A menudo, cuando una relación amorosa se termina, nos resulta muy difícil no volver a llamar o visitar a nuestra ex pareja. ¿Por qué? Porque no volver a hablarle significa proseguir nuestro camino sin saber cómo se siente o si nos echa de menos o si sigue deseándonos, sin conseguir una explicación o una disculpa que creemos merecer o sin decirle nuestra última palabra antes de darle carpetazo para siempre.
Por ello, es habitual que, tras la ruptura, tratemos de contactar con nuestro ex o nuestra ex alegando cualquier excusa: "Es que tengo que devolverte un pañuelo precioso que se dejó en en mi casa", "Debería devolverle aquel libro que amaba con toda su alma" o "Necesito un cable del USB que se quedó y era mío y no me da la gana de comprarme otro".
A menudo tratamos de convencernos de que es esencial recuperar o devolver un objeto. Pero la realidad es otra: sabemos muy bien que el objeto no importa y que estamos utilizando esto como excusa para llamar a nuestro ex.
Quizá tú estás en este proceso ahora mismo. Pero, antes de llamar o salir en la búsqueda de tu ex, te invito a conocer qué razones tienes para no volver a su encuentro.
Por qué no necesitas volver tras terminar una relación
- No necesitas comprobar si tu ex aún te ama o te desea. El amor es algo que no muere, sino que se transforma, y todo proceso de desamor lleva su tiempo. No rompas ese proceso que ambos necesitáis para poder separaros.
- No necesitas llevar la razón. Tu ego quiere siempre ganar la última batalla, y está deseando tener una última conversación para que él te pida perdón o se muestre arrepentido o triste. No merece la pena: lo más probable es que volváis a tener la misma batalla que la última vez.
- No necesitas visitarle para sentirte importante. Claro que eres importante, eres su ex. Pero tienes que aceptar con humildad que tu ex está haciendo su vida. Y tienes que aceptar con alegría que tú también estás haciendo la tuya.
Y si no la estás haciendo, ¿a qué esperas para salir del duelo?
- No te conviene seguir creyendo que algo mágico podría suceder. No te enganches a la idea de que al volver a veros sucederá algo mágico y os daréis cuenta de lo mucho que os amáis. Eso sólo pasa en las películas.
- No es generoso que no dejes que te olvide. Si tu ex no puede olvidarte, sé firme: lo mejor es mantener contacto cero para que tu ex pueda distanciarse y soltar.
- No vas a descubrir tras verle que, en realidad, ya no te importa. No te autoengañes con la excusa de que necesitas ver a tu ex para comprobar que ya no es importante para ti. Lo es, y por eso lo mejor es tener contacto cero.
- No pienses que si no vas ahora jamás podrás verle otra vez. Si el contacto cero ha sido pactado, sé respetuosa/o y no lo rompas. Quizá podréis volver a contactar cuando haya pasado el tiempo suficiente para cerrar las heridas y rehacer vuestras vidas, con o sin pareja nueva.
- No pongas la excusa de que quieres saber cómo está. No rompas el contacto cero con la excusa de que has soñado con tu ex y quieres saber si está bien. Claro que está bien, si no, te habrías enterado enseguida.
- No necesitas otra conversación para cerrar la relación. No tienes que tener la penúltima conversación para cerrar la historia una vez más: si quieres cerrar de verdad, puedes hacerlo dentro de ti, celebrando un pequeño ritual de despedida para siempre. El cierre siempre es contigo misma, dentro de ti.
- No necesitas conectar con tu ex: en realidad con quien necesitas conectar es contigo mismo/a.