El sedentarismo, la falta de ejercicio, la obesidad, una alimentación con exceso de grasas saturadas y azúcares, y el consumo de alcohol y tabaco dificultan la circulación de la sangre. Mejorar estos hábitos es clave para mejorar y prevenir cualquier problema derivado de una mala circulación, pero también hay plantas con propiedades que pueden estimularla.

Hay plantas medicinales que favorecen el riego sanguíneo –algunas incluso a nivel cerebral–, contribuyen a neutralizar la acción de los radicales libres, ejercen una acción vasoprotectora y previenen complicaciones relacionadas con este problema. Otras resultan útiles porque reactivan el retorno venoso.

Mejorar la circulación con fitoterapia

Entre las plantas medicinales que ayudan a que uno se sienta mejor estimulando la circulación, estas son las ocho más destacadas:

 

Venas y arterias sanas

Además de ayudarnos de las plantas medicinales, es fundamental cuidar algunos hábitos para mantener las venas y las arterias sanas.

Para cuidar las arterias...

Para cuidar las arterias y mantenerlas limpias y flexibles, sigue estos consejos:

  1. Lleva una dieta rica en fibra: las fibras solubles en agua que abundan en frutas, hortalizas y algas se unen a la bilis y el colesterol en el intestino y facilitan su eliminación.
  2. Las proteínas de origen vegetal contribuyen al control del colesterol, al contrario que las lácteas y las de muchas carnes.
  3. Come grasas de calidad: aceite virgen de oliva, aguacates, nueces, semillas y aceite de lino aportan los ácidos grasos más adecuados para las arterias.

Para favorecer el retorno venoso...

Para mantener tus venas en forma estos otros hábitos pueden ayudar:

  1. Prevenir el sobrepeso y la hipertensión son factores de riesgo vascular.
  2. Evitar permanecer mucho rato de pie. Si el trabajo lo exige, caminar unos minutos cada media hora
  3. Practicar ejercicio físico de forma regular, aunque solo sea caminar una hora al día a buen paso. Circular en bicicleta por poca disposición que se tenga.
  4. Descansar un rato con las extremidades en alto cuando se regrese a casa o en un momento de inactividad laboral.
  5. Huir de la ropa ceñida, de los tacones altos y los zapatos inadecuados.
  6. Es preferible evitar la exposición prolongada a fuentes de calor.
  7. Seguir una dieta baja en grasas saturadas y sal, pero rica en frutas, verduras y legumbres.
  8. La hidroterapia con aplicaciones frías es excelente. La aromaterapia, los masajes o el yoga resultan también muy útiles.