Deja que la lectura te encienda

Nos pasamos la vida buscándonos.

Buscarse en el otro, rascando, probando, chocando.

Buscarse en los actos, pintando, trabajando, corriendo.

Quiénes somos y qué hacemos aquí.

Malgastamos nuestras existencias preguntándonos cosas sin respuesta.

Quejándonos y maldiciendo aquello que es una elección nuestra.

Excusándonos, también.

Sin embargo, hay cosas que nos encienden.

Pueden ser personas, libros, lugares o momentos.

Puede ser escribir.

Puede ser plantar un huerto.

Puede ser la maternidad.

Puede ser subirte a un escenario.

Puede ser vivir enfrente del mar.

No tenemos nada que buscar.

Porque todo estaba dentro.

Lo único que tenemos es que encontrar aquello que nos enciende.

Que nos recuerda que todo estuvo ahí siempre.

Y cuando todo está iluminado.

Cuando sientes y bajas los pensamientos de la cabeza y te los coses al estómago.

No hay tanto miedo, ni dudas.

Porque le estás haciendo caso a la persona que eres.

No a la que te han dicho que tienes que ser.

Cuando eso sucede, empiezas a vivir por ti y no para los demás.

Empiezas a vivir en vez de sobrevivir.

Dejas de sentir constantemente que se te ha perdido algo.

Que nunca tuviste.