La salud es una cuestión de equilibrio y en ese equilibrio hay elementos claves. Uno de ellos es el potasio, un mineral que no debe faltar en la dieta. Entre sus muchas funciones, indispensables para el organismo, están la de ayudarnos a eliminar líquidos, a controlar la hipertensión y a contraer de forma adecuada los músculos, incluido el corazón. 

Uno de los problemas más habituales que desequilibran nuestra dieta es el excesivo consumo de sodio frente al de potasio. Una buena salud cardiovascular y general requiere no solo que reduzcamos el consumo de sodio sino que aumentemos el de potasio.

De hecho, según diversos estudios de control aleatorio y epidemiológicos, las personas que consumen más sodio y menos potasio no solo tienen mayor riesgo de sufrir hipertensión, sino también riesgo de morir por ataque al corazón u otras causas.

Así lo recoge un estudio publicado en Archives of Internal Medicine, en el que también se apunta que, más allá de las cantidades absolutas de potasio o sodio que consumimos, lo que más influye es la proporción entre estos dos minerales en nuestra dieta: las personas que consumen una mayor proporción de sodio respecto al potasio presentan el doble de riesgo de morir de ataque al corazón que las personas que lo consumen en la menor proporción.

Los cambios en la dieta pueden ser claves a la hora de reducir el riesgo, señalan los mismos investigadores. El secreto: aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio y bajos en sodio, como la fruta y la verdura fresca, y reducir el consumo de alimentos que aportan mucho sodio y poco potasio, como el pan, los productos procesados o el queso.

No hay duda, pues, de que las mejores fuentes de potasio son las frutas, las verduras y otros alimentos vegetales, ya que no solo son alimentos ricos en potasio sino que aportan poco sodio. 

Aquí tienes una selección de las fuentes de potasio más destacadas que puedes incluir en tu dieta para mejorar el equilibrio entre el sodio y el potasio: