Desde el criterio naturista el Helicobacter pylori como todas las bacterias o microorganismos, crece y se multiplica en un lugar que le es favorable. Parece ser que la excesiva secreción de ácidos gástricos favorece el terreno para que el Helicobacter pylori se desarrolle, lo que explica su alta presencia (95%) en los pacientes ulcerosos y su ausencia en personas aclorhídricas, con una secreción gástrica prácticamente nula.
Sin embargo, el 90% de los portadores de esta bacteria no padecen úlcera gastroduodenal, lo que demuestra que por sí sola no causa la enfermedad.
La verdadera causa no es infecciosa, sino que tiene que ver principalmente con varios factores:
- con los alimentos que requieren altas cantidades de ácido clorhídrico y pepsina para ser digeridos.
- con la costumbre de beber habitualmente en las comidas, lo que diluye los jugos gástricos y estimula su producción.
- con el tabaco, el alcohol o el café.
- con algunos medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, y con el estrés y las preocupaciones.
Mejores tratamientos contra la Helicobacter pylori
Por lo tanto el tratamiento con antibióticos no es una solución definitiva, puesto que si persisten las causas de la hipersecreción la bacteria vuelve a aparecer. El tratamiento adecuado pasa por corregir las causas de la acidez o ardor de estómago.
Los lácteos, al desdoblarse en ácido láctico, incrementan la acidez estomacal y duodenal y facilitan el crecimiento de la bacteria. Las carnes, que precisan de abundantes ácidos para digerir sus fibras, los embutidos, los productos refinados y los ricos en azúcar, favorecen su aparición.
En cambio, el brécol y la coliflor han demostrado eficacia ante las úlceras duodenales. Desde hace años, en medicina naturista, se recomienda un vaso de jugo de col cruda, y también de patata cruda, antes de las comidas, con resultados satisfactorios.
Una dieta con abundantes frutas y verduras, especialmente purés (calabaza, cebolla, puerros, patatas…) y sin fritos es la más recomendable.
Entre las plantas con acción bactericida sobre este microorganismo destaca la jara rosa mediterránea (Cistus Incanus). También la arcilla disuelta en agua, tomada por vía oral, ayuda a combatir la infección. En el mercado hay productos que la contienen.
Pero lo más importante es no olvidar que más que combatir la infección con antibióticos, aunque sean naturales, hemos de adquirir hábitos que impidan que esta aparezca.
Cómo se descubrió la bacteria helicobater pylori
Por Carlota Mañez
De auténtica odisea se puede calificar el hallazgo de la bacteria Helicobacter pylori. Sus descubridores, los médicos australianos Barry Marshall y Robin Warren, revolucionaron a la comunidad científica al encontrar una bacteria corriente acantonada en un número significativo de personas afectadas de úlcera gástrica y atreverse a sugerir que podría ser ésta su causa.
Gracias al hallazgo pionero de Marshall y Warren la úlcera péptica dejaba de ser una enfermedad crónica para convertirse en una enfermedad que puede curarse con un breve régimen de antibióticos e inhibidores de la segregación ácida, pues la bacteria prolifera mejor en un entorno ácido.
La tesis unánimemente aceptada hasta entonces era que se trataba de una dolencia crónica y que las lesiones en la mucosa digestiva se debían a un exceso de ácido gástrico. El tratamiento consistía en aplicar fármacos para reducir los niveles de acidez.
La resistencia inicial al cambio fue tan dura y tan convencido estaba el Dr. Marshall de su investigación que se usó a sí mismo como conejo de indias: bebió una suspensión bacteriana para confirmar su teoría.
De ese modo se provocó una gastritis, como pudo constatarse, y la terapia antibiótica funcionó probando que, en efecto, era la bacteria la que causaba el trastorno y que al eliminarla con antibióticos éste se curaba.
La identificación de la Helicobacter en 1982 está considerada uno de los episodios científicos más relevantes de los últimos 25 años y precisamente por ello estos dos bacteriólogos recibieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 2005.