El intestino grueso es una parte fundamental de nuestro sistema digestivo, el grupo de órganos que nos permite comer y utilizar los alimentos para nutrir nuestros cuerpos.

De hecho, es en este órgano en forma de tubo conectado al intestino delgado donde tiene lugar la última parte del proceso de digestión y se procesa la materia no digerible después de que los nutrientes hayan sido absorbidos.

¿Qué es el intestino grueso y qué funciones tiene?

El intestino grueso es un órgano con forma de tubo que mide aproximadamente 1,5 metros de largo, lo que es aproximadamente la quinta parte del total de la longitud del tracto gastrointestinal. Es más ancho que el intestino delgado, al que está conectado, y es el responsable de las etapas finales de la digestión y de la eliminación de los desechos.

El intestino grueso absorbe agua y electrolitos (como sodio) de los alimentos y los transforma en deshechos sólidos. También almacena temporalmente la materia fecal, hasta que está lista para ser expulsada del cuerpo.

Por otro lado, es en el intestino grueso donde está la mayor parte de la microbiota intestinal, las bacterias beneficiosas del intestino que ayudan a la digestión, descomponen los materiales no digeribles y ayudan en la producción de ciertas vitaminas, como la K y algunas del grupo B.

Intestino grueso y sus partes
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Partes del intestino grueso

El intestino grueso conecta el intestino delgado con el ano y consta de las siguientes partes:

  • Ciego: La parte inicial del intestino grueso, por donde entra el material semidigerido procedente del intestino delgado. El apéndice es una pequeña bolsita unida al ciego cuya función aun no está totalmente clara pero que se cree que tiene un papel importante en el sistema inmunitario.
  • Colon: La parte media del intestino grueso y la más larga, que se divide a su vez en cuatro partes: el colon ascendente (que sube por el lado derecho del abdomen), el colon transverso (que cruza el abdomen de derecha a izquierda), el colon descendente (que baja por el lado izquierdo del abdomen) y el colon sigmoide (la parte que se conecta con el recto).
  • Recto: La parte final del intestino grueso, donde se almacenan las heces antes de que las excretemos.
  • Ano: La abertura por donde se expulsan los desechos del cuerpo.

Cómo cuidar el intestino grueso

El desarrollo de enfermedades en el intestino grueso no siempre depende de nuestros hábitos, pero hay algunos factores que pueden ayudarte a cuidarlo, como:

  • Seguir una alimentación rica en fibra: la fibra (que se encuentra principalmente en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres) favorece el buen funcionamiento del intestino grueso y de la salud digestiva en general, y ayuda a evitar el estreñimiento.
  • Incluir alimentos probióticos: favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal y la salud digestiva. Ejemplos de ellos son el yogur, el kéfir o el chucrut.
  • Evitar los alimentos ultraprocesados: suelen ser ricos en grasas saturadas y azúcares, y evitarlos favorece la digestión.
  • Limitar los irritantes: el alcohol, los picantes o la cafeína pueden irritar el intestino grueso y conviene limitar su consumo.
  • Limitar los antibióticos al uso necesario siguiendo indicaciones médicas, pues un mal uso puede alterar la microbiota intestinal.
  • Hidratarse bien: una ingesta adecuada de líquido (fundamentalmente, agua), ayuda a la digestión y a ablandar las heces.
  • Hacer ejercicio: contribuye a estimular el buen funcionamiento de los intestinos.

Ten en cuenta que, en caso de que tengas alguna alteración en el intestino grueso, es fundamental seguir las pautas establecidas por el médico especialista.