¿Alguna vez te has preguntado si puedes entrenar a tu mente para vivir mejor? En muchos aspectos, la neurociencia ha demostrado el gran potencial de nuestro cerebro para mejorar, aprender y cambiar. La neuroplasticidad nos permite modificar nuestros comportamientos e incluso nuestras emociones, si sabemos utilizarla de nuestro lado.

Una gran experta en este tema es Ana Ibáñez, neurocientífica, conferenciante internacional y fundadora de Mind studio, un “gimnasio y spa” cerebral en el que, por medio de entrenamientos de neurofeedback y complejos protocolos neurocientíficos, ha demostrado que es posible cambiar el cerebro y vivir mejor. Estos son algunos de sus consejos para convertir a este órgano tan importante en nuestro aliado, y no en nuestro enemigo.

¿Se puede cambiar el cerebro?

Esta pregunta lleva años flotando en el ambiente. “¿Podemos entrenar nuestro cerebro para vivir mejor? ¿Es verdad que puedo cambiar mis habilidades, que puedo tener mejor humor, que puedo quitarme la inseguridad, que siento que puedo ser menos tímido o menos tímida, que puedo gestionar mejor lo que me pasa a nivel emocional?”, propone Ibáñez. “Y la respuesta rotunda es que sí”, asegura.

“Nuestro cerebro se entrena”, explica la neurocientífica, “podemos cambiar nuestras conexiones neuronales, existen entrenamientos cerebrales para cambiar cómo nos sentimos, lo que hacemos, nuestro tipo de pensamientos y, en definitiva, para vivir mejor”.

Pero, ¿en qué consisten estos entrenamientos? Ibáñez ha dedicado años de estudio e investigación a una tecnología que se encuentra a la vanguardia, y que ha revolucionado la manera en la que entendemos nuestra relación con el cerebro.

Entrenamiento cerebral

Mind studio, el proyecto de Ibáñez que se encuentra presente en Madrid y Barcelona, es lo que ella califica como un “gimnasio y spa cerebral”. Por medio de la tecnología del neurofeedback y unos complejos protocolos que ella misma ha diseñado, puede tratar desde problemas del sueño, hasta potenciar los talentos y habilidades de las mentes más brillantes.

Pero, ¿cómo funciona esta tecnología? La neurocientífica explica, en términos rudimentarios, su funcionamiento para el podcast Lo que tú digas, de Álex Fidalgo. “Lo que hacemos es enseñarle al cerebro una capacidad que tiene innata”.

Según la neurocientífica, “nuestro cerebro tiene una capacidad de autorregularse muy grande”. Igual que nuestro cuerpo puede detectar, por ejemplo, que nuestra temperatura aumenta cuando tenemos fiebre para regularla, el cerebro puede regular las frecuencias que emite. Pero tiene una particularidad, advierte Ibáñez, y es que “no tiene ese termostato que le dice si está funcionando bien o mal”. Al menos, “no lo tiene hasta que le colocas unos electrodos, lee su actividad cerebral y se la enseñas”.

Esto es precisamente lo que hacen en Mind Studio, enseñar estas frecuencias al cerebro. Este, al leer su actividad cerebral y ser consciente de lo que está haciendo, “puede modificar cosas”. “Para explicarlo de una manera muy simple”, continua Ibáñez, “puedo leer el grado de estrés cerebral que tienes. Entonces, si se lo enseño a tu cerebro, va a decir ‘no me había dado cuenta, no había hecho nada para contrarrestarlo porque no sabía que estaba en este nivel de frecuencia. Ahora que lo estoy viendo, voy a empezar a hacer cambios’. Entonces, empieza a hacer un trabajo de frecuencias para eliminar las del estrés y producir otras”.

Más allá de la tecnología

Este descubrimiento es increíblemente importante, porque demuestra que el cerebro puede corregir estas alteraciones que están detrás de tantos problemas, como el estrés, la ansiedad, el insomnio e incluso la depresión. Ibáñez, sin embargo, va más allá: esta tecnología puede usarse también para potenciar nuestras habilidades innatas.

Esta tecnología, sin embargo, no es accesible para todo el mundo, por lo que la neurocientífica aboga también por esos pequeños cambios que podemos hacer en nuestro día a día que pueden ayudarnos considerablemente a vivir mejor. Y en especial, aboga por dos poderosos hábitos: disfrutar de nuestra libertad y ser amables con los demás.

El poder de la amabilidad en la neurociencia

“Si quieres tener un mejor día”, explica la neurocientífica en el mencionado podcast, “deja pasar (con el coche) a alguien que no tuviera que pasar. Te aseguro que tu día va a ser mejor”. Cada pequeño gesto de amabilidad asegura la experta, tiene el poder de cambiar nuestra química cerebral. “Es un propósito de intenciones: yo me preocupo de hacer que las cosas sean mejores”.

La explicación de por qué la amabilidad y la bondad nos hacen felices se encuentra en la programación de nuestro cerebro. “Nuestro cerebro está formateado para que, si hacemos algo que le hace bien a otro, empiece a funcionar muy bien y nos de mucha alegría”. Por eso, las personas que dedican tiempo a hacer ayudar a los demás son muy felices, explica la experta. “Si haces cosas para ayudar al otro, tu vida empieza a ser mucho más fácil”.

Conecta con tus talentos

Otra de las claves fáciles de aplicar que Ibáñez nos ofrece para aprovechar el funcionamiento de nuestro cerebro es conectar con nuestros talentos y vivirlos con libertad y disfrute. “Un cerebro esforzado hace cosas buenas, un cerebro libre hace cosas brillantes”, asegura la fundadora de Mind studio.

Su experiencia trabajando con mentes brillantes le ha ayudado a descubrir dos cosas importantes. La primera que no somos conscientes de nuestros propios talentos. “Como somos naturalmente buenos en ello, creemos que todo el mundo lo es”. Por eso nos invita a comunicar hacerle ver su talento a aquellas personas que tenemos cerca.

La segunda, que cuando haces aquello para lo que eres naturalmente bueno, tu talento, puedes brillar. “Cerebralmente”, explica, “conectas mucho más tus áreas cerebrales cuando estás libre”, cuando te permites disfrutar de lo que estás haciendo. Y en este sentido no hay excusas. La experta asegura que “cada uno de nosotros es muy bueno en algo”. Solo debemos descubrirlo para acceder a esta fuente ilimitada de felicidad.

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