Hace tiempo que el ejercicio de caminar está ganando puestos frente a salir a correr como elección a la hora de hacer deporte. Y es que está demostrado que es una excelente opción para aquellas personas que necesitan o prefieren realizar una rutina de bajo impacto en las articulaciones, pero que no deja de aportar los beneficios asociados a una actividad aeróbica. 

Ahora bien, cuando hablamos de caminar, no hay que perder de vista que no nos referimos a salir a pasear tranquilamente. Y es que, aunque el movimiento siempre es bueno, si queremos que ese caminar nos ayude a estar en forma, o incluso a adelgazar, tendremos que apretar el paso. 

En definitiva, la cuestión que queremos abordar en este artículo es cuál es la velocidad mínima necesaria para perder peso caminando. Bien, pues la respuesta no es sencilla, ya que depende de varios factores, como el nivel de condición física, la edad o el peso corporal.

¿Cuándo se empieza a quemar calorías?

Si para determinar la velocidad mínima necesaria para perder peso se han de considerar aspectos como la edad, el sexo o la condición física de cada uno, se infiere que la respuesta ideal prácticamente debería ser individual.

Ahora bien, podemos contar con algunos datos obtenidos a partir de numerosos estudios que son aplicables de forma general, tales como que a partir de los 30 minutos de marcha, se empiezan a quemar calorías. Esos sí, siempre y cuando la velocidad media ronde los 5 kilómetros por hora. Sin embargo, existen diferentes pautas generales para ayudar a maximizar los beneficios a la hora de caminar. 

Amigas caminando
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Para entenderlo un poco mejor, para obtener los resultados que buscamos aplicando el ritmo ideal, se ha de tener en cuenta que ese ritmo ha de ser rápido, pero también ha de permitirnos mantener una conversación sin quedarnos sin aliento. Con esta velocidad moderada elevaremos el ritmo cardíaco y aumentaremos el metabolismo, lo que redundará en múltiples beneficios para la salud, entre ellos, el control de peso.

Por tanto, el objetivo es mantener un ritmo moderado. Ahora bien, ¿cómo se mide eso en km por hora? Según los expertos, se ha demostrado que caminar a un ritmo de aproximadamente 4,8 a 6,4 kilómetros por hora es beneficioso para quemar calorías y estimular la pérdida de peso. Si bien esto puede variar según tu capacidad individual, es un buen punto de partida.

¿Cuánto tiempo a la semana?

Hasta aquí hemos despejado la duda a cerca de la velocidad a la que deberíamos caminar para empezar a quemar calorías, y por tanto, perder peso. Ahora, nos interesa saber cuánto tiempo se aconseja practicar esta actividad a lo largo de la semana. En general, los expertos coinciden en afirmar que la cantidad de tiempo que se debería acumular a la semana es de 150 minutos de marcha moderada distribuidos a lo largo de la semana. Puedes dividirlo en sesiones de 30 a 60 minutos cada una. La regularidad y la constancia es clave, así que trata de caminar al menos cinco días a la semana. 

Otro tema es si es más efectivo salir a caminar a primera hora del día o al caer la tarde. En cualquier caso, lo prioritario es que lleves una vida lo más activa posible.

Por otro lado, una buena manera de potenciar los resultados es escogiendo diferentes tipos de terreno. Es decir, lo ideal es que recorras caminos con diferente inclinación o terrenos irregulares. De esta manera, variará la intensidad y el esfuerzo que tendrás que hacer, lo cual redundará en una mayor quema de calorías y eliminación de la grasa corporal. 

Apoyo nutricional

Para garantizar una pérdida de peso real y saludable es imprescindible que la actividad física vaya acompañada de una alimentación saludable. De poco sirve que caminemos 150 minutos a la semana siguiendo los consejos de los expertos, si al mismo tiempo llevamos una dieta desequilibrada que incluya alimentos con exceso de grasas saturadas, azúcares añadidos, aditivos... o con cantidades por encima de lo recomendable. 

En general, la dieta que debería acompañar una vida saludable es la dieta mediterránea, es decir, aquella que incluye mayoritariamente frutas y verduras frescas, lácteos, carnes magras, hidratos de carbono (sobre todo complejos) pescado, semillas y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra. 

Por otro lado, si queremos perder peso, deberíamos acompañar la actividad física de una dieta en la que potenciemos los alimentos ricos en proteínas para la recuperación muscular y articular, además de que ayuda a controlar el hambre, gracias a su poder saciante. Eso sí, sin perder de vista que se han de incluir todos los tipos de nutrientes. En cualquier caso, es importante que cualquier cambio en la dieta esté sugerido y supervisado por un experto.

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