Es probable que por su nombre no la conozcas, pero la aspidistra es una de las plantas más habituales en los hogares españoles (y probablemente en los de muchos otros países). Pese a que es originaria de Asia, su gran resistencia hace que se adapte perfectamente a otros climas.

Es, además, una de las plantas más fáciles de cuidar, lo que la hace ideal para las personas que no tienen mucha experiencia en el cuidado de las plantas. Y puedes tenerla tanto en el interior como en el exterior.

Origen y características de la aspidistra

La aspidistra es un género de plantas originarias de las zonas tropicales y subtropicales del este de Asia, como China, Japón o la sierra del Himalaya, que comprende unas 100 especies. 

La más conocida y habitual en nuestro país es la Aspidistra elatior, que se conoce también por los nombres de orejas de burro o planta de hierro (por su gran resistencia), y es originaria de Japón y Taiwán.

Se trata de una planta de hoja perenne herbácea que puede alcanzar una altura de alrededor de 80 centímetros. Tiene unas grandes y exuberantes hojas de color verde oscuro de unos 30 a 50 cm de largo que crecen directamente del rizoma, es decir, no están unidas a un tallo. Son muy apreciadas para preparar arreglos florales japoneses de Ikebana.

Produce pequeñas flores con forma de campana que crecen cerca del suelo y en general son de color lila, marrón o verde. Sin embargo, estas flores raramente las verás si tienes la aspidistra en el interior de la casa.  

Qué cuidados necesita la aspidistra

iStock Aspidistra elatior
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La aspidistra, como mencionábamos antes, es una planta fácil de cuidar y muy resistente. Aunque no requiere mucha atención, sí que debes tener algunos factores en cuenta para que esté hermosa:

  • Luz: a la aspidistra no le gusta la luz solar directa, que puede quemar las hojas, así que conviene colocarla en algún sitio donde le dé la luz indirecta. Es resistente a la contaminación, el polvo y las condiciones de poca luz y puede crecer bien en sitios que para otras plantas serían demasiado oscuros.
  • Temperatura: prefiere un clima moderadamente cálido y húmedo, idealmente de entre 15 °C y 24 °C y con alrededor del 40-50 % de humedad. No obstante, puede soportar un amplio rango de temperaturas, de entre -5 °C a 38 °C.
  • Riego: solo tendrás que regarla cada una o dos semanas durante la época de crecimiento (primavera y verano), dejando que se sequen los primeros 2,5 o 3 cm de la tierra entre los riegos. En invierno puedes reducir algo el riego. Es muy resistente a la sequía, por lo que, en general, se considera que es mejor regarla menos que más. Cuando hay un exceso de agua, las raíces pueden pudrirse y las hojas tendrán un color amarillento.
  • Tierra: debe tener un buen drenaje y una buena aireación. Le puede ir bien una mezcla de tierra para macetas, turba y perlita.
  • Trasplante: si tienes la aspidistra en el interior, conviene vigilar que las raíces tienen el espacio suficiente para crecer bien. Cuando detectes que las raíces se enredan, puedes trasplantarla a una maceta que tenga entre 2,5 y 5 cm más de diámetro.
  • Poda y limpieza: conviene eliminar de forma regular las hojas muertas o dañadas, de este modo favorecerás el crecimiento de las nuevas. Por otro lado, limpiar las hojas de vez en cuando con un paño húmedo para eliminar el polvo, mejorará la fotosíntesis.
  • Plagas: la aspidistra es una planta muy resistente a las plagas, pero esto no impide que ocasionalmente pueda sufrir alguna, como la cochinilla. En este caso, el aceite de neem es muy útil para combatirla.

Cómo cultivar la aspidistra en el exterior

Si bien la aspidistra puede tenerse como planta de interior, también es una magnífica opción para el exterior que convertirá cualquier rincón en un frondoso jardín.

Como decíamos antes, prefiere que no le toque la luz solar directa y en lugares de climas cálidos, como son muchas zonas de España, puede cultivarse al aire libre como una cubierta vegetal tolerante a la sombra. Puedes cultivarla, por ejemplo, debajo de los árboles o en los bordes del jardín donde pueda recibir luz filtrada.

El mejor momento para plantarla es en primavera, después de la última helada (si es que las hay). Necesitan una tierra con buen drenaje y un pH ligeramente ácido o neutro.

Si la trasplantas al jardín...

Lo mejor y más sencillo es adquirir las plantas y trasplantarlas al jardín. Al hacerlo, conviene dejar una separación de unos 50 centímetros entre las plantas para asegurar su buen crecimiento. Cava un hoyo y coloca dentro la planta con cuidado de no dañar las raíces.

El riego inicial debe ser abundante para asentar bien la tierra alrededor de las raíces.