La lecitina es un producto natural que se encuentra en algunos alimentos, como la soja, de donde se extrae el complemento más habitual. Tiene un color que varía entre el amarillo claro y el tostado, con un olor neutro y un sabor agradable. Sus propiedades saludables son múltiples, y ayuda especialmente a combatir el cansancio físico y mental.
Lecitina de soja: propiedades
La lecitina se denomina también fosfatidilcolina, porque está formada por una mezcla compleja de fosfolípidos de colina, inositol y serina, junto con vitaminas del grupo B y la antioxidante vitamina E. Entre sus ácidos grasos se encuentran los importantes omega 3. Por sus características nutricionales, se le atorgan muchos beneficios para la salud.
1. Ayuda a combatir el cansancio físico
- Se ha demostrado que tomar lecitina es eficaz como terapia de reemplazo de los lípidos dañados que conforman las membranas celulares.
- En las mitocondrias de las células se sintetiza y almacena la energía del organismo. Sus membranas están compuestas por fosfolípidos, pero se pueden oxidar a causa de una actividad física intensa, por lesiones, la edad o enfermedades.
- Cuando se oxidan esos fosfolípidos, la energía disminuye, provocando fatiga, envejecimiento y enfermedades degenerativas.
- La lecitina mejora el aporte de energía de las mitocondrias de las células, gracias a su composición similar a estas membranas. Esta acción tiene efectos positivos sobre el cansancio, la fatiga y las lesiones cerebrales.
- La lecitina facilita la formación de acetilcolina, responsable de demorar la fatiga y de las contracciones musculares. Y como incrementa la lipolisis de las grasas, es clave para la resistencia de los deportistas y el cansancio de los enfermos.
- En la nutrición deportiva se incluye lecitina porque aporta fosfatidilserina, otro fosfolípido esencial en los deportes de alta resistencia. Además, acelera la recuperación, previene el dolor muscular y baja la inflamación, optimiza la formación de energía y reduce el estrés.
2. Ayuda a combatir el cansancio mental
- Los ácidos grasos omega 3 de la lecitina ejercen una acción antioxidante sobre los lípidos del cerebro. Sus fosfolípidos resultan efectivos para reducir el estrés y mejorar la memoria, la movilidad y la cognición, así como a la hora de disminuir la degeneración neuronal en la enfermedad de Alzheimer y restablecer los parámetros asociados con la concentración.
- La lecitina reduce el cansancio mental y mejora el rendimiento en épocas de estudio, gracias a la capacidad regeneradora neuronal de sus fosfolípidos, y a su riqueza en vitaminas B y E. Influye en el desarrollo cerebral, la memoria, la concentración y el estado anímico.
- La fatiga inespecífica, por ejemplo, puede deberse a alteraciones en la síntesis y actividad de ciertos neurotransmisores. Uno es la acetilcolina, cuyo precursor es la colina, componente básico de la lecitina. Su alta disponibilidad reduce este cansancio.
3. Es antiinflamatorio
Los ácidos grasos omega 3 de la lecitina tienen acciones antiinflamatorias. Por ello, la lecitina disminuye los síntomas de la artritis reumatoide, gracias a sus ácidos grasos omega 3 y a sus fosfolípidos, y reduce la fatiga asociada al cáncer y los efectos adversos de la quimioterapia.
4. Mejora el síndrome metabólico
La lecitina licúa el colesterol, regula su segregación en la bilis e inhibe su reabsorción. También reduce la homocisteína, y con ella el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y previene el desarrollo de hígado graso.
5. Mejora los síntomas de la menopausia
En la pre y posmenopausia, suplementar con 1200 mg de lecitina al día alivia la fatiga y ayuda con los síntomas de la menopausia como los sofocos, los sudores, la ansiedad, la depresión y el insomnio. Además, reduce la presión y la hinchazón de las piernas.
Cómo tomar lecitina
Las habas de soja son la principal fuente de lecitina. Aun así, también está presente, aunque en menores proporciones, en frutos secos y semillas (sésamo, de girasol...), en el aguacate, en el aceite de oliva y en la yema del huevo. Es un emulsionante muy empleado en la elaboración de chocolates y para dar consistencia a las salsas. El cuerpo la sintetiza en el hígado.
Además, existen distintos suplementos de lecitina. El granulado suele ser el más habitual, porque su sabor y su textura son agradables. Como suplemento, se añaden diariamente de dos a cuatro cucharadas a batidos, zumos o leches vegetales. También se usan como aderezo para ensaladas. Otra opción es tomarla en cápsulas de entre 1.200 y 1.600 mg, con un máximo de 3 g por día.
No hay que olvidar que en dosis muy elevadas, la lecitina puede presentar contraindicaciones: puede causar dolor abdominal, sudoración, vómitos y pérdida de peso. También puede interactuar con medicamentos fluidificadores de la sangre y con los del hipotiroidismo. Y se desaconseja en el embarazo.