El elemento básico de una rutina diaria de autocuidado de la piel es la limpieza. Existen muchos productos comerciales y métodos para liberar la piel del rostro de las partículas de suciedad del día o de los residuos de maquillaje, incluidos geles limpiadores, leches limpiadoras y aceites limpiadores.
La limpieza con aceite es muy interesante porque se puede realizar con productos naturales y baratos, que pueden sustituir a los cosméticos sofisticados y caros. En torno a la limpieza con aceite, bajo el nombre "oil cleansing", se ha establecido una verdadera tendencia que los consumidores encuentran principalmente en las redes sociales, por ejemplo en la plataforma Tiktok.
¿Qué es la limpieza con aceite?
El principio de la limpieza con aceite es bastante sencillo: en la aplicación, el aceite asume la función de un disolvente. Un aceite puede mezclarse y disolver el sebo de la piel y la grasa de los protectores solares o el maquillaje, sobre todo cuando es resistente al agua.
¿Cuáles son los beneficios de la limpieza facial con aceite?
Además de limpiar los poros y desmaquillar, los aceites limpiadores no desengrasan la piel, sino que la nutren durante y después de la limpieza.
Una vez eliminado el aceite, queda una ligera película de grasa limpia y protectora sobre la piel. Por ello, los aceites limpiadores se consideran especialmente suaves para la piel, además los aceites no escuecen al eliminar el maquillaje de ojos.
¿tiene alguna desventaja la limpieza con aceite?
Algunas personas no se siente “limpias” debido a la ligera película de aceite que queda en la piel, por eso se suele recurrir a una segunda limpieza, por ejemplo con un gel limpiador suave. Este método se conoce como “doble limpieza”.
Desde el punto de vista práctico hay dos pequeñas desventajas más: la película grasa que queda en el baño y el hecho de que la aplicación lleva más tiempo.
¿Cómo se hace una limpieza con aceite?
- El aceite debe aplicarse sobre las palmas limpias de las manos antes de aplicarlo sobre la piel seca del rostro y masajearse un poco.
- Luego se humedecen las manos con agua y se masajea de nuevo. El contacto con el agua puede dar como resultado una consistencia ligeramente lechosa.
- Finalmente, el aceite se debe retirar con agua tibia. Después de la limpieza, la piel del rostro debe secarse suavemente y no frotarse con fuerza para preservar las propiedades nutritivas del aceite en la piel.
- Se recomienda realizar la limpieza con aceite por la noche y como máximo una vez al día.
¿Para qué tipos de piel son adecuados los aceites limpiadores?
Dependiendo de diversos factores, los aceites limpiadores son tan adecuados para las pieles secas como para las pieles grasas.
Limpian la piel seca con especial suavidad y tienen un efecto hidratante o, mejor dicho, un efecto protector de la piel hidratada. Para las pieles normales a grasas, entran en juego otras propiedades positivas, como la eliminación suave del exceso de sebo, aunque resulte paradójico.
Especialmente en personas con piel grasa, los geles y jabones agresivos que desengrasan la piel pueden estimular aún más la propia producción de grasa de la piel, lo que posteriormente puede provocar inflamación.
Sin embargo, es importante prestar atención al grado de comedogenicidad. Esto indica si un aceite puede obstruir las glándulas sebáceas y en qué medida.
¿Qué aceite limpiador es el adecuado?
A este respecto se consideran desventajosos los aceites de coco y de palma. Las personas con piel sensible también deben utilizar aceites sin fragancia, suaves y bien tolerados.
Algunos aceites esenciales pueden ser alergénicos o irritar la piel. Es recomendable el aceite de jojoba, que es bien tolerado, al igual que el aceite de girasol.
Para cada tipo de piel es adecuado un aceite diferente, ya sea para el cuidado o para la limpieza.
- El aceite de jojoba es un auténtico todoterreno.
- El aceite de almendrasdulces es ideal para pieles sensibles.
- El aceite de semilla de uva es adecuado para pieles grasas.
- El aceite de argán está especialmente indicado para el cuidado de las pieles maduras.
- El aceite de oliva virgen extra es muy antiinflamatorio.
La calidad de los aceites también es crucial: son recomendables los prensados en frío y ecológicos.
Un aceite limpiador casero elaborado, por ejemplo, en una proporción de 1 a 3 con aceites de ricino y de jojoba, es ideal para iniciarse en la limpieza facial con aceite en casa.