En pleno agosto, al igual que nuestra piel sufre con la intensa radiación solar propia del verano, la mayoría de las plantas que cultivamos también sufren sometidas al intenso calor y la radiación del sol; incluso aquellas plantas que lo aman, como tomateras, pimientos o berenjenas.

La radiación solar debilita el sistema inmunitario de las plantas y propicia los ataques de virus, y la aparición de numerosos parásitos y enfermedades. Podemos ayudarlas a protegerse del sol en los meses de más calor, colocando un sombreado con malla verde que tamice la intensidad de los rayos solares.

Para una protección extra frente al sol, al final de este artículo te contaré, además, cómo hacer un "protector solar" para tus plantas.

 

Qué plantar en agosto

En tiempo de calor también podemos sembrar plantas, en muchos casos de cara a preparar los cultivos de otoño. Estas son algunas de las más destacadas:

  • Mezclum de hojitas tiernas: Podemos sembrar espeso, en una jardinera o una maceta grande, una gran selección de semillas de hortalizas de hoja: varias clases de lechugas, acelgas, espinacas, escarolas, rúculas, canónigos y coles chinas... Luego cortaremos las hojas muy tiernas.
  • Puerros: Es la época ideal para sembrar y trasplantar puerros, ya que se desarrollan mejor en los meses de otoño invierno e inicio de primavera y son plantas desarrollo muy lento. Por eso conviene que nos anticipemos y empecemos ya con sus siembras y trasplantes.
  • Borrajas: Fuera de Aragón su consumo no está muy extendido, pero las borrajas son muy ricas en inulina y sustancias prebióticas, por lo que nos interesa cultivarlas en nuestro huerto. Estamos en la mejor época para realizar su siembra y trasplantes.
  • Col romanesco: A medio camino entre la coliflor y el brócoli, las coles romanescas desarrollan sus mejores pellas cara al otoño y el invierno, por lo que nos conviene empezar realizar los semilleros, disponer de planteles para trasplantar a finales de septiembre.

Pon albahaca en tu balcón

La albahaca es una planta aromática, culinaria y medicinal que sobresale por sus propiedades protectoras de los cultivos cercanos y que estimula la calidad y la producción del resto de plantas. A la hora de cultivarla hay que tener en cuenta que:

  • Es amante de la luz y el calor, así que hay que buscarle los espacios más soleados y cálidos del balcón o la terraza.
  • La cultivaremos con un buen sustrato, al que añadiremos de vez en cuando o un poco de humus de lombriz.
  • No hay que descuidarnos de regarlas de forma regular.

Podemos consumir sus hojas frescas en ensalada, en guisos o para elaborar una excelente salsa pesto. Para cortarla, conviene ir cortando las ramas justo cuando empiezan a florecer; así saldrán nuevos brotes y podremos seguir "cosechando" hojas y brotes hasta que lleguen los fríos intensos.

Qué cultivos podemos recoger en agosto

Es tiempo de cosechar calabacines, berenjenas, pepinos, judías tiernas, tomates, lechugas... A fin de aprovechar al máximo los frutos del huerto, conviene tener en cuenta algunos consejos útiles en el momento de las cosechas. Destacaremos algunos de los cultivos que podemos recoger en agosto, con consejos para cada uno:

  • Pimientos 4 cantos: Para disfrutar de los pimientos grandes de la variedad cuatro cantos o similares habremos tenido que esperar la llegada de los calores intensos. Concentran más nutrientes cuando los cosechamos cuando ya están totalmente rojos.
  • Zanahorias: Las zanahorias que sembramos en primavera estarán en su máximo esplendor, si cosechamos las más gruesas y bien formadas, las que son pequeñas todavía tendrán tiempo de engrosar hasta que lleguen la época de fríos otoñales.
  • Remolacha roja: Conviene esperar a que hayan engrosado al máximo para cosecharlas, pero si vemos que con el calor alguna tiende a espigarse la podemos sacar. Dejaremos así más espacio para el resto y aprovecharemos que aún no se han vuelto fibrosas.
  • Judías secas: Las judías secas o habichuelas son aquellas judías tiernas que dejamos madurar los marinos en la mata. Se cosechan a pleno sol los granos que se habrán endurecido y luego se desgranan de las vainas. Podemos guisarlas como judías secas o guardarlas para siembras.
  • Calabacines: Cosecha los calabacines con frecuencia y más bien tiernos, ya que si los dejamos engordar demasiado la mata dejará de producir nuevos calabacines.
  • Judías tiernas y tomates: Los cosecharemos de buena mañana, que es cuando están más frescos y tersos. Cuando aprieta el sol y el calor, suelen marchitarse con facilidad.
  • Lechugas: Si disponemos de pocas lechugas en nuestro macetohuerto o huerto familiar, cada día podemos ir cosechando algunas de las hojas más externas de cada una de las lechugas disponibles, y veremos que desde el interior seguirán creciendo hojas nuevas para cosechas futuras.

Si no disponemos de mucho espacio en el frigorífico para conservar en frío las hortalizas cosechadas cada día, podemos colocar un trapo húmedo sobre la cesta o la caja donde guardamos la cosecha. Al evaporarse el agua con el calor, se enfría el interior del recipiente y las mantiene frescas.

Lechuga maravilla de verano, la reina en agosto

Entre las lechugas merece especial mención en agosto la lechuga maravilla de verano. Es una variedad de cogollo prieto y hojas verdes, dulces y crujientes. El nombre le viene por su gran resistencia a los calores estivales y por ser la variedad de lechuga que más tarda espigar y montar en flor, alargando considerablemente el periodo de cosecha.

