Que un hombre no quiera ponerse el preservativo es una forma de pedirte que le des prioridad a su placer y te olvides del tuyo, lo que demuestra que la persona que tienes delante no solo es egoísta, sino machista.
Porque cuando dos personas tienen sexo se asume que es para que ambos disfruten, para poder gozar sin miedos, para que el placer se pueda desparramar sin causar sufrimiento a ninguno de los dos. Pero no usar condón pone en riesgo tu salud y te puede llevar al embarazo no deseado.
Puede darte mil razones. Puede que te diga cosas muy lindas cuando estáis juntos, pero si no quiere usar preservativo es porque no quiere realmente construir una relación bonita contigo.
¿Por qué no deberías aceptar hacerlo sin condón?
Que un hombre quiera poner en riesgo tu salud a cambio de unos pocos minutos de placer es una forma de desprecio hacia ti y hacia tu integridad.
- Es maltrato. No usar condón o quitárselo a medio camino es una de las formas de maltrato que menos percibimos porque, como siempre, lo que importa es la necesidad de ellos y el placer de ellos. Parece que nosotras tenemos que encomendarnos a la buena suerte y rezar para que no nos toque pasar por una enfermedad de transmisión sexual o por un embarazo no deseado.
- Es humillante. No es justo porque luego somos nosotras las que tenemos que pasar dolor, miedo y angustia, las que tendremos que someter a nuestro cuerpo a tratamientos, las que tendremos que pagarlos, las que tendremos que pasarlo mal por unos minutos de placer de él.
- Es violencia. Que un hombre no quiera cuidarse ni cuidarte a ti para pasar un rato de placer es violencia. Los hombres pueden enfermar y curarse, nosotras podemos enfermar y curarnos, enfermar y morir, embarazarnos y morir en un aborto, o embarazarnos y tener hijos no deseados. La maternidad no elegida es una auténtica tortura: nosotras nos jugamos mucho más que ellos.
Cuando alguien es capaz de hacerte sentir que tu vida no vale nada, está siendo violento.
- Es egoísta. Cuando un hombre no quiere usar preservativo da igual la excusa que te ponga: en realidad, lo que ocurre es que solo le importa su placer, no le importa nada más. No le importa tu vida. No le importa tu salud mental, ni ti salud física, ni la emocional. No le importa tu bienestar. No le importa tu placer. No le importa tu derecho a disfrutar. No le importas tú.
¿De verdad te la vas a jugar por unos minutos de sexo?
No debes acceder a hacer el amor sin condón ante su insistencia. No se lo debes permitir a una pareja estable ni a un rollo de una noche: no importa cuánto dure la relación, si hay o no amor o si hay o no compromiso. Si él te lo pide, aún sabiendo los riesgos a los que te expone, no está cuidando de ti. Y si no te cuida es muy difícil que disfrutes.
Hay mujeres tan desesperadas y necesitadas de amor que acceden a no usar condón durante el sexo creyendo que así las querrán más. Sí, es muy doloroso darse cuenta de que eres una de ellas.
Pero no, un hombre no te va a querer más si accedes a no ponerte condón. Desgraciadamente son millones las mujeres necesitadas de amor en el mundo. Si no eres tú, será otra la que acceda a jugarse la vida y la salud para que el macho eyacule donde quiera.
Piénsalo: no hay nada que hacer ante una persona que no quiere cuidarse ni cuidarte, no merece la pena gastar tiempo ni energía en esto. Es algo que no es negociable: con tu vida no juega nadie.
Proteger tu salud y protegerte de un embarazo es un acto político: si no te cuidan, no hay placer posible, no hay forma de quererse bien.
Cada mujer que dice “no” al macho que no quiere ponerse condón está poniendo en práctica la rebelión feminista: no hay sexo sin cuidados, no hay placer sin cuidados.
Que no se nos olvide nunca: todas las mujeres tenemos derecho a gozar sin miedo a enfermar o a embarazarnos.