El Delta del Ebro es un enclave único en la península ibérica, creado por los materiales que el río arrastra hasta el Mediterráneo en su ruta desde su nacimiento en tierras cántabras. El resultado es un terreno en forma de flecha en el que se encuentran diferentes hábitats y que es hogar (o punto de paso) de una gran cantidad de colonias de aves.
Es precioso en cualquier época del año, pero en invierno la tranquilidad que se respira en la zona, sumada al clima templado y con muchas horas de sol, hacen que merezca la pena hacer una escapada para recargar las pilas en contacto con la naturaleza.
Te proponemos 3 rutas diferentes (dos en bicicleta y otra a pie) para conocer lugares únicos y disfrutar de la desbordante naturaleza del Parque Natural del Delta del Ebro. Hacer una escapada a la naturaleza es una forma increíble para desconectar y cargar pilas, olvidarse de las preocupaciones cotidianas y retomarlas después con otros ojos.
La riqueza natural del Delta del Ebro
El río Ebro, uno de los más caudalosos de España, atraviesa 10 provincias en su recorrido hasta desembocar en el Mediterráneo, entre las comarcas catalanas del Bajo Ebro y del Montsiá. Allí, se forma un hábitat acuático de forma triangular que penetra unos 22 km en el mar, reconocido por su diversidad de ecosistemas.
La zona del Delta del Ebro fue declarada Parque Natural en 1983 (y ampliada en 1986), y hoy en día cuenta con una extensión de 7736 hectáreas en total, que es hogar de una extensísima fauna en la que destacan las aves, pero que también incluye invertebrados, anfibios y peces.
El clima mediterráneo, con una humedad alta y temperaturas cálidas en verano y moderadas en invierno, invita a perderse en sus diferentes paisajes, con campos de arroz, lagunas con cañaverales, marismas, dunas o playas de arena. Todo un espectáculo de colores y sonidos que sumergen en la naturaleza e invitan a relajarse.
Ruta en bici por la desembocadura, el Garxal y Riumar
El Parque Natural del Delta del Ebro ofrece diversos itinerarios, a pie o en bicicleta, para disfrutar de la naturaleza. Empezamos con una ruta circular en bicicleta muy sencilla, de solo 1 hora de duración, ideal para hacer en familia.
El itinerario, que transcurre por carriles bici y pistas de asfalto y tierra, está bien señalizado y nos lleva a descubrir el curso final del Ebro y su desembocadura desde la parte izquierda del rio.
La ruta empieza en el aparcamiento de tierra situado junto al paseo fluvial de Riumar, desde donde cogemos un carril bici que llega hasta un mirador de madera de unos 12 metros de altura denominado Mirador del Zigurat, desde el que se puede disfrutar de impresionantes vistas a la desembocadura del río, la isla de Buda, la isla de Sant Antoni y el Garxal.
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Faro amarillo en El Garxal
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Después, giramos a la izquierda y pasamos frente al Faro del Garxal para dirigirnos a un embarcadero de madera en la laguna del Garxal (el Embarcadero del Garxal). Un poco más adelante encontramos un mirador desde el que disfrutar de la rica fauna y flora de la laguna del Garxal.
Seguimos adelante hasta llegar al paseo marítimo de Riumar, una urbanización dentro del Parque Natural perteneciente a la localidad de Deltebre. Al lado del carril bici hay diversas pasarelas que llevan a la playa.
Damos la vuelta a la urbanización y llegamos al puerto fluvial de Deltebre. Un poco más adelante está el Muntell de les Verges, una duna fluvial de 4 metros de altura. La ruta termina unos metros más allá, en el aparcamiento.
Ruta a pie por la Punta del Fangar
Esta ruta nos lleva por uno de los lugares más emblemáticos del Delta: la Punta del Fangar, una península que se adentra en el mar, situada en la parte norte del delta.
Es una ruta fácil y bien señalizada para hacer a pie, que dura algo más de 2 horas en un terreno totalmente llano.
El itinerario empieza en el aparcamiento de la Playa de la Marquesa, una extensa playa virgen con arena dorada de unos 2 km de longitud. Seguimos por la orilla del mar y pasamos por las Dunas del Fangar, unas dunas naturales que dan al paisaje un aspecto desértico muy singular.
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Faro del Fangar, en el Delta del Ebro.
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Más adelante, encontramos el Faro del Fangar, un tradicional faro blanco y rojo de 20 metros de altura en medio del paisaje desértico que se ha convertido en una de las imágenes más icónicas del Delta del Ebro.
Si has paseado alguna vez por un paisaje desértico, seguramente habrás podido comprobar cómo este tipo de entornos, quizá porque la austeridad y por el largo recorrido que le regalamos a nuestra mirada, relajan casi al instante. Visitarlos es a menudo puro mindfulness.
Ten en cuenta, eso sí, que es una zona con un ecosistema delicado y con un alto valor natural que debemos conservar entre todos, por lo que es fundamental respetar las indicaciones y evitar las zonas de cría de aves y las dunas.
La ruta de las lagunas en bici
Esta vez, visitamos el hemidelta sur con una ruta circular en bici que es también de dificultad baja, pero dura un poco más: unas 4 horas. El itinerario nos lleva por dos de las lagunas más grandes y conocidas del Parque Natural: la de la Encanyissada y la de la Tancada.
Empieza delante de la Casa de Fusta, una de las construcciones más famosas del delta que actualmente acoge una exposición sobre las lagunas. Está situada frente a la laguna de la Encanyissada, la más grande del parque, que rodearemos y en la que se encuentran diversos miradores desde los que contemplar su fauna.
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Mirador de la de la Casa de Fusta, en la laguna de la Encanyissada.
Llegamos a Poblenou del Delta, un pequeño núcleo de población (con menos de 200 habitantes) con bonitas casas blancas, palmeras y un campanario, rodeado de campos de arroz.
Desde ahí, seguimos hacia la laguna de La Tancada, la que tiene una mayor densidad de flamencos del Delta (además de otras aves), que se pueden observar desde el Mirador de Raimundo o desde el Mirador de la Tancada-Albert Rull, situado en el extremo este de la laguna. Después, volveremos hacia la Casa de Fusta, donde finaliza la ruta.