Es fácil de reproducir sembrando sus pequeñas semillas en cualquier recipiente con sustrato y humedad. Luego hemos de trasplantar a plena tierra, en una maceta o una mesa de cultivo con un buen sustrato enriquecido con humus de lombriz.

Les va bien un lugar de semi sombra y los riegos regulares y copiosos.

Si tenemos pocas matas, a partir de la que las hojas estén bien formadas podemos ir cosechando las más externas para ensalada, al tiempo que las internas irán formando un gran cogollo.

Las tareas del huerto en agosto

El calor y el sol crean un entorno exigente para las plantas de nuestro huerto y esto marca las tareas más importantes que no deberíamos descuidar en el mes de agosto.

El riego: menos agua para potenciar el sabor

A menudo, por precaución en verano, optamos por regar más de lo conveniente a fin de que las plantas no sufran estrés hídrico y que sean más productivas. Sin embargo, el exceso de riego provoca que las plantas estén más tiernas y debilitadas, y que sean más propensas a enfermar y ser atacadas por parásitos, por hongos o podredumbres que pueden arruinarlo todo.

Aparte, el exceso de riego hace que aumente el contenido de agua en la planta, y ello supone menos sabor y menos dulzor que cuando las plantas pasan algo de sed de vez en cuando.

Si deseamos incrementar el sabor y la concentración de nutrientes de nuestras plantas cultivadas, conviene restringir el tiempo o la cantidad de agua de riego de vez en cuando, pero manteniendo la periodicidad.

¿Por qué? Porque si pasan muchos días desde un riego y el siguiente, las hojas y los frutos tienden a endurecerse. Luego, al hincharse de golpe cuando reciben agua abundante, la absorben con avidez y aparecen grietas que hacen que se estropeen con facilidad.

Cómo abonar y prevenir las plagas

Hay granitos y barritas de colores con abonos fertilizantes sintéticos que se comercializan para acelerar el desarrollo de los cultivos e incrementar la producción de las cosechas del huerto. Están hechos a base de minerales solubles y de nitrógeno. Sin embargo, en la práctica, provocan grandes desequilibrios nutricionales y propician la aparición de numerosos parásitos, plagas y enfermedades que perjudican o dañan seriamente nuestros cultivos.

En agricultura ecológica no se permite el uso de fertilizantes sintéticos y se opta por alimentar las plantas cultivadas de forma natural y equilibrada mediante aportes regulares de materia orgánica y compost, más o menos descompuesto en función de las plantas cultivadas y su estado de desarrollo.

Tenemos una mejor opción a nuestro alcance para mantener las plantas bien nutridas e incrementar la producción de cultivos veraniegos exigentes, como las tomateras, berenjenas, pimientos, calabacines o pepinos. Se trata de regarlas una vez a la semana (o cada a 15 días) con agua donde habremos diluido previamente unos puñados de humus de lombriz, dejándolo macerar durante unas horas.

En el humus de lombriz están todos los nutrientes de forma equilibrada y lo absorben fácilmente, desarrollándose muy sanas e incrementado su producción sin que se produzcan desequilibrios.

Controlar los ataques de araña roja

Con el intenso calor estival, en los huertos en los que se trabaja a tierra desnuda, o en las mesas de cultivo donde se reseca el sustrato, suelen aparecer problemas de ataques descontrolados de araña roja, que a menudo acaban secando las hojas de cultivos como las tomateras o de las matas de judías.

Los acolchados orgánicos o de paja evitan el calor que sube de la tierra reseca y previenen el desarrollo de las de diminutas arañitas.

Si no disponemos de acolchados es importante que podamos mantener de forma regular la humedad en la tierra y la base de las plantas.

Realizaremos riegos más frecuentes e incluso podemos sulfatar agua y jabón al atardecer, mojando bien las hojas más bajas de tomateras y judías. Procuraremos empapar la parte inferior de las hojas, que es donde suelen anidar las arañas rojas.

Conservar los excedentes del verano

En los meses más calurosos, todo crece muy rápido y se aceleran las cosechas. Hay tanta abundancia y producción que, a la mínima que tengamos un huerto un poco holgado, a menudo no sabemos qué hacer con los quilos y quilos de tomates, pimientos, calabacines o berenjenas que nos dan las plantas.

Es muy buena época, por tanto, para hacer conservas o elaborar los excedentes y así iremos llenando la despensa cara al invierno:

  • Disponer de un secador solar (o eléctrico) nos permite deshidratar en rodajas la mayoría de las hortalizas, facilitando su prolongada conservación en tarros herméticos de cristal o al vacío.
  • Las conservas al baño maría (en tarros de vidrio reciclados) sigue siendo uno de los sistemas más tradicionales y fáciles para elaborar conservas en casa.

Cómo hacer un "protector solar" para tus plantas

Además de poner mallas verdes que den sombra para proteger los cultivos del sol, podemos aplicarles un tratamiento a modo de "crema de protección solar". Se trata de rociarlas al atardecer con una dilución en agua de plantas resistentes al sol. Esta es la receta y las instrucciones para aplicarla:

  1. Emplea un trozo grande de aloe vera (con piel), dos o tres hojas de aloe arborescens o unas ramitas de sedum sediforme.
  2. Tritúralas bien en un litro de agua y déjalas macerar unos minutos.
  3. Filtra y, con este líquido "protector solar", moja bien las hojas al atardecer, una vez a la semana o cada 15 días.

 

Te puede interesar...