La verdadera espiritualidad es sencilla, clara y coherente. Cada camino de esta senda es único y no conviene dejarse arrastrar por gurús, porque todos tenemos un maestro o maestra interior que es el más auténtico y recomendable, aunque lo difícil es llegar a conectar con él. 

Sobre todo ello hablamos en esta entrevista, así como de la forma de vivir con autenticidad desde nuestra brújula interna. Desaprender la espiritualidad es la propuesta en torno a la que se desarrolla el primer libro de Miki Decrece "Lo profundo es sencillo" (Ed. Letrame).

la capacidad de establecer vínculos

Este biólogo, divulgador, activista, profesor, estudioso del yoga, terapeuta y osteópata hace un recorrido por diferentes filosofías espirituales, como el budismo, para descubrir, a través de su propia experiencia, la sencillez que contiene lo profundo a la hora de recorrer el camino espiritual desde la individualidad y lo auténtico.   

-El libro recoge amplia documentación sobre la práctica del yoga y de diversas vertientes de la espiritualidad que abordas desde tu experiencia. ¿Qué te llevó a embarcarte en esta obra?
-Empecé a explicar conceptos básicos en mi blog a modo de apuntes de un taller que impartí en el año 2016 llamado Taller de empoderamiento en el yoga. Quería que la gente entendiese que lo profundo es sencillo, que lo que nos han contado con palabras difíciles puede ser explicado de manera fácil y accesible. También  observaba un abordaje sobre la espiritualidad generalizado, que se vestía de verdad absoluta y revelada, pero llena de mitos y falsas creencias que no ayudan a tener una vida psicológicamente sana.

De esta forma, se crea un proceso de baipás espiritual que consiste en desvincularse de todo para no sentir dolor. A través del libro, decidí alertar de todo eso y desmentir esas ideas, lo que también me llevó a cuestionarme a mí mismo sobre todo lo que creía. De ahí, el subtítulo: "Un viaje para desaprender la espiritualidad" para que quien lo lea, conforme también su propia cosmovisión y camino.

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-¿Cómo defines la espiritualidad?
-Para mí es cualquier técnica o forma de ver el mundo que nos ayude a desarrollar la capacidad de vincularnos, de establecer relaciones auténticas, bien sea con nuestras emociones, sensaciones físicas y pensamientos o con otras personas que cohabitan este bello planeta o, incluso, con la totalidad. Es pasar del «o tú o yo» al «tú y yo». Es darnos cuenta de que somos relación y buscar el beneficio común. Tendemos a mirar la vida en blanco y negro, en esto es bueno y esto es malo, pero la vida es integración.

acoge las emociones negativas

-Uno de los focos del camino espiritual del que se suele hablar a menudo es la paz. ¿Cómo crees que se puede alcanzar o, al menos, rozar?
-La verdadera paz interior no se consigue negando las emociones desagradables, sino acogiéndolas también. Cuando ya han cumplido su papel, desaparecen en paz, pues ya no son necesarias. Y, entonces, queda el poso de serenidad que subyace a cualquier emoción: la consciencia misma. Empezamos a vivir en paz porque cuando viene una emoción nos emocionamos y nos conmovemos, pero podemos hacerlo en paz. Es igual que un tapón de corcho en la superficie del agua, que no se resiste a las olas y, cuando dejan de estar, no se mueve. Cuando desarrollamos la capacidad de estar en paz con todas las emociones, logramos que nuestra atención esté en el sustrato de la absoluta serenidad, que es la consciencia.

-¿Crees que el camino de la espiritualidad es único e intransferible? 
-Muchas veces se nos dice que tenemos que seguir a un gurú que nos pueda guiar, pero esto es una falacia y hay que tener cuidado en quién se confía. Cada persona puede tener su propio camino, aunque nunca será individual, sino que estará influido por los de otras personas. No obstante, existen maneras muy dañinas de compartir conocimiento.

Algunos gurús modernos utilizan múltiples formas de manipulación mental, como los argumentos de autoridad, hablar con voz pausada o repetir las cosas dos veces antes de dejar unos segundos de silencio. Incluso influye la ropa, las citas que hacen de textos antiguos o el hecho de  hablar de una forma indeterminada o poco clara. Comunican contradicciones filosóficas que conducen a una falta de entendimiento que genera dependencia. A estos gurús les interesa que no entendamos lo que están diciendo, porque el conocimiento es poder.

Las metas de la espiritualidad

-Para evitar estas vivencias, ¿qué consejos básicos darías a las personas que están iniciando su camino espiritual?
-Voy a mencionar lo que me hubiese gustado recibir a mí cuando empecé con la espiritualidad:
aprender a identificar los argumentos de autoridad, vengan de donde vengan. Si te dicen: "Esto es cierto porque se dice en Los Vedas, que son unos textos revelados", es lo mismo que si te dicen: «Esto es cierto porque sale en la Biblia». Si te dicen: "Esto es verdad porque lo dice Swami Loquesea" es como si te dicen: "Esto es así porque lo dice el arzobispo de Sevilla". No hay un yoga original y porque sea muy antiguo no significa que sea mejor.

Tampoco hay una religión verdadera, ni una filosofía perenne y universal. Si se detectan estos argumentos de autoridad, entonces no te afectarán. Por otro lado, conviene no apocarse ante quienes son considerados grandes referentes de la espiritualidad. Todos podemos aportar y nadie es menos que otro. Pero también hay que recordar que la espiritualidad no te hace superior a quienes no practican tu método. Hay que descartar las jerarquías espirituales y las metas que cumplir para así lograr alcanzar el vacío del propósito y quedarse en el gozo de estar, ser y amar. Y, por último, dejar de golpearse contra un muro si algo no funciona, porque hay muchos caminos diferentes para cada persona.

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-¿Alguna recomendación para aplicar en el día a día en aspectos como el trabajo o la familia desde una espiritualidad consciente y auténtica?
-Empezaría por un consejo básico que se suele dar: entrenar la costumbre de pararse y observar. Nuestros sistemas nerviosos están expuestos a tal grado de estimulación que acaban saturados de información, lo que conduce al aturdimiento y a no darse cuenta de lo que pasa en la vida. Para conseguir una mayor autenticidad y consciencia, no basta solo con regocijarse en la belleza de una flor o disfrutar del juego con peques, sino que hay que bajar al barro y mancharse. Hay que ir a nuestro lado oscuro, aquel que no queremos ver y al lado oscuro de la sociedad, el que no sale en las noticias, para actuar con mucho amor.

Si solo vivimos la mitad agradable de la vida, tarde o temprano nos vendrá mucho sufrimiento y no sabremos ni siquiera nombrarlo. Pero si bajamos al barro con el corazón abierto, estaremos viviendo una vida más completa y auténtica. Otra sugerencia sería implicarse en algo que nos trascienda el ombligo. La espiritualidad también consiste en la práctica de la generosidad, como por ejemplo participar en grupos de protección de la naturaleza o cualquier otra opción que promueva un mundo mejor.

cómo ganar riqueza de pensamiento

-En el libro, hablas también sobre la trascendencia de la sencillez. ¿Cómo podemos ser sencillos en nuestro día a día?
-Para mí la sencillez parte de tener bien claro qué es lo esencial y qué es lo accesorio. Si tienes claro  lo importante, todo lo demás se puede variar por propia voluntad. Para que haya sencillez, se necesita claridad, por ello en el libro intento explicar todo con un lenguaje sencillo y claro. Son dos patitas interesantes con las que caminar este viaje para desaprender la espiritualidad. Se desarrollan si las usamos y se atrofian si nos subimos a hombros de gigantes y no tocamos tierra. Lo contrario de la sencillez no es lo complejo, sino lo complicado. Mientras que la complejidad aporta riqueza de pensamiento para abarcar cada vez una mayor parte de la realidad, complicar algo es enredarlo: hacerlo menos accesible y fácil de entender.

-Entiendo que ser espiritual implica ser coherente, ¿cómo lo aplicamos?
-Hay una frase que dice: "Si te crees verdaderamente espiritual, vuelve a vivir con tu familia". La parte interesante de esta reflexión es que la espiritualidad moderna se suele practicar en una esterilla o cojín individual, pero deja de lado las relaciones. Sin embargo, de los patrones de comportamiento que tenemos, los más arraigados e inconscientes suelen ser los que hemos aprendido en el ámbito familiar.

Por lo tanto, volver a convivir con nuestra familia es una oportunidad excelente para poder identificar esas formas de actuación y modificarlas, si queremos. En cuanto al ámbito social, si analizamos e identificamos las desigualdades que existen, podemos actuar de manera más consciente con amor a todos los seres, sin importar sus circunstancias.

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