A menudo nuestros sueños y también cómo organizamos nuestra vida, las actividades que elegimos para sentirnos bien o las personas de las que nos rodeamos, son estrategias externas para cubrir ciertas necesidades básicas de nuestro interior.
Cuando este es el caso, puede ser que al prescindir de esas actividades o personas, sintamos una sensación de vacío interno muy incómoda o una sensación de que nos arrancan una parte de nosotros. Y de hecho simbólicamente es así, porque hemos delegado una parte esencial de nosotros a algo externo desde la ilusión de que carecemos de ella.
Pongo un ejemplo que aparece a menudo en mis sesiones (con nombres ficticios): María, a través de sus experiencias en la niñez, percibió que no la valoraban o que su presencia no era importante. Durante el resto de su vida, María se ha sentido desconectada de su valor y lo ha percibido como un vacío que necesita llenar para sentirse bien.
Cuando conoció a Carlota, su pareja, se sintió valorada y apreciada como nunca antes y empezó a sentirse muy feliz. Su sensación de vacío se llenó con el aprecio que recibe de Carlota y esto hace que María sienta un apego muy fuerte hacia ella. Siente como si la necesitara para sentirse plena, como si su valor dependiera de ella y como si sin Carlota, ella no tuviera ningún valor.
Este ejemplo es muy común, tanto en relaciones como en otros ámbitos de nuestras vidas. Esta es una manera inconsciente y muy natural de nuestro sistema de personalidad para sentirse completo, y esto explica la mayoría de dependencias y adicciones que adquirimos, así como el origen de ciertas dinámicas relacionales que pueden convertirse en tóxicas.
Eres todo lo que anhelas
Pero esa sensación de vacío es una ilusión. En el fondo de nosotros, más allá de nuestras capas de condicionamiento, somos completos y plenos. Todas las cualidades esenciales que podemos anhelar están dentro de nosotros, es lo que somos en esencia, solo que a través de nuestras experiencias adquirimos la ilusión y la creencia de su carencia.
Cuando llenamos nuestras sensaciones de vacío internas desde el exterior, se produce una satisfacción ficticia inmediata que nos hace sentir bien temporalmente. Pero la sensación de vacío sigue presente y seguirá apareciendo a lo largo de nuestra vida y, con ella, la búsqueda incansable de estrategias para cubrirla.
Sin embargo, conectar de forma interna con nuestros anhelos, con esas cualidades esenciales que sentimos como carencia, elimina la sensación de vacío de las mismas y la dependencia de estrategias externas para cubrirlas. Esto nos lleva al reconocimiento de que somos plenos y por lo tanto, con el tiempo, la sensación de vacío desaparece. Desde este lugar de plenitud interior podemos elegir nuestra vida de forma libre.
Cómo meditar para conectar con tus anhelos
- Siéntate cómodamente y cierra tus ojos.
- Puedes tomar varias respiraciones profundas y en cada exhalación suelta tensiones y deja ir lo que sea que estuvieras haciendo y olvida lo que sea que vayas a hacer luego. Aterriza poco a poco en el momento presente.
- Ahora conecta con un sueño presente, algo que ahora mismo te encantaría hacer, tener o ser. Puede ser cualquier cosa, sin censura, todo está permitido.
- Respira profundamente para darle espacio y déjate inundar por las sensaciones que afloran en tu cuerpo al visualizar este sueño.
- Visualízate en él como si ya estuviera ocurriendo. Visualiza una situación muy concreta. Puedes oír los sonidos del entorno o las conversaciones presentes, puedes ver los elementos que hay a tu alrededor, y puedes sentir táctilmente con lo que estás en contacto.
- Date cuenta de qué es lo que estás sintiendo en ese momento concreto. Qué es lo que esa situación te está aportando, qué cualidad básica está más presente ahora en ti: seguridad, alegría, paz, fuerza, libertad...etc.
- Cualquiera que sea esa cualidad siéntela en tu cuerpo y déjate inundar por ella, personifícala. Esto es lo que anhelas ahora, lo que profundamente necesitas.
- Toma un par de respiraciones profundas
- Observa con mucha curiosidad las sensaciones presentes en tu cuerpo. Puede que visualices algún color o alguna forma asociada a estas sensaciones. Date cuenta de dónde se localizan en ti, quizás en tu cuerpo o quizás alrededor de él. Observa todo lo que ocurre en relación a ellas.
- Disfrútalo, estás sintiendo exactamente eso que anhelas. Lo que anhelas está en ti aquí y ahora.
- Date todo el tiempo que quieras para sentirte.
- Cuando lo sientas, abre tus ojos.