El alma no es un tema solo de poetas. Médicos y científicos se rinden a la evidencia de la existencia de ese ente lleno de sabiduría. Aprender a conectar el espíritu con el cuerpo es el camino correcto para conseguir el bienestar y la felicidad.
1. Reiki
Es una práctica creada en 1922 por el budista japonés Mikao Usui y adaptada y desarrollada por diversos maestros de distintas tradiciones. Los practicantes imponen sus manos sobre la persona a la vez que se concentran en transferirles "energía universal", lo que favorece la autosanación. Son ya varios los hospitales públicos que incluyen el reiki en los tratamientos oncológicos y contra el malestar en la menopausia.
2. Oración y curación a distancia
La revista The Lancet publicó un estudio del Centro Médico de la Universidad de Duke que puso a prueba la eficacia de la oración y la curación a distancia. Los investigadores pidieron a grupos de religiosos que rezaran por la salud de pacientes sometidos a operaciones cardíacas. Los resultados indicaron que se produjo una mejoría del 30-50% en la salud de los enfermos, con menos complicaciones y fallos cardiacos.
3. Meditación y visualización
Puede practicarse a solas o en grupo. Relaja, relativiza las preocupaciones habituales, reduce el miedo y la angustia y, sobre todo, aumenta la capacidad de concentración, el autoconocimiento y la confianza en la propia intuición. Son especialmente eficaces las meditaciones que se concentran en emociones positivas.
4. Medicina antroposófica
Basada en la visión del hombre según el filósofo Rudolf Steiner, que combinó tradiciones de Oriente y Occidente. Entiende que somos el resultado de la superposición de distintos cuerpos o dimensiones: físico, emocional y etérico o espiritual. La evolución espiritual y la salud están relacionadas.
5. Técnicas neochamánicas
Recuperan antiguas tradiciones indígenas y las adaptan a los tiempos actuales. La "búsqueda de la visión" es el objetivo de rituales, prácticas y dinámicas psicológicas que utilizan el contacto con la naturaleza, la meditación, el ayuno, las técnicas de respiración, las plantas con efectos psíquicos o el apoyo del grupo, entre otros métodos. Todos tienen alguna influencia sobre las profundidades de la conciencia.