El yoga es una disciplina muy valorada en todo el mundo por sus beneficios generales sobre la salud del cuerpo y la mente. Hatha, vinyasa, ashtanga, bikram, yin yoga y power yoga son algunos de los estilos de yoga más conocidos, con diferentes características y objetivos que permiten una enorme personalización de la práctica.
Sin embargo, muchos desconocen la existencia del yoga restaurativo, una modalidad que, mediante posturas relajantes, permite reiniciar el cuerpo a nivel tanto físico como mental.
Si quieres descubrirlo todo sobre esta práctica y conocer en qué puede beneficiarte en tu día a día –sobre todo, en los meses de invierno– a continuación te contamos en qué consiste y qué posturas no pueden faltar en una rutina para recargar pilas como esta.
¿Qué es el yoga restaurativo?
Se trata de un estilo de yoga que, como su nombre indica, pretende ofrecer beneficios restaurativos a nivel físico y emocional, recargando energías a través de posturas que permiten una relajación profunda, combinadas con una respiración consciente. Por eso es ideal para quienes sufren los efectos del estrés y la ansiedad en su día a día y necesiten recuperar el equilibrio.
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Y es que el yoga restaurativo permite activar el sistema parasimpático mediante una relajación profunda y consciente, lo que ayuda a reducir los niveles de cortisol del organismo, tan relacionados con el desarrollo de un buen número de patologías. "Cuando practicamos durante un tiempo prolongado las posturas restaurativas, se estimula la respuesta de relajación, dirigiendo al sistema nervioso al modo parasimpático", señala Raquel Mar, experta en yoga somático.
Aunque sus beneficios no se quedan ahí, según la experta, ya que, además de aliviar el estrés y la ansiedad, recupera y regenera la energía y vitalidad, fortalece el sistema inmune, reduce la tensión y la fatiga, ayuda a lidia con dolores físicos o emocionales y equilibra el sistema nervioso, aportándonos calma y paz interior –tan necesaria en estos días–. Por si fuera poco, también funciona mejorando el descanso y los casos de insomnio.
"Es un estilo de yoga que no busca la acción ni el estiramiento", asegura Mar, quien explica que su objetivo es "poder relajar el cuerpo en profundidad, en asanas pasivas y reconstituyentes".
¿Cómo se practica?
Según la maestra, es una modalidad que adapta las posturas de yoga al alumno mediante "soportes que proporcionen confort, de manera que todas las partes del cuerpo encuentren un punto de apoyo". Así, en este tipo de sesiones se suele recurrir a mantas, cojines, tacos, sillas o se trabaja con el apoyo de la pared.
"Los beneficios del yoga restaurativo son muchos y más si se practica durante un tiempo prolongado", afirma la experta en yoga emocional, quien recomienda sesiones de 2 horas. "Es un entrenamiento a la relajación profunda", subraya.
6 Posturas de yoga restaurativo
Practica un mínimo de 5 minutos cada una de estas posturas para disfrutar de los efectos de este yoga reconstituyente.
- Balasana: la postura del niño es perfecta para reconectar con la respiración consciente y eliminar las tensiones de la espalda. En este tipo de sesiones, se suele realizar con ayuda de un cojín que facilita el confort en esta posición.
- Viparita Karani: es la postura con las piernas extendidas contra la pared, ideal para relajar y combatir el síndrome de las piernas cansadas, favoreciendo un descanso más profundo.
- Supta virasana: o postura del héroe recostado, que se realiza con cojín y dos tacos para descansar la espalda y el cuello mientras se estira el psoas, un músculo conectado con el sistema nervioso que se activa en situaciones de alerta, pero también con el estrés y la ansiedad.
- Setu bandha sarvangasana: o postura del puente, que en este caso se realiza con apoyo de un bloque en la parte alta del glúteo para estirar piernas y caderas, fortalecer la espalda y reducir dolores en ella, además de favorecer una respiración más profunda. Es muy útil para quienes permanecen sentados muchas horas.
- Salamba sarvangasana: o postura de la vela, que estimula el tiroides y la glándula pituitaria, con un impacto positivo a nivel hormonal y metabólico. Además, mejora la concentración al favorecer la circulación sanguínea cerebral y fortalece el tren superior en general. En este caso, se realiza apoyando el sacro sobre un bloque.
- Savasana: una postura de descanso supino que calma el sistema nervioso y nos permite mantenernos conscientes y conectados, siempre que no nos durmamos.
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