¿Cómo sería tu vida si pudieras evitar actuar guiada por las emociones negativas? No habrías gritado a quien no lo merecía en el momento menos indicado, no habrías calmado la tristeza con comida, compras o cualquier otro comportamiento similar, y desde luego habrías tomado mejores decisiones en determinados momentos de tu vida. Pero esto no va de machacarnos, ni de ser perfectas. Si no de aprender a gestionar mejor las emociones para vivir con coherencia, sentido y plenitud.
Hay muchas formas de conseguirlo, muchas famosas técnicas y truco. Pero ninguno tan sencillo como este que nos recomienda la psicóloga Alejandra de Pedro, que actúa directamente sobre la raíz del problema. Y para que no se te olvide nunca solo necesitas una palabra: Nevar. Porque, como bien dice la psicóloga, lo que queremos es enfriar nuestras emociones colocándonos sobre esta nieve que nos ayudará a recordar lo que debemos hacer. Una regla nemotécnica divertida y muy eficaz.
Notar
La primera letra, la N, hace referencia al verbo “notar”. Porque, según la psicóloga, lo primero que debemos hacer es notar nuestras emociones. “Las emociones son experiencias psicológicas, pero también son sensaciones sentidas.” Para empezar a calmar lo que sentimos, debemos detectar dónde lo sentimos.
Hazte esta pregunta: ¿dónde estás sintiendo la emoción que amenaza con desbordarte? Puede ser un vacío en el pecho, un nudo en la garganta, un calor en el cuerpo. Cada uno lo sentirá de una forma diferente, lo importante es que te centres en esa sensación física, que la notes y la experimentes sin juzgarte.
Etiquetar
“Etiqueta la emoción, ponle nombre”. En esto consigue el segundo paso de este truco viral para calmar las emociones. “Sea lo que sea, el poner nombre está poniendo ya un poco de distancia, porque indica que yo soy más grande que esa emoción”, explica Alejandra de Pedro desde su cuenta de TikTok. Y es que, por muy desbordante que sea lo que sientes, es importante que recuerdes que eres tú quien “está conteniendo esa emoción”.
Así que es hora de preguntarte, ¿qué sientes? ¿Ira? ¿Tristeza? ¿Frustración? ¿Vergüenza? Elige la palabra más adecuada para tu emoción, la que mejor representa lo que sientes, y empezarás a notar como empiezas a controlarla. A ganar poder sobre ella.
Validar
En lo que se refiere al mundo emocional, Alejandra de Pedro asegura que “nos invalidamos mucho mediante el juicio”. Y esto es un gran problema, porque la validación es parte esencial del proceso mediante el cual podemos calmar nuestras emociones.
“Cuando validamos lo que hacemos es que nos estamos dando permiso de sentir esa emoción”, explica la psicóloga. Y es que, según ella, “no hay emociones correctas ni incorrectas”.
Todas las emociones que sentimos vienen a decirnos algo importante, tienen un porqué, incluso si no lo entendemos en el momento. Así que darte permiso para sentir esa emoción es un buen paso en la dirección correcta para impedir que te desborde.
Aceptar
Nos acercamos al final del acrónimo. En este punto, es probable que ya te sientas mucho más calmada. Pero todavía nos falta aceptar y acoger las emociones. En lugar de luchar contra lo que sientes, es importante aceptarlo y buscar una forma de canalizarlo.
En este sentido, explica la experta, debemos saber que “hay formas más saludables y menos saludables de canalizar una emoción”. Podemos canalizar el enfado golpeando una pared, y nos haremos daño en la mano. O gritando a alguien, y eso dañará nuestras relaciones con los demás.
Pero también podemos canalizar el enfado haciendo ejercicio, golpeando algo blando o estrujando algo. Lo mismo sucede con el resto de las emociones. “Por ejemplo, llorar puede ser una buena forma de canalizar la tristeza”, afirma la psicóloga. “Una vez hayamos descargado un poco esa energía”, continua, “podemos pasar a la regulación emocional”.
Regular
Ahora sí, ha llegado el momento de hacer lo que tantas veces hemos escuchado. Respirar tres veces antes de hablar desde el enfado, o desde cualquier otra emoción desbordante. El camino hasta esta última letra del acrónimo es importante, porque como nos explica de Pedro, no siempre nos sirve eso de respirar profundamente porque “necesitamos soltar un poco y después pasar a estrategias de regulación emocional.
En cuanto a estas estrategias, las opciones son muchísimas. Entre las que destaca la psicóloga se encuentran “realizar respiraciones profundas, balanceos en postura fetal, repetirnos mantras que nos calmen en la cabeza, escribir, distraernos, etc.”
Paso extra: reflexionar
Hasta aquí la estrategia de Alejandra de Pedro para calmar las emociones. Pero añade un paso extra que nos puede ayudar a conocernos mejor y potenciar el efecto de esta técnica a largo plazo. Consiste en reflexionar sobre lo que hemos sentido.
“Las emociones vienen a traernos información acerca de nuestras necesidades”, explica la psicóloga. Y por eso preguntarte qué es lo que viene a decirte esta emoción, por qué ha aparecido en ese momento y por qué te ha detonado lo que ha sucedido puede ayudarte a conocerte mejor. Por ejemplo, si te has sentido muy sola y triste, puede que necesites salir de tu aislamiento y acercarte a alguien para calmar esa necesidad de compañía.