se reúnen alrededor de grandes platos de comida caliente, se entregan regalos, se cantan villancicos y todos parecemos felices y bien avenidos.
Pero ¿qué pasa con las relaciones familiares tensas? Lejos de ser una cosa aislada es muy común que en las familias haya desavenencias.
Cómo afrontar las relaciones familiares difíciles
Más abajo encontrarás una meditación para sanar tus relaciones familiares y evitar tantas tensiones. Pero antes vamos a ver una serie de consejos que podrían ayudarte a mantener tus cenas y comidas de Navidad en paz.
- Hay ciertos temas de conversación que podrían levantar ampollas como, por ejemplo, la política, el fútbol, los problemas con antiguas herencias o la religión. Todos estos temas es mejor evitarlos. Si no hemos estado de acuerdo hasta hoy, no lo cambiaremos entre los turrones y las uvas.
- Podríamos evitar hacer comentarios hirientes sobre el físico de las personas o su estado civil. Ya ha pasado de moda preguntar a las parejas ¿cuándo seréis padres? O insistirle a una mujer joven para que se case.
- Si has decidido que no vas a beber alcohol, tampoco es necesario que lo digas. En ocasiones, cuando expresas tu deseo de abstinencia el entorno te presiona para que bebas. En cambio, prueba con permitir que te llenen la copa, aunque luego no la toques. La mayoría de las personas no se darán ni cuenta de que no has bebido vino y tú te las liberado de dar una explicación innecesaria y de sus posibles reclamaciones.
- Ten una salida de emergencia: unas entradas para el teatro, la visita de un amigo, una llamada por hacer o sacar a pasear al perro… todo ello son excusas más que confiables para que no tener que quedarte mil horas en la sobremesa.
- Siéntate al lado de los familiares con los que seas más afín. No tengas miedo a expresar cuáles son tus preferencias y en qué lugar de la mesa estás más cómodo.
- Practica la aceptación, a estas alturas ya nada hará cambiar a tu familia. Es mejor que les aceptes tal y como son. Mantente fiel a tu forma de ser y de ver el mundo, recuerda que no hay nada malo en ti.
- Haced regalos si realmente lo deseáis. Los regalos es una tradición muy extendida, sin embargo, en ocasiones se convierte en una obligación que fomenta el consumismo sin ningún sentido.
- Pregúntate qué cosas te apetecen y cuáles no. Si sientes que solamente te apetece verlos en una de las muchas comidas navideñas, es correcto. Quizás te sientas un poquito culpable; no obstante, es mejor gestionar esa culpabilidad que sentirte saturado luego.
- Por último, come solo lo que sientas necesario. En ocasiones, cuando no nos sentimos cómodos desconectamos de nuestro cuerpo y no sabemos lo que necesitamos. Escúchate siempre y come solamente lo que te pida el cuerpo.
Meditación de sanación familiar
Antes de las citas con tu familia, puedes trabajar la energía y la actitud para sentirte preparado y un poquito mejor durante los eventos. Una solución maravillosa podría ser disfrutar de esta meditación.
Con esta práctica buscamos deshacer los nudos que puedas encontrar en tus relaciones familiares fruto de traumas y tensiones del pasado. A su vez, agradeceremos las buenas herencias que te hayan dejado para poder centrarte en las cosas positivas y amar a tu familia tal y como es.
Antes de practicar la meditación podrías escribir en un papel tres cosas que agradeces a tu familia. De esta forma, aunque haya heridas por sanar, tendrás el enfoque de aprendizaje que has sido capaz de encontrar con tu mirada amable.
- Puedes hacer esta meditación en cualquier momento del día. Aunque te la recomiendo especialmente antes de las comilonas navideñas o ya empezar a practicarla unos días antes.
- También puedes hacer esta meditación cuando necesites escuchar y calmar a tu niño interior. Si te han dado un disgusto o una conversión te ha hecho sentir mal, esta meditación también te reconfortará.
- Mejor haz esta meditación sentado en una silla con la espalda erguida, pero sin tensión. Así seguro que no te duermes y seguirás estando cómodo.
- Si te apetece, puede resultarte gratificante hacer la meditación con auriculares. Sentirás el sonido más envolvente y podrás aislarte mejor del exterior.
- Si durante la meditación necesitas moverte, adelante. Si estás incómodo, por favor, recolócate en una postura más cómoda con movimientos suaves.
- Si puedes, descárgate toda la meditación y luego pon tu dispositivo en modo avión.
- Ponte algún aceite esencial en el difusor o algún incienso. Para la sanación familiar te recomiendo aromas que ayuden a la conciliación como, por ejemplo, la camomila o la rosa, porque son muy suaves y calmarán el ambiente. Incluso podrías poner estos inciensos durante las comidas.
- Recuerda: las fechas navideñas suceden una vez al año, preservar tu serenidad interior es más importante que cualquier discusión. Respira profundamente y ten mucha paciencia.
- ¡Que tengas una muy feliz Navidad